Cuando Nene recuperó el conocimiento, se sorprendió al encontrarse recostada en una mullida cama de gran tamaño. La habitación donde se encontraba la chica era enorme, luminosa y elegante. El cuerpo de Nene estaba cubierto con suaves sábanas de color blanco. La chica sentía un opresivo dolor en el costado izquierdo de su cuerpo. Tardó un poco en tomar plena consciencia de la situación en la que se encontraba. Recordó de golpe al Lancelot peleando contra el Guren MK-II, a Sparrowmon siendo golpeado por la garra de metal del robot de color rojo, recordó que un sujeto enmascarado había amenazado con asesinarla y luego, la inconsciencia.
Intentó buscar su Xros Loader, pero no tardó en descubrir que el aparato no estaba cerca de ella.
El pavor se apoderó de ella.
¿Dónde estaba el Xros Loader?
¿Dónde estaban Mervamon, Beelzebumon, Sparrowmon y el resto de sus amigos Digimon?
¿Dónde estaba ella?
La puerta de la habitación se abrió de golpe en ese momento, sobresaltando a la chica. El sujeto enmascarado que había amenazado con asesinarla entró a paso lento al dormitorio. Nene no podía ver el rostro del extraño sujeto y no pudo evitar ser invadida por la curiosidad que reemplazó el infinito temor. Zero se acercó a la cama donde yacía la chica y habló, de con la misma voz fría e indiferente que había utilizado antes.
—¿Cómo va tu herida?
Nene no respondió.
Zero permaneció en silencio durante un minuto entero y volvió a intentar:
—Tu nombre, ¿cuál es?
—Amano… —Respondió ella, confundid y recelosa—. Nene Amano.
—¿De dónde vienes, Nene Amano?
—Actualmente vivo en Hong Kong, aunque soy originaria de Japón.
—Entonces, ¿eres una Eleven?
—¿Eleven? ¿Qué es un Eleven?
“¿Quién diablos es esta chica?” Pensó Zero un tanto confundido. “¿Es que acaso ella no sabe lo que Britannia ha hecho con Japón?”
—Esto —dijo Zero furtivamente, al mismo tiempo que sacaba el Xros Loader de Nene de debajo de uno de los pliegues de su capa—. ¿Qué es este objeto? ¿Es tecnología de Britannia?
—¿Qué es Britannia? Ese aparato que tienes en la mano es un Xros Loader —explicó, no estaba para nada dispuesta a entrar en más detalles—. Por favor, entrégamelo. Me pertenece.
—No lo haré. He tomado este extraño poder en mi propiedad —proclamó Zero—. Ahora, tú vas a enseñarme a utilizarlo.
Nene separó los labios para responder, pues no podía seguir manteniéndose en silencio gracias a la actitud que ese hombre estaba demostrando. Pero en ese momento, un destello de luz salió del Xros Loader y Mervamon se materializó dentro de la habitación. Era notablemente más alta que Zero, tanto que quizá podía ser que doblara la estatura del sujeto enmascarado. Mervamon se colocó entre Zero y Nene, con ambos brazos extendidos hacia los lados para poder proteger a la chica.
—Así que esa criatura está contigo para protegerte —comentó Zero sin hacer evidente su asombro y su interés.
—Ella no es una simple criatura —dijo Nene un tanto molesta antes de que Mervamon soltara uno que otro improperio en contra del hombre enmascarado—. Su nombre es Mervamon. Es un monstruo digital.
Decidió ser honesta con él.
En la situación en la que se encontraba era crucial evitar guardar secretos, pues Zero parecía ser el único capaz de darle las respuestas que ella necesitaba.
—¿Monstruo digital? —se extrañó Zero.
—Tú, maldito bastardo… ¡Querías hacerle daño a Nene! —reclamó Mervamon hecha una furia
Zero descubrió su ojo izquierdo, el cual comenzó a emanar un brillo inusual, y miró a Mervamon al mismo tiempo que decía: