Dominante

Capítulo 10 "Mi héroe"

El celular comienza a sonar, con la vista borrosa veo la pantalla y no logro enfocar adecuadamente para averiguar de quien se trata, así que respondo... - ¿Hola? -.

- ¿De qué diablos hablabas esta tarde antes de irte de la oficina? – miro la pantalla de nuevo, esta vez veo perfectamente bien. -Responde-.

-No estoy en horario laboral, si no tiene sueño entonces haga otra cosa que no sea despertarme a mí-.

-Eres la peor secretaria del mundo-.

-Ay por favor, no le queda el papel de mártir, si usted fuese un buen jefe aceptaría tal comentario, pero es peor que yo-.

-No puedo creerlo, no cierras la boca... deberías aceptar la verdad y no atacarme a mí-.

- ¿Yo soy quien no cierra la boca? -.

- ¡Escúchame bien...! - un extraño sonido proveniente del piso inferior llama mi atención.

-Silencio- le pido de inmediato.

- ¿Ahora te atreves a callarme? -.

-Por favor no hable, escuché un sonido extraño-.

- ¿En donde estás? Si estás en tu habitación asegura la puerta y llama a la policía ahora-.

El sueño se ha ido por completo, veo el reloj en el mueble de al lado, tres de la mañana. Me quedo un momento en total silencio intentando identificar si ha sido solo un sueño o el ruido lo haya hecho algún vecino que no tenga sueño y haya decidido reparar su techo. Ya no logro escuchar más, sin embargo, la curiosidad me invade, así como el miedo, he dejado las ventanas cerradas y estoy muy segura de que aseguré la puerta. – Haz lo que te digo, ahora- probablemente me he equivocado, dejo el celular sobre la cama y me levanto, camino hacia la puerta sin encender la luz o hacer ruido, ni siquiera me he puesto los zapatos. Cuando abro la puerta un poco escucho el crujir de las escaleras, de inmediato la cierro, mi corazón late rápido, alguien ha entrado. Antes de poder poner el seguro alguien la abre y empuja con fuerza haciendo que caiga al suelo, las luces se encienden, rostros familiares me observan con total satisfacción.

Conozco a esos hombres.

- ¡Lo sabía! Te dije que ella vivía aquí- el más joven golpea con orgullo el hombro del tipo con el gran bigote, como si hubiese dudado de él.

- ¿Qué es lo que quieren? ¿Qué hacen en mi casa? – no sé qué sentimiento me invade ahora en mayor medida, si el miedo o el enojo, aunque, teniendo en cuenta que son tres y llevan armas supongo que debería ser el miedo. -La policía ya viene en camino- dos comienzan a reír y el tercero se acerca a la ventana a cerrar bien las cortinas. El celular sigue en la cama, no recuerdo haber colgado, si es así él llamará a la policía, sabe sonde vivo así que si no colgó él ya debe estar por hacerlo, o al menos eso espero.

-Mientes. Dime algo, ¿Tu novio está aquí? - entra al baño y al armario como si esperase encontrarlo.

-No responderé nada- el idiota del bigote se acerca y me levanta, me sujeta del cuello empujándome hasta la pared.

-Deberías tener cuidado con ese tono de voz jovencita, si fuera tu padre ya te habría hecho pagar por responderme de esa manera-.

-No se atreva a decir que podría ser mi padre, porque eso peor que la muerte- lo veo fijamente sin apartar la mirada, todo mi cuerpo parece quemarse.

-Deberíamos divertirnos con ella antes de llamar a su novio, yo la veo bastante bien- el tipo de atrás muerde su labio inferior mientras me observa de arriba abajo. Veo alrededor intentando idear algún plan para salir de esta situación, mi mente está en blanco, solo puedo pensar en que si su mano continúa presionando mi cuello terminaré por desmayarme en cualquier momento.

-Es la chica del millonario ¿Cuánto nos dará por no hacerle daño? Aunque podríamos jugar un rato antes de...-.

-Idiotas, quieren dinero, pero él no es mi novio, solo soy tu secretaria- idiota, eres una idiota, no debí decir eso.

-Rolan, su celular... hablaba con alguien, y sigue aquí...- mi corazón late más rápido que antes cuando el tipo toma el celular con la otra mano.

-¡Dame ese teléfono!- uno de los tipos que me tienen rodeada me arrebata el celular -¿Quién habla?... oh vaya, eres tú, millonario... tenemos a tu chica... sí, bueno la verdad es que todos aquí queremos jugar con ella un poco- comienza a reír, entonces guarda silencio y sonríe. - ¿Nos estas amenazando? Escucha, no creo que estés en posición de amenazar a nadie aquí, y si te atreves a llamar a la policía entonces apretaré más fuerte su cuello ¿Entiendes? – la presión en mi cuello aumenta, entonces me suelta y caigo al suelo, comienzo a toser e intento tomar aire, todos en la habitación ríen al unísono. Malditos. -Bien, eso es lo que quería escuchar, pero mejor dime... ¿Cuánto estas dispuesto a pagar por ella? -.

-¡Pierden su tiempo!, el Presidente no es mi novio y no va a pagarles por mí- añado con seguridad, hay no, creo que eso es malo, moriré aquí, él no pagara nada.

-Entonces te esperaremos aquí millonario, recuerda, quinientos mil, y si nos fallas, ella se muere- abro mis ojos tanto que siento que se saldrán de sus órbitas, mis labios están fríos y mi garganta seca. 

- Voy a morir, déjenme ir por favor, él no vendrá, se los juro, no va a venir, puedo conseguir el dinero...-.




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