Difícil de admitir

51. "Redención"

—Bien, ¿Que dicen de este? —Pregunté al momento de darme la vuelta para que lo vieran.

La expresión de cada una me dio la sensación de que lo detestaban. No sé cuánto tiempo ha pasado desde de llegamos a la tienda, pero mi estómago ruge por un buen sándwich de queso y jamón. De solo recordarlo mi boca se convierte en agua.

—Es muy vulgar —Merry fue la primera en opinar.

Arrugué mi entrecejo, no debe ser tan terrible. Me volteé para verme en el espejo ¡Oh, vaya! En vez de una boda pareciese que celebraré la despedida de soltero de Ethan.

—Sí. De hecho, volveré con otro —Ellas asintieron mientras tomaban un vaso de zumo—. Al parecer el público esta exigente.

—Solo ve por otro, por favor —Victoria habló con una voz gruesa.

Arrugué las cejas, desentendiéndola. La modista posó su mano en mi hombro y caminamos de vuelta para probarme otro. Volví a echarle un vistazo rápido a Vic y me percaté lo sudada que estaba como si hubiera corrido un maratón.

—¿Que tienes en mente? —La modista me hizo devolver de ese trance.

—Quiero algo sencillo y no ajustado, lo detesto —Mis amigas pensaron que eso de los vestidos ajustados eran los mejores, pero desistí. Si algo aprendí es que lo bueno de las bodas es que hay bastante menú y quiero disfrutarlo mucho.

—Bien, veremos que podemos encontrar.

—Okay.

Otro tiempo más perdido y encontré el indicado, ese que amo ver en mí. Crucé los dedos para que por fin se decidan por este. Verdaderamente me encanta. Es un vestido bastante simple con un estampado color crema y lo mejor, es que no llevaba nada de pedrería, solo encaje. Volvimos otra vez a la sala y todas mis acompañantes se sorprendieron al verme. Sacaron un largo suspiro, para quedarse embelesadas viéndome. Dirigí la vista a Vic y ella tan solo me regaló una sonrisa falsa. Conocía de por ley ese gesto.

—¿Qué dicen? —Les pregunto a todas.

Necesito saber la opinión de ellas o no muevo ningún pie de acá. Todas deben quedar conformes.

—Claro que es ese. Te queda hermoso Ali —Abby chilló emocionada—. Si no te quedas con él, juro que yo iré con ese vestido a tu boda.

De reojo noté a Victoria con la respiración irregular, muy nerviosa e inquietante.

—¿Todas de acuerdo? —No escuché ninguna objeción—. Bien, todo está listo. Me llevo este vestido.

Traté de hacer que todos los tramites en la tienda fueran rápido. El estado de Victoria me preocupaba sobremanera. Sus ojos trasparentaban intranquilidad. Me di cuenta apenas noté como la situación se estaba saliendo de control. Al cancelar mi vestido, todas comenzamos a salir de la tienda, pero Vic se quedó sentada en el sillón.

—Mamá, puedes llevarme esto —Le entregué la enorme caja del vestido.

—Claro hija, lo dejaré en el auto de tu padre —Miró por encima de mi hombro con una mueca—. Ve a ver a Victoria, no la veo muy bien. No me quiso decir que le ocurría, pero tú eres su prima y de seguro te lo dirá.

—¡Oye, Ali! —Gritó Abby.

Ellas estaban esperándome afuera.

—¡Voy en un segundo! —Les declaré en voz alta.

Caminé a grandes zancadas hasta quedar al frente de ella, tomo sus manos temblorosas y me coloco en cuclillas para estar a su misma altura.

—Vic, ¿qué ocurre? —Pregunté en voz baja.

—La beba está dando patadas fuertes —Declaró una frase casi imperceptible.

Levantó su mirada y sus ojos estaban vidriosos.

—Vic, tenías que decirme eso hace mucho tiempo —La tomé de un brazo, haciendo fuerza para levantarla.

—¡No, espera! —Gritó de inmediato. Asustadiza mis ojos cayeron al suelo, notando escuchando un pequeño crujido y de pronto apareció un charco de agua—. ¡Mierda! Se me rompió la fuente. Tienes que llevarme al hospital central, ¡voy a dar a luz!

Por unos segundos me quedé mirando el agua, no podía creer lo que mis ojos captaban.

—¡Vamos Ali o quieres que nazca acá! —Sus palabras retomaron mi sentido común.

Caminamos a la salida a duras penas, Victoria se aferraba de mi brazo con fuerza, como si quisiera arrancármelo. Fue de tal manera que pensé que se cortaría mi circulación. Las recepcionistas de la tienda se quedaron embobas mirando la mega escena. No volvería nunca más a este lugar después de esto. Solo una de las modistas tuvo la cabeza bien puesta y nos abrió la puerta con velocidad. Por la calle pude ver a mamá que metía la caja del vestido en la parte de atrás.

—¡Mamá! Abre la puerta de atrás, hay que llevar a esta mujer al hospital. Está apunto de parir —Articulé en voz alta atrayendo la atención de algunas personas que transitaban en el lugar.

Mamá no tardó en reaccionar y abrió la puerta.

—¡Ya dejen de ver! —Victoria les gritó con repudio—. Alison, ayúdame, ¿Quieres?

—Sí, lo siento.

Vic se sentó en los asientos de atrás del auto junto con mamá. Por suerte aún recuerdo manejar y las calles principales de esta ciudad. Merry, Abby y Anabeth no sabían que hacer así que bajé el vidrio.

—¡Las veo en el hospital! —Le grito mientras coloco la llave y enciendo el auto.

—¡Apúrate! —Victoria chilló detrás.

Sí es así de fuerte el embarazo, bienvenida abstinencia. Ethan tendrá que adoptar, porque el dolor es imperativo. Vi los espejos retrovisores y no venía ningún auto así que di marcha hacia delante. Estaba nerviosa por las maldiciones continuas de Victoria y el asco de tráfico que había. Técnicamente envejecí como tres años por todo el estrés que se ejercía dentro del auto. Después de avanzar muchas cuadras, me encontré una calle con un semáforo eterno.

—¡Necesito pujar! —Victoria gritó desesperada—. Va a nacer.

Pegué una mirada fugaz y noté lo sudada que estaba.

—Tranquilízate, ¡Me colocas nerviosa! —Le grité desesperada.

—¡Tú no estás embarazada! ¡Mataré a Adam por dejarme embarazada! —Chilló llorando.

—¡Hija, avanza! ¡Ya dio verde! —Mamá me gritó.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 28.10.2021

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