Digimon R3

Capítulo L. El pacto

     Deseó haber estado más cerca de él para así atraparlo en sus brazos cuando se desplomará. Corrió a toda velocidad cuando lo vio caer, dejando una estela de lágrimas a su paso. Introdujo a Sparrowmon en el Xros Loader, ya tendría tiempo de hablarle cuando todo hubiera terminado.

     Y vaya que terminaría.

     Subió al Galahad derribado al tiempo que las compuertas de todos los Knightmares se abrían para dejar salir a sus pilotos. Taiki se sintió el ser más despreciable sobre la faz de la tierra. Todos los hombres de Zero debían tener sólo un par de años más que él. Segundos atrás, había considerado la idea de matarlos a todos. ¿Sería capaz de hacerlo luego de haberlos visto? ¿Podría arrebatarles la vida, arrancar todos sus sueños y sus esperanzas?

     Nene llegó finalmente con Lelouch. El pecho del muchacho estaba bañado en sangre. El vital líquido se encharcaba debajo de él, manchando las rodillas de Nene. Estaba pálido cual cadáver, su piel fría como el hielo. Hacía un tremendo esfuerzo por respirar, pero todo lo que conseguía era toser. El espeso líquido rojo salía por las comisuras de sus labios. Sus párpados querían cerrarse así que él se obligaba a mantenerlos abiertos. El dolor era tal que habría deseado morir de golpe.

     —Lelouch…

     Miró a Nene con esos ojos púrpura que comenzaban a cristalizarse. El Geass desapareció de golpe. Levantó una mano pesada como el plomo y Nene la tomó con fuerza. Entrelazaron sus dedos y la chica emitió un ahogado sollozo.

     No podía ser el fin.

     Simplemente no podía serlo.

     —No… No llores…

     Incluso la voz amable de Lelouch estaba muriendo. Nene se limitó a mantener la mirada fija en los ojos de Lelouch. El gigante nudo en su garganta le impedía hablar. Besó la mano del chico que aferraba con fuerza y ahogó otro sollozo.

     —¡Lelouch!

     Eran las voces de Kallen, Suzaku y compañía. Taiki los vio correr hacia el punto donde aquél muchacho moreno estaba soltando su último aliento. Escuchó sollozar a la niña que Tagiru protegía. Zero, el temible Zero, ¿era ese muchacho por el que todos se preocupaban?

     —¡¡Hermano!!

     Cayó de rodillas en el suelo cuando escuchó el desgarrador grito de Nunally. La única forma en la que Zero había salido, arriesgando su vida, era para proteger a su hermana. En ese momento, Taiki sólo quería morir.

     —Mi amor… —decía Nene con su voz quebrada por el llanto—. Lelouch…

     —Nene… —dijo él como respuesta, su voz era casi inaudible—. Te amo…

     Fue aquella la última vez que escucharon su voz.

     Los ojos de Lelouch se cerraron para siempre y su mano, la que Nene sostenía con tanta fuerza, se relajó hasta parecer hecha de trapos. Su rostro se inclinó hacia el lado izquierdo cuando la llama de la vida se apagó dentro de él.

     —Lelouch…

     Lo llamó con la esperanza de que él abriera los ojos y respondiera.

     Tristemente, no fue así.

     —¡Lelouch!

     Era como si pudiera devolverle la vida con el simple hecho de exclamar su nombre. Se agachó sobre el cuerpo del muchacho y fusionó sus labios con los de él en un último beso. Se separó de él y soltó un grito mil veces más desgarrador que el que Nunally había exclamado. Pasó sus manos sobre las heridas de Lelouch. El daño era tangible y no una ilusión como ella habría querido. Siguió gritando hasta que sus cuerdas vocales resintieron el daño.

     —¡Lelouch, regresa! ¡No me dejes, por favor! ¡Te amo!

     Sintió las manos de Suzaku sobre sus hombros. Milly abrazaba a Shirley, quien también había prorrumpido en llanto. Kallen simplemente no podía creerlo. Los gritos de Nene taladraban en los oídos de Taiki. ¿Cómo era posible que las cosas se hubieran torcido de esa manera?



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En el texto hay: crossover, digimon, code geass

Editado: 10.03.2019

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