Dime La Verdad

29

BRYAN

Ya casi es noviembre y el aire en la escuela se siente diferente.

Todos parecen emocionados por el final de trimestre, por las decoraciones otoñales y por las fiestas que vienen.

Yo no tanto.

Lo que sí noto es que desde la fiesta de Halloween, Scarlett y yo seguimos caminando juntos todos los días. No es que hablemos demasiado, Scarlett nunca ha sido de hablar de más, pero es raro cuánto tiempo pasamos en silencio y cómo aun así no se siente incómodo.

Ella siempre mira el suelo mientras caminamos por el pasillo, su cabello cubriéndole la mitad del rostro y yo solo sigo su ritmo.

Hoy, cuando llego a mi casillero, encuentro a dos chicas. —Bryan —dice una de ellas, es casi tan alta como yo—, escuché algo interesante.

— ¿Sí? —respondo, cerrando la puerta de mi casillero.

—Que la próxima semana es tu cumpleaños.

La otra se ríe como si fuera un gran secreto y me mira como si esperara que confirmara.

—Tal vez —respondo, sin ganas.

— ¿Qué vas a hacer? —Pregunta la primera, inclinándose un poco más cerca de mí—. Deberías hacer algo grande. O venir a la fiesta que haremos ese día, no es por ti pero podría ser por ti.

—Podrías invitar a Kian —dice la otra chica.

Me acabo de dar cuenta lo poco que me interesan aquí estas personas que apenas me sé algunos nombres. Creo que son Jazmín y Daniela.

Creo.

—Sí, sería genial —dice Daniela.

No digo nada.

—Bueno, ya nos dirás —Jazmín toma a su amiga y se van soltando pequeñas risas.

Scarlett aparece unos segundos después. — ¿Qué querían? —pregunta, sin mirarme.

—Nada. Cosas de cumpleaños —respondo.

Scarlett asiente.

Caminamos juntos hasta el salón y por alguna razón siento que no quiero que piense que paso mi tiempo hablando con esas chicas.

—No voy a ir a ninguna fiesta —aclaro, aunque ella no me lo preguntó.

—Bien —dice, todavía sin mirarme.

Ese "bien" se siente demasiado neutral.

El resto del día, Scarlett está más callada que de costumbre.

En clase toma apuntes sin mirarme ni una sola vez. Durante el almuerzo, juega con la comida de su bandeja.

No sé por qué me molesta tanto. No es como si le debiera explicaciones. Pero la verdad es que no quiero que piense que me interesa pasar mi cumpleaños con nadie más que con ella.

Y luego tengo un pensamiento raro, no sé de donde viene. Solo me molesta que ella es tan… distante conmigo. Pero cuando me ve con otras personas se cierra aún más.

Y me molesta que yo quiera ser su amigo.

Nunca he sido así, a mí me dan igual las personas pero ella no. Tonta Scarlett, ¿Por qué tiene que hacerme sentir así? ojala fuera algo más sencillo como decir que me gusta pero no es eso, es distinto.

Es que la he visto cuando habla de ese tal Reese y la veo cuando solo está en la escuela o conmigo en alguna parte y es totalmente distinta. Si ese Reese estuviera aquí le preguntaría si Scarlett se comportaba así siempre o solo es ahora.

Y si es solo ahora, ¿Por qué?

¿Qué pasó?

Cuando vamos de regreso a casa, decido que ya tuve suficiente de sentirme así. Scarlett siempre menciona a Reese como si fuera un fantasma, algo que estuvo y ya no está, pero nunca dice por qué.

Y por alguna razón necesito saberlo.

Pero no sé cómo lo descubriré si ella no quiere hablar del tema.

Y ahí es cuando algo en mi encaja. Reese no es una persona que solo ella conoció, en la escuela también lo han mencionado, en realidad desde el comienzo lo hicieron. Entonces ellos deben saber algo.

La cuestión es, ¿Cómo pregunto?

Sé que muchas chicas me hablan por mi hermano pero no soy cercano y preguntar de la nada por Reese sería raro, ¿no?

Quizás… puedo intentarlo.

¿Por qué lo hago? Ni idea. Quizás porque siento que hay algo grande que Scarlett no ha dicho aun, algo que quizás es más oscuro de lo que me imagino.

El lunes siguiente me despierto con esa idea todavía en la cabeza: tengo que saber quién es Reese.

No porque Scarlett me lo haya pedido ni porque ella parezca querer hablar de él, al contrario, parece evitar el tema la mitad del tiempo pero siento que si voy a entenderla, si voy a entender por qué a veces se le iluminan los ojos cuando lo menciona y otras se le apagan por completo necesito esa pieza del rompecabezas.

En el almuerzo Scarlett está en el baño y yo aprovecho para acercarme a las mismas chicas que me habían hablado de mi cumpleaños.

Me ven con sonrisas y entusiasmo. —Hola chicas, ¿Qué tal? Um, oigan —digo, casual, como si no me importara realmente—, ¿Ustedes conocieron a Reese?

La más alta sonríe, creo que sí se llama Daniela. — ¿Reese? Claro que sí —responde—. Difícil no conocerlo.

Frunzo el ceño. — ¿Por qué?

Ella se encoge de hombros y se inclina hacia mí. —Porque era raro.

No me gusta cómo lo dice. — ¿Raro cómo? —pregunto.

La otra chica se ríe, Jazmín. —No era malo raro, solo… diferente. Tenía la cara… bueno, ya sabes, como con cicatrices o marcas, no sé. Digo, era raro por eso pero no era malo, ¿no, Dani? —Bien, al menos sí tengo los nombres correctos—. Era como… le gustaba estar con ella, como a ti —su tono cambia—. Solo que tú eres guapo, pero ella es como…

—Sí —interrumpe Daniela—. Siempre estaba con Scarlett, pegados como siameses.

— ¿Siguen en contacto? —pregunto, tratando de sonar desinteresado.

Ambas se miran y sonríen de manera cómplice.

— ¿Ustedes eran sus amigas? —les pregunto luego que no me respondieran lo anterior.

Daniela bufa. —No. Reese era… es que era tan difícil de describirlo. No era una mala persona pero nadie se quería acercar mucho.

—Además su cara daba miedo —Jazmín afirma.

Daniela se acerca a mí. — ¿Por qué te importa tanto?

Me encojo de hombros. —Solo pregunto.

—Claro… —ella sonríe y se muerde el labio—. Tal vez podamos hablar de eso en tu fiesta de cumpleaños.




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