No sé de quien fue la brillante idea de que los jóvenes entremos al instituto a las 7:00 de la mañana, eso supone que debo despertarme a las 6:00 para poder dormitar los 30 minutos necesarios sobre la cama mientras decido si es muy importante ir a la escuela, total, ya he aprendido lo que necesitaba para vivir tranquilamente sin quedar como una tonta con solo caminar, y los otros 30 minutos para darme una ducha, vestirme con ese espanto que los directores y maestros llaman uniforme y comer un plato de panqueques con mucho sirop, debo admitir que es mi parte favorita de esos 30 minutos que no estoy sobre la cama decidiendo si me hago la enferma o le hago caso a mi nana que viene a ver si ya me he levantado cada 2 minutos, sabe que es lo máximo que puedo mantenerme despierta a estas horas de la mañana.
Ya han dado las 6:50 de la mañana y yo aun sigo en casa
-¡Genial!, llegar tarde el primer día de clases y encima en un nuevo instituto– dije para mis adentros sabiendo que este no iba a ser el mejor día.
Con los nervios a flor de piel me dispuse a repetirme en la mente durante todo el camino hasta el instituto
-Tranquila, todo está bien… solo vas a entrar en el más famoso, prestigioso y lujoso colegio de Barcelona... no es que sea para tanto estudiar en el American School of Barcelona (ASB)- me decía una y otra vez sin creerme una sola palabra de lo que estaba diciendo.
Pero todos aquellos pensamientos hicieron un sepulcral silencio en el momento que sentí como el auto de mi madre giraba a la derecha para entrar en el estacionamiento de aquella casa blanca que llamaban colegio, debo admitir que eso no detuvo mis nervios, todo lo contrario, el simple hecho de ver a todas estas chicas guapas en grupitos de tres mirando el Lexus color blanco de mi madre parquearse frente a la dirección donde me iba a ver con la persona que me daría el tour por el instituto me ponía los pelos de punta, hasta que sentí un breve chasquear de dedos frente a mis ojos fijos en un punto selecto, sacarme de aquel coma en el cual me había auto sumergido para luego informarme que ya podía bajarme y dirigirme hasta donde me señalaba con una sonrisa en la cara
- ¿Esto le parecía gracioso?- Sin decir nada solo bajé del coche y me dirigí hasta donde aquellas manos me habían señalado, no pasaron tres segundos hasta que todas mis esperanzas por no ser el hazmerreír de todo el colegio se esfumaron como cenizas frente a una sopladora de hojas cuando escuche a mi madre bajar el vidrio oscuro y gritar a todo pulmón.
- ¡pásala bien y has muchos amigos mi niña! -
Esas palabras pasaron de parecer un lindo helado de chocolate, a un balde de agua fría en pleno invierno cuando vi como múltiples pares de ojos se posaban en mi un segundo después de aquel escándalo que había formado mi madre al gritar aquellas palabras como si a una niña de cinco años se refiriera. Solo voltee y levantando mi brazo derecho al tiempo que movía mi muñeca de izquierda a derecha deje saber que me despedía con sumisa cordialidad de la persona que me había dado la vida y que me había hecho pasar la peor vergüenza de mi existencia en los primeros cinco minutos de entrar en mi nuevo colegio.
Sin un milímetro de ganas de seguir ahí parada esperando que la gente se decidiera a tomarme fotos y subirla a las redes sociales de la escuela como un nuevo titular, entré en la oficina donde al platicar dos minutos con la secretaria me presentaron a alguien.
-Hola soy Adam Sandersen y hoy seré tu guía para que conozcas el (ASB)- dijo el, con una voz preciosa que me hubiese encantado escuchar cuando lo vi tan concentrado escribiendo algo desde que estaba en el auto con mi madre.
Tenía mucha curiosidad de preguntarle qué era lo que tanto escribía pero… ¿eso sería ser muy metiche no? No me dio tiempo a intentar resolver mi pequeña incógnita porque otra vez esa voz me saco de mis pensamientos haciéndome una pregunta que debo admitir no entendí en lo absoluto porque me perdí en sus hermosos ojos que me miraban con intriga esperando una respuesta.
- ¿Como te llamas?- me volvió a preguntar mirándome divertido al darse cuenta de que no le había escuchado
-Mi nombre es Alice… Alice Martínez- le respondí, consiente de que me había ruborizado un poco
-Un gusto conocerte Alice- al decir eso ya no escuché nada más en todo el trayecto que tuvimos por el colegio salvo en el momento en el que menciono laboratorio de biología, ahí toda la atención que le había dedicado al paisaje del campus y al chico tan educado que tenía a mi lado pasó rápidamente a la puerta blanca con un horrible cerrojo que se tardó unos eternos 2 minutos en abrirse para dejarme ver el paraíso en la tierra… era magnifico todo lo que veía, este colegio tenía el mejor laboratorio de biología de toda España, habían alrededor de 30 microscopios incluyendo digitales y los últimos modelos de los profesionales, era magnifico.
Al ver mi cara de asombro Adam se giró hacia mí para explicarme mis horarios de clases y sugerirme las horas que podía tomar para pasar allí. pude entrar al (ASB) cuando gane una convocatoria a los microbiólogos de España, teníamos que entregar un proyecto sobre la mezcla y composición de sangre de 3 especies de anfibios distintas, no fue fácil mezclar sangre de rana con sangre de serpiente las condenadas son básicamente opuestas en composición pero pude ganar la beca para estudiar en ese instituto con la condición de que tomara biología como materia adicional y les entregara un proyecto al final de cada año con los últimos avances de mis investigaciones, utilizando los nuevos conocimientos que fuera adquiriendo, y si lograba avanzar lo suficiente en capacidades biológicas tendría una beca asegurada en cualquier universidad europea que eligiera.