SCARLETT
Cuando ambos se van y solo queda el silencio, muevo la mirada al suelo mientras que mi corazón late con fuerza. Este momento es una locura. Reese está aquí. Bueno, yo estoy aquí en la nueva casa de Reese después de tanto tiempo.
—Hola Scarlett —dice, empezando la conversación.
Subo la mirada a él y sonrío apretando los labios, con la tensión en mi pecho. —Hola Reese.
Reese sonríe y se ve más relajado que yo. —Te ves tan… igual pero distinta, sigues… —se detiene—, um, entonces, Bryan… me agrada.
Asiento. —Sí, a mí también — ¿A mí también? ¿Por qué dije eso?
Pero Reese suelta una pequeña risa. —Sí, se nota. Ustedes, um, pues, ¿están juntos?
Frunzo el ceño porque primero pensé que me estaba preguntando si literalmente habíamos venido hasta aquí juntos pero luego lo entendí.
—Digo, um, ¿es tu novio o algo? —continua.
Suelto el aire retenido. — ¿Qué? No, no, Bryan solo es mi amigo. Él y yo… no.
Reese asiente y sigue sonriendo al mismo tiempo que sus mejillas se tornan levemente rosadas. —Ah, ya veo.
Reese también ha cambiado, la última vez que lo vi no tenía gafas pero eso no es todo. Su mandíbula se ha definido, es más alto y su cabello más largo. Aún tiene esos pliegues en su rostro que él solía decir que le recordaban a una película de un muñeco malvado pero para mí nunca fue así.
No había nada de malvado en él.
— ¿En qué piensas? —se reacomoda y hemos quedado cerca, pero no tanto. Todavía hay distancia entre nosotros.
Juego con mis dedos. —En todo. Es una locura, la última vez que te vi…
—Lo sé —me interrumpe—. Lo sé, Scarlett. Hay tantas cosas que quiero preguntarte y decirte pero lo que más me interesa es que me digas si ahora estás bien, ¿Estás a salvo?
Sonrío. —Lo estoy, ahora. Yo también tengo tanto por contarte pero, pues… ya no estoy con mi abuelo. Él murió, hace como dos años y después de lo que ocurrió contigo dejó de… ya sabes, golpearme. Luego mi tía llegaba más tiempo y pues, ahora solo es un recuerdo.
Reese baja la mirada y veo como duda pero finalmente estira la mano para tomar la mía. —Debí protegerte.
—No. No, Reese. Tu no estabas obligado a cuidarme, tú…
—Scarlett —ahora toma mi mano con sus dos manos—. Tú eras mi mejor amiga. Tú eres la única persona que jamás se burló o me hizo sentir mal, ¿Tu sabes lo que hubiera hecho por ti?
Mis ojos se llenan de lágrimas. —Reese…
Él se mueve para acercarse. —Lamento que no pude darme cuenta antes, lamento que todos esos años aguantaste a ese monstruo y lamento que después, nunca pude buscarte. Quise, lo juro, quise verte de nuevo pero…
Lo sé.
Sus padres realmente creyeron que yo le había hecho algo. Mi abuelo se disculpó con ellos diciéndoles que tenía problemas de ira y era una mala persona, que estaban tratando de controlarme. Lo sé porque él se reía mientras les escribía esa carta.
Hay tantas capas en mi historia que es difícil ordenarlas todas pero lo único que sé es que mi abuelo era una persona mala. Ahora ya no está aquí, si cometió algún crimen no sirve de nada porque no hay quien sentenciar.
Lo único que sé es que yo sufrí y aun después que él dejara este mundo, seguí sufriendo.
—Bryan me dijo algo —susurra—. ¿Te molestan en la escuela por lo que pasó?
Niego. No quiero mentirle pero no quiero hablar de eso ahora. —Me molestaban antes de todo, ¿no?
Reese y yo permanecemos en silencio por un momento, él sigue sosteniendo mi mano y yo puedo sentir el olor a canela y café desde la cocina.
Han sido alrededor de tres años desde que lo vi, quizás casi cuatro pero pienso en todo lo que no llegué a decirle, en todo lo que esperaba decirle algún día.
Y me doy cuenta que si no lo hago ahora, nunca lo haré.
—Estaba muy enamorada de ti —admito, viendo hacia mis rodillas—. Nunca me he sentido así con nadie más, me gustabas mucho. Eras mi mejor amigo y contaba los días para finalmente poder irnos juntos de ese lugar.
Reese no contesta, al menos por unos segundos. Finalmente lo hace. —Tengo novia.
Mi corazón se detiene.
Por supuesto, la vida siguió y lo entiendo. Reese no iba a esperarme. Reese merece a alguien mejor que yo.
— ¿Si? —fuerzo una sonrisa pero no puedo verlo.
—Bueno, técnicamente —se acerca un poco más.
Volteo mi rostro. — ¿Técnicamente?
Sonríe de lado. —Tú y yo nunca terminamos, ¿no?
Mi estómago siente cosquillas, esas que no he sentido en varios años. —No entiendo.
Aparta una de sus manos para tomar mi rostro. —Tú y yo nunca terminamos, solo me fui, ¿recuerdas?
Respiro profundo. —Ah, sí… técnicamente.
Lo veo a los ojos y sin duda son hermosos. —Yo…
— ¿Tu? —él está inclinándose—. ¿Tú tienes novio?
—No —la respuesta sale demasiado rápido—. Bueno… digo, técnicamente.
Reese se acerca un poco más. —Técnicamente —susurra antes que ocurra.
Reese se acerca y yo me muevo para que nuestros labios se vuelvan a encontrar. La última vez que nos besamos estaba triste, temerosa y rota. La última vez fue cuando mi abuelo nos encontró y me golpeó para luego golpearlo a él.
Pero ahora, ya no estoy en peligro y ahora nadie vendrá a lastimarnos.
Reese me besa lento y suave, me pierdo en la sensación como una frazada tibia envolviéndome. Toca mi rostro, mi cabello y mis hombros. Yo me muevo más hacia él porque nunca es suficiente.
Nos separamos tan solo un poco. —Te he extrañado como no tienes una idea.
Siento su respiración agitada contra mis labios. —Creo que si tengo una idea.
Me rodea con sus brazos y me envuelve, yo entierro mi rostro en su pecho mientras cierro los ojos.
Yo nunca he tenido un hogar a pesar que he vivido en la misma casa desde siempre pero lo más cercano que he tenido de un espacio donde te puedes sentir segura es aquí.
Con Reese.
La lluvia continúa sin parar, los truenos se escuchan más seguido y quizás afuera todo está oscuro y tenebroso, pero aquí, es perfecto.