Dioses ll: Mitología azteca

Capítulo 12: Trece cielos

Quizá no hay enseñanza más preciada, entre las legadas por nuestros antepasados, que el hábito de observar con detalle el cielo. De ahí que, por ejemplo, una de las actividades más importantes en la historia del universo del hombre sea el . Basta recordar su naturaleza cíclica por sobre el tiempo (que demanda evolución, renovación o trascendencia) para recordarnos que su presencia es inevitablemente la más importante de todas.

Como reparador constante del caos, el Sol se debe al movimiento. En la cosmogonía nahua, los humanos son los responsables de mantenerlo en constante flujo mediante la ofrenda con lo más preciado de su alma en vida: la sangre. Si bien el dominio del Sol sobre la Tierra puede ser, algunas veces armónico y muchas otras turbulento, ningún horror le es equivalente a los que desataría un Sol inmóvil. Porque cada cuerpo celeste en movimiento se ve reflejado en un cuerpo humano, ese microcosmos mismo.

Para los mexicas, que habían adoptado ideales milenarios desde sus precedentes Toltecas, replicar al universo en sus vidas a manera de refracción metafórica era imprescindible. Una de las formas más idílicas fue la representación de su Mito de los trece cielos. En esta leyenda, pilar de su doctrina en torno al origen de la creación del "Quinto Sol" (nuestro tiempo), se describen los espacios geográficos en los que ha de dividirse el universo que son tres: la tierra, el cielo y el inframundo. Estas tres dimensiones fueron creadas a partir de Cipactli, una criatura mitad cocodrilo, mitad pez nacida de la "sustacia". Cipactli flota en el vacío (semanahuactli). Quetzalcoatl le asesina y de su cuerpo habrá de crear el universo con trece cielos (nueve en un principio) que ocupan la cabeza de la quimera; la tierra, (o Tlalticpac) en su centro y nueve inframundos provenientes de su cola.

 Quetzalcoatl le asesina y de su cuerpo habrá de crear el universo con trece cielos (nueve en un principio) que ocupan la cabeza de la quimera; la tierra, (o Tlalticpac) en su centro y nueve inframundos provenientes de su cola

 

La leyenda narra que tanto el nivel de los cielos como el de los inframundos pertenecen a la región vertical del universo, mientras que la tierra se desdobla horizontalmente, tomando el adyacente de una especie de rosa de los vientos. Este mismo plano se ve también influenciado por fuerzas superiores e inferiores que habitan en los trece cielos, ya que diariamente cuerpos celestes descienden al inframundo y ascienden de él, pasando por el plano terrenal. De ahí que los aztecas –y en realidad la mayoría de culturas prehispánicas– relacionaran profundamente los astros con los hechos cotidianos.

Pero en el supramundo –los trece cielos–, recae una importancia todavía más relevante. Cada uno de estos cielos representa moradas, y en cada morada se hayan seres espirituales seccionados por lo que pareciera ser un grado de "consciencia". A continuación una descripción breve de cada cielo:

Primer cielo: Ilhuicatl Meztli

"Donde se mueve la luna"

Primer cielo inmediato sobre la tierra. Camino por donde se mueve la Luna (Meztli) y se sostienen las nubes. Esta habitado por: Tlazolteotl, Dios de la inmundicia. Tlaloc, que punza el vientre de la nube. Ehecatl, el que hace caminar a las nubes.

Segundo Cielo: Cintlalco

"Donde se mueven las estrellas"

Las estrellas corren divididas en dos ejércitos: Centzon Mimixcoa: Las cuatrocientas del Norte. Centzon Huitzinahua: Las cuatrocientas del Sur. También se encuentran: Citlaltonac, la vía láctea. Tezcatlipoca ocelotl, la osa mayor. Citlaxonecuilly, la osa menor. Colotl, la constelación de Escorpio.

Tercer cielo: Ilhuicatl Tonatiuh 
"Donde se mueve el sol"

Aquí se desplaza Tonatiuh, el Sol, en su camino desde del país de la luz hasta su casa de occidente para sumergirse en el inframundo.

Cuarto cielo: Ilhuicatl Huitztlan 
"El cielo de la estrella grande"

Es el camino celeste por donde se mueve Citlapol o Hey Citlallin (Venus), la "Estrella grande, la mayor y la más brillante", también viven: Tlahuilcalpantecuhtli: Dios de la mañana o de la luz, señor del alba, advocación de Quetzalcoatl, asociado con Venus como estrella matutina. Huixtocíhuatl ó Uixtociuatl, diosa de la sal.

Quinto cielo: Ilhuicatl Mamoloaco 
"Cielo que se hunde o taladra"

Lugar de los cometas, estrellas errantes. Citallin-popoca"Estrellas que humean" Citlalmina, cuando tienen cola. Xihuitl, cuando tienen cabellera.




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