Dios me hizo gay...

4

–¿Sabías que...Jesús una vez le hizo un milagro a un hombre gay? En el Evangelio de Mateo, un soldado Centurión le pide a Jesús que cure a su sirviente. Pero resulta que la palabra usada es páis que significa joven, no sirviente. En la literatura clásica páis representaba a un muchacho amado...Y otro evangelista, Juan, cambia la palabra por hijo, aún sabiendo que un Centurión tenía prohibido casarse o tener hijos mientras estuvieran de servicio. Entonces Juan, cambia también la palabra Centurión por "funcionario real"...

Mew me miró. Sé que se sorprendió porque me percibió atento. Hice un ademán con la mano para que continuara.

– Dios no está en contra de los gays...Algunas personas utilizan la historia de Sodoma y Gomorra para decir que Dios odia a los gays.– dijo Mew– Pero, ¿sabías que esas ciudades bíblicas no fueron condenadas por homosexualidad sino por había en ellas opresión, injusticias e idolatrías? Y el Génesis es muy claro...– continuó Mew al notar que yo seguía interesado– Dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza...Pero la palabra usada  es Ha'adam, y significa humano, no hombre. Primero humano , luego dividido en dos, hombre y mujer, salidos del mismo humano hermafrodita. –Mew tomó aire y continuó–Dios nunca estuvo en contra de los gays. La Biblia es un conjunto de historias y de reglas y mandatos sacados de contexto. Por ejemplo dos hombres no podían tener actividad sexual por la obligación del pueblo hebreo de tener descendencia. Incluso para preservar la raza hebrea, en tiempos del Antiguo Testamento, estaban prohibidos los matrimonios interraciales... Pero igual que ahora, habían hombres que se enamoraban de otros hombres...

Mew volvió a mirarme fijamente y dejó de hablar.

Le devolví la mirada. Me acerqué un poco hacia él  y le dije en un susurro:

–"...más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres..."

Mew me miró atónito.

–Jonatán y David...Siempre te fascinó esa historia bíblica, ¿no?

– Gulf, ¿por qué conoces esa frase?

– Hice un pacto conmigo mismo hace unos años. – dije– Cuando no estás conmigo, estás leyendo. Un día me di cuenta de que sentía celos de tus libros. Y me puse a leer lo que leías para...conocer a mi enemigo...

El rostro de Mew se iluminó con una sonrisa. Y ya no lloraba...

–¿Hasta cuándo vas a estar enojado conmigo?¿Me perdonarás alguna vez?

– Te lo haré saber.– le dije.

Tomé mi mochila y caminé hacia la puerta.

Mew clavó otra vez sus ojos en el mar.

La lluvia había parado y el cielo se estaba limpiando. Un suave rayo de luz se reflejó en el vidrio y tiñó a Mew, sólo por un segundo, de una cascada de colores.

Maravillado por aquella visión, volví hacia él , y lo abrazé con fuerza.

–Ya te perdoné...–le susurré.

Y como si fuera un niño pequeño se puso a llorar entre mis brazos...

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.