IV

Todo mi cuerpo está entumecido, adolorido. En mi vida había sentido un dolor como este. He intentado incorporarme a la habitación y no puedo, mis piernas no me responden, las siento húmedas. Me estoy mareando. No creo que siga escribiendo por un rato, intentaré dormir un poco, aunque no tengo sueño, aunque me sea imposible realmente descansar, estoy por colapsar... Así que lo intentaré...

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No puedo procesar mis propios pensamientos, me falta el oxígeno. No... como la última vez, tengo frío y hambre. En todo el tiempo que llevo aquí no he probado bocado. Tal vez por eso he tenido esta visión mientras dormitaba, en la cual estaba colgada de aquellos ganchos en forma de corazón y... y mis piernas... no encuentro palabras para describirlo, siento las lágrimas amenazando con salir. En esa visión, una cosa humanoide, yo creo que era el mismo demonio que me encerró aquí, el mismo... que la hizo desaparecer... ese demonio corto, opero, modifico mis piernas, esa pesadilla se sintió tan real, como cortaba por mi piel, la sangre que me goteaba, lo que introducía en ellas, como perdía el conocimiento por el dolor... Y ahora no me puedo mover, siento dolor, siento que me pierdo a mi misma, siento mis piernas humedecidas, huelo la humedad, siento frío y huelo sangre.

La iluminación tenue cobro algo de fuerza, ahora puedo ver con más claridad que al empezar este fragmento, aun con mi vista algo nublada. Estoy recostada en la pared, inmóvil... No me puedo mover de aquí, no podre huir aun si tengo la oportunidad. Ahora que podía observar mi impedimento, sabía que estaba perdida, mi pesadilla fue real, todo era real. Era obvio, aquella persona o cosa que entro a la habitación tenía la intención de añadirme a su colección, mis piernas ensangrentadas ahora se asemejaban a las de una marioneta.