Digimon R3

Capítulo IX: El portal que se tragó a Yuu

     Los Digimon Hunters consiguieron la ayuda de varios Digimon del DigiQuartz que accedieron a participar en la búsqueda de la Idol desaparecida. Desgraciadamente, nadie sabía nada de ella. Tampoco había rastro de Sparrowmon, Mervamon o ningún Digimon que se alojara en el Xros Loader de Nene.

     Su desaparición no tardó en llegar a oídos de Yuu Amano, quien le exigió a Taiki una explicación sobre su evidente silencio ante la noticia.

     —¡Debiste decírmelo, Taiki!  —había reclamado Yuu indignado—. ¡Es mi hermana, tengo que buscarla!

     —Ninguno de nosotros quería preocuparte —respondió Taiki tranquilamente.

     Aquello, por supuesto, no había sido suficiente.

     Tras una acalorada discusión que dejó a Taiki sin argumentos, Yuu salió en camino al DigiQuartz.

     Montado en el hombro de Tswarmon, Yuu se dedicó a buscar a su hermana por cada rincón de aquél sitio.

     No había rastro de ella.

 

     Un sujeto de cabello gris azulado y bata blanca entró a la séptica habitación donde Sparrowmon seguía sujeto a la fría plancha de metal. Aquél hombre iba conversando con un atractivo muchacho de ojos verdes y cabello castaño. Sparrowmon se aterró cuando vio al sujeto de bata blanca tomar un pequeño escalpelo y comprobar el filo de la hoja. ¿Acaso tenía pensado hacerle daño?

     —Así que fue ésta cosa la que llegó con esa chica que secuestró Zero —comentaba el muchacho castaño en ese momento.

     —Exactamente —respondió el hombre de bata blanca—. La Gobernadora General Cornelia me pidió que lo diseccionara. ¡Es increíble!  —exclamó emocionado—. Es una máquina, pero tiene signos vitales como un ser vivo.

     Sparrowmon comenzó a sollozar y continuaba forcejeando para poder liberarse.

     —¿Sabes qué fue lo que pasó con esa chica que Zero secuestró?  —preguntó el hombre al muchacho.

     —Pasaron muchas cosas ese día —comentó el chico tras soltar un bufido—. Empezando por aquella otra criatura que peleaba contra Zero… ¡Era una mujer gigantesca!

     Mervamon…, pensó Sparrowmon sin parar de forcejear. Y Nene… Nene debe estar en problemas…

 

     Mervamon y Beelzebumon inspeccionaron cada rincón de Britannia intentando pasar desapercibidos. Claro que no habían conseguido eso último y por eso se encontraban en aquél momento escapando de un par de esas máquinas de color púrpura que los acribillaban con ametralladoras. Para fortuna de ambos, no tuvieron problemas para destruir a sus enemigos.

     —Pan comido —bromeó Beelzebumon tras darle una patada a lo que quedaba de una de las máquinas.

     —Ya hemos recorrido todo este maldito lugar y aún no hay rastro de Sparrowmon —se quejó Mervamon—. ¿En qué sitio puede estar?

     Beelzebumon se encogió de hombros.

     —Ese sujeto que le permitió a Nene vivir en su mansión… —comentó Mervamon con recelo—. No me da buena espina.

     —Supongo que es lógico no confiar en alguien que le apunta a otra persona con un arma —razonó Beelzebumon—. ¿Quieres que vaya a vigilarla?

     —Sí, hazlo —ordenó Mervamon—. No permitas que ese sujeto le ponga una mano encima.

     —¿Qué hay de ti?  —dijo Beelzebumon al tiempo que extendía sus alas para levantar el vuelo.

     —Seguiré buscando a Sparrowmon un rato más —respondió Mervamon.

     Beelzebumon asintió y se despidió de Mervamon con una sonrisa antes de levantar el vuelo y alejarse de aquél sitio. Mervamon propinó una última patada a los restos de aquellas máquinas de color púrpura y echó a correr para continuar con su búsqueda.

 

     Yuu bajó del hombro de Tswarmon tras recorrer durante tres horas el DigiQuartz con resultados infructuosos. En su trayecto se había topado con Kiriha, Hideaki y Ryouma.



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En el texto hay: crossover, digimon, code geass

Editado: 10.03.2019

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