Capitulo I.

2 semanas... 2 semanas se cumplían hoy desde que la ciudad dejo de ser transitada, en donde salían de sus casas a las 5:30am y regresabas a loa 5:30pm y no volvías a salir por miedo a que te culparan de mi desaparición.  

Tan importante se había hecho que incluso 5 chicos investigarían. Pero... ¿Qué descubrirán? Si yo no estoy desaparecida, pero solo será un secreto entre tú y yo.  

Justin Cooper, hijo de uno de los empresarios más importantes de toda la región, vive en Springfield. Estudia periodismo en una de las universidades de esta localidad dejando su apellido en lo más alto convirtiéndose en uno de los mejores de su universidad, siendo uno de los elegidos para investigar un caso que cada día tiene más interrogantes y que por supuesto será un gran reto para el niño de papa.  

Emily Adams, es una de esas chicas perfección, la cuales en los libros de novela juvenil es tratada como la mala. Aquella que hace de todo para parecer la villana, pero por supuesto, como casi en todos los clichés tiene un pasado oscuro y por alguna razón en su universidad piensan que puede ser una de las indicadas para investigar porque me desaparecí. 

Joseph Mcadams, el chico tímido o es así como es llamado en la universidad –sí, así como si estuviesen en la escuela aun- y en las calles de Detroit. Todos los que no lo conocen más allá de sus libros de economía y sus lentes lo etiquetan así. Pero yo... yo lo conozco mejor que el mismo.  

Liam Baker, nadie sabe porque sale a hurtadillas de su casa todas las noches, siempre el mismo día. Su mama cree que son drogas, los vecinos solo dicen que son cosas malas. ¿Yo? Solo me rio.  

Valerie Cliffin, es una chica trabajadora, que vela por tener un futuro mejor. En la noche es otra cara, su delantal y gorra de la heladería donde trabaja se convierten en tacones y maquillaje; y su trabajo por supuesto no es en esa inofensiva heladería de Seattle, en cambio es en un burdel. Su mama murió hace 2 años, su padre nunca la reconoció como su hija, su abuela es la única que esta con ella, pero es una anciana de 80 años. ¿Por qué lo hace? Definitivamente tiene una doble vida, ¿Cuál será su secreto? 

Les espera una investigación, larga y confusa. Yo me divertiré viendo como Cleveland se vuelve un caos.  

Justin Cooper. 

Toda mi vida he estado preparado para llevar mi apellido a la cima y lo he cumplido, como lo hizo mi abuelo y también mi papa. Hoy por fin me puedo sentir satisfecho de haber cumplido la misión, estoy a un solo paso de graduarme, aunque falte un paso final pero no menos importantes. Debo conseguir hacer un reportaje de un tema sumamente serio y por supuesto debe ser el mejor. 

Y lo he conseguido, pero debo viajar a un pueblo que está a dos horas desde mi ubicación. 

—...así que debes comportarte Justin, lo que estas a punto de hacer no es ninguna cosa de niños—mama parloteaba si cesar acerca de la idea que tuve que según ella es muy descabellada—, debes hablar con tu padre acerca de irte a Cleveland, entiendo que es para tu universidad y de eso depende tu futuro, pero debes consultarlo con él. Sabes cómo se pone cuando no le avisamos de algo—mi vista recae en mi madre quien no ha dejado de decir cuan poco probable era que me dejaran ir o que mi papa me dejara ir.  

—Claro hablare con él, aunque nuevamente te digo que esto ya no depende de ustedes. Papa me puede pagar la universidad y todo lo demás pero las decisiones acerca de lo que hare con ella es mía—suspira rendida, sabiendo que no ganara contra mí. Posa su mano sobre mi hombro dándole un apretón. 

—Sabes que no depende de mí, hijo—me mira con cariño, deposita un beso en mi mejilla. Toma sus cosas y se marcha sin decir ni una palabra más.  

Ve y conquista a la bestia. Me aliento a mí mismo para armarme de valor y dirigirme hacia el despacho de papa.  

Tengo la certeza de que dirá que no, pero tengo la misma certeza de lograr convencerlo. Sería un 50/50. 

Camino en dirección hacia las grandes puertas de madera en donde dice Mr Cooper no sin antes sonreírle a la rubia chica que papa tiene como secretaria esta sonríe y baja su vista nuevamente a lo que sea que se encontraba haciendo. 

Toco la puerta y no recibo ninguna respuesta del otro lado así que me tomo el atrevimiento de pasar. El olor a cigarrillo llega de inmediato a mis fosas nasales, miro con cuidado el lugar como si no lo hubiese visto en los veinte años que tengo de vida y es que el sitio seguía siendo el mismo, nada había cambiado. El escritorio se encontraba ubicado en el centro, las paredes seguían siendo del mismo color blanco insípido.