Dolunay

Capitulo 7: Contrató

 IAN

 

Suspire cansado mientras veía correr los números del ascensor. Mi reloj marcaba las seis y media y yo volvía de hacer ejercicios, ya se me había hecho costumbre no dormir nada por las noches y despertar más temprano de lo normal. 

Bajé del ascensor y camine por el pasillo mientras buscaba mis llaves en el bolsillo de mi pantalón deportivo. Pero me detuve a mitad de camino cuando la vi, de pie enfrente de mi puerta. Vestía un pantalón negro, con un brezer en color blanco igual que su blusa y su pelo castaño claro lo llevaba suelto con unas cuantas ondas.

-Alguien mas se despertó temprano hoy- hable casi en un susurro mientras continuaba mi camino hasta llegar a mi puerta.

 -Buenos días- dijo volteándose y mirándome nerviosa

-Buenos días. ¿cómo sabes donde vivo?-pregunte mientras habría mi puerta y entraba.

-Eso no importa. ¡Tenemos que hablar!-contestó evitando mi pregunta. 

- Si es por nuestro inconveniente, déjame decirte que aun no lo he solucionado. Te avisare cuando lo haga- dije para luego comenzar a cerrar mi puerta. 

-¡Acepto!... Acepto comprometerme contigo- volví a abrir mi puerta y le sonreí de lado.

-¡Bienvenida!- dije mientras le daba el paso para que pudiera entrar, lo cual hizo enseguida.- siéntate por favor- le ofrecí mientras caminaba detrás suyo-¿Café?

-Si. Gracias- fue lo único que respondió camino hacia los sillones, sus tacos resonaban por la casa mientras yo me dirigía a la cocina. 

Luego de unos segundos volví con dos tazas de café y unas cuantas hojas.-Bueno, ¿que te hizo cambiar de opinión?- le pregunte mientras le entregaba la taza.

-Al igual que tu, necesito obtener algo- 

-¿Un amor?- pregunté con ironía mientras me sentaba.

-¡Una empresa!- contesto enseguida.

-Bueno te escucho- 

-Mi madre desea que me case o este comprometida para obtener el cien por ciento de nuestra empresa y no se me da muy bien que digamos el tema del amor- contestó con apuro.

-Entonces ¿necesitas una fachada?- 

-Algo así. ¿y tú? - pregunto para luego tomar un sorbo de su taza.

-Mi ex se casara y necesito demostrarle que cambie para que ella vuelva conmigo-

-¿Por que no solo le dices que vuelva contigo?- pregunto con sorpresa.

-No se me dan muy bien las conversaciones de amor- le respondí con sus mismas palabras- Imprimí este contrato- dije mientras le ofrecía los papeles y terminaba con la conversación anterior.

-¿Vas por la vida con contratos listos?- sonrió apenas. 

-Me gusta adelantarme a los hechos-

-Pero... ¡esta vacío!- dijo mientras revisaba las hojas una por una.

-Si, lo llenaremos juntos. Colocaremos todo lo necesario para estar de acuerdo y evitarnos problemas- me miro por unos segundos para luego tomar un lápiz de la pequeña mesa de color blanco que nos separaba.

-Bien- dijo mientras se acomodaba en el piso para poder apoyar el papel- vamos acércate - dijo señalando el piso del otro lado de la mesa.

 Lo primero que pensé fue, ¡tengo una mesa y sillas!, pero luego la vi tan a gusto sentada allí que sin decir palabra alguna la obedecí y me senté enfrente de ella. 

-Punto uno: No puedes besarme- dijo de la nada cuando ya me había acomodado y supe que era por cómo nos conocimos. O más bien, como la obligue a conocerme. 

-Es lo que las parejas hacen- respondí 

-Si, las parejas reales- 

-Lo cuál debemos aparentar ser- 

-Bien. Pero solo si es necesario- dijo fastidiada

-¿No piensas que nos veremos raros?, todas las parejas se besan en todo momento- le volví a decir. 

-Pues, puedes darme besos en la mejilla- contestó hábilmente mientras lo anotaba en la hoja. 

-Punto dos: no puedes preguntar el por qué y tampoco estar demasiado cerca de mi- dije con autoridad. 

-Bien- contesto confundida- punto tres: no dormiremos juntos- 

-Tranquila no pensaba en tener intimidad contigo- dije

-Eso es más que obvio que no pasara y no es a lo que me refería- contesto levantando una ceja. Aclaré mi garganta por el incómodo momento. 

- Punto cuatro: me acompañaras a fiestas y todo lo relacionado con la empresa- continúe 

-Estoy de acuerdo, tu también- contesto segura.

-Punto cinco: debes de estar conmigo en la empresa todo el tiempo. Llegas y te vas conmigo- 

-¿Sabes que tengo una empresa por la cual responder no?- dijo un poco molesta.

-Sí y también sé que trabajas desde tu casa la mayoría del tiempo- 

-¿Cómo sabes eso?- preguntó aún más molesta

-Tu padre lo comentó en una nota- dije sin importancia 

-¿Buscaste sobre mi?- 

-¡No!- dije enseguida. Claro que si lo había hecho. Se quedó mirándome un tanto confundida.

- De todas formas, ¿que hay con el punto dos? - 

-Lo manejaremos y encontraremos la solución, pero debemos estar juntos para que se vea real- respondí. 

Lo pensó por unos segundos y luego acepto aunque no se veía convencida. Continuamos llenando aquel contrato que tal vez nos salvaría y ayudaría a conseguir lo que queriamos o tal vez, ¡nos hundiría a ambos!. Nos llevó bastante tiempo ponernos de acuerdo, pero al final se podría decir que lo habíamos solucionado. Ambos firmamos el contrato y cada uno guardó el suyo. Ella lo colocó en su cartera y yo lo guarde en un cajón de la biblioteca que estaba junto a la sala. 

-Me cambiaré y enseguida regreso- dije antes de ir a mi habitación. 

-Esta bien- respondió algo incomoda. 

Solo tarde unos minutos en bañarme y vestirme, no quería hacerla esperar tanto tiempo. Así que me vestí rápido con uno de mis trajes azules, camisa blanca, corbata azul, un chaleco gris oscuro y unos zapatos de punta en color marrón. Por último me mire en el espejo para terminar de peinar mi pelo.

Salí de la habitación y me dirigí a la sala, cuando llegue la vi parada junto al ventanal cruzada de brazos observando los edificios.



#27011 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, dolor

Editado: 08.08.2024

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