¿dónde está Eva Meyer?

*Capítulo 4* Azul rey

*Capitulo 4*

*Seis meses antes*

Un banquete de la familia Meyer había sido anunciado a todos los familiares, accionistas y de más… un típico banquete al que no todos eran invitados pero aun así había mucha gente dentro

-Abuela mayor Meyer- dijo Martina abrazando a la abuela Mayor Meyer pero está dio un paso para atrás-

-Bienvenidos- dijo solamente la Abuela mayor Meyer-

-Abuela Mayor Meyer- dijo Helga y la abuela Mayor Meyer sonrió levemente a su nieta-

-Helga, que hermoso vestido salmón- dijo la abuela mayor Meyer-

-Gracias abuela usted también se ve fascinante con ese vestido verde- dijo Helga y la abuela Mayor Meyer asintió con una pequeña inclinación de cabeza-

-Abuela mayor Meyer-  dijo Ignacio acercándose- quisiera bailar la primera pieza de baile con usted- dijo feliz tomando la mano de su madre pero está la apartó-

-Hubieras pensado en ello cuando sonó la primera canción del banquete, ya no sirve – dijo pasando de largo hacía un área reservada solo para ella… ella y dos personas más… y como si los invocarán las puertas se abrieron logrando ver a los mellizos  a juego con conjuntos de color azul rey… un típico color que aunque muchos tenían uno parecido por maravilloso que sea nadie tenía ese color exacto, ellos eran capaces de eso y más… ¨los mellizos dignos del apellido Meyer¨ como muchos los llamaban,  ellos eran nada más y nada menos que los mellizos… Eva y Evan Meyer-

Una sonrisa extensa se dibujó en la cara de la abuela Mayor Meyer, se notaba la felicidad que crecía entre más caminaban a su dirección. Evan y Eva caminaban con elegancia y Sofisticación  Evan iba vestido con un smoking a juego del mismo color azul rey que Eva, una corbata ligeramente plateada con franjas horizontales de azul y negro con un toque casi nulo de rojo. Eva iba con un vestido Azul rey con un corte en la pierna derecha que llegaba unos 10 cm arriba de la rodilla, un escote en forma de corazón pero no muy pronunciado, y unas mangas que colgaban como si hubiera sido casualidad que estuvieran ahí,  algo descriptivo en ella era un flameante y ardiente color rojo en sus labios… un rojo tan misterioso… abrazador…ardiente… astuto…intrigante…elegante… que junto a su lunar al  lado derecho unos 3 centímetros debajo del labio inferior dan un estilo  poderoso, sutil y  sofisticación algo que destacaba cada cualidad de Eva Meyer y la gente que la conocía sabía que ese rojo nunca podía faltar en sus labios, nadie sabía la razón pero sabían que ese color siempre estaría ahí si Eva salía fuera de casa.

-Buenas noches Abuela Dorothea- Fue Eva la primera en hablar, sus pendientes de diamante colgaban de su orejas casi discretamente-

-Buenas noche Dorothea- dijo Evan saludando a La abuela mayor Mayer y aunque sonará descortés él era el único que la abuela Mayor Meyer permitía, tenía derecho y podía  llamarle Dorothea y Eva era la única que tenía su permiso, tenía derecho y podía llamarla Abuela Dorothea-

-Mis nietos, que delgados los veo ¿han estado comiendo bien?- dijo tomando una mejilla delicadamente de cada mellizo con una mano de ella-

-Pero claro que si abuela – dijo Eva despegando su antebrazo del antebrazo de Evan para tomar el antebrazo de su abuela- hasta creo que he estado engordando últimamente- dijo Eva queriendo sacarle una sonrisa a su abuela y esta sonrió-

-¿Qué tal tu Evan? ¿Salud?- dijo la abuela Mayor Meyer-

-Perfecta- contesto en automático Evan-

-¿Desayuno? ¿Comida? ¿Cena?- dijo la abuela mayor Meyer-

-En abundancia- dijo Evan-

-Esos son mis niños- dijo volviendo a sentarse justo en medio de dos sillas que aguardaban para los mellizos, ellos no dudaron en sentarse y así fue como la primera y segunda foto fueron tomadas y fue nada más y nada menos que Helga y su madre el cual mandaron fotos de Eva y Evan por un chat privado con las palabras “A llegado el príncipe y la princesa a su asiento”

*Minutos después*

Evan se encontraba al lado de su Dorothea cuando Eva se levantó de su asiento al baño siendo seguida por su tía Gertrudis y así fue como la tercera foto fue tomada con la mentalidad de ¨ Es hora de sacar tu verdadera cara Eva Meyer¨

-¿Ya no saludas?- dijo Gertrudis con malicia hacia Eva al llegar al baño-

-Nunca lo he hecho- dijo Eva sonriendo con desinterés-

-INSOLETE, siempre con tus faltas de respeto- dijo Gertrudis-

-¿Qué se le ofrece?- dijo directamente Eva cansada de esa plática mientras se secaba las manos-

-¿Cómo puedes creer que he venido a pedirte un favor?- dijo Gertrudis indignada-

-No entiendo entonces ¿qué hace en el baño obstruyéndome pasar a mi mesa?- dijo Eva y Gertrudis notó que estaba directamente en la puerta obstruyendo la pasada-

-¿Qué acaso estas tan gorda que no pasas? Y hablando de cosas feas ¿Te has visto en el espejo antes de salir? El azul y el rojo no combinan, sin hablar de esos aretes baratos, ese horrible cuerpo tuyo hace que parezcas de esas chicas que trabaja en burdeles, te ves vulgar, solo es mi opinión- dijo Gertrudis cruzándose de brazos con autoridad, Eva solo la miro y suspiró-

-¿Te vas a mover o traigo una grúa?- Dijo Eva sonriendo arrogantemente-

-¿Qué?- dijo Gertrudis desorientada, no era nueva la actitud de Eva, ella usualmente era cruel con quien fuera que la subestimara o intentará faltarle al respeto pero con Gertrudis Eva usualmente no era tan cruel o si lo era solo respondería igual que ella pero eso era antes, antes que Eva se enterara de que le divertía ofenderla en todos los sentidos de la palabra. Eva y Gertrudis llevaban 10 años sin verse en persona y Gertrudis no podía creer el gran cambio tanto físico como de personalidad de su sobrina -

-La carne de cerdo no es transparente Gertrudis – dijo Eva alzando las comisuras de sus labios-

-¿A QUE TE REFIERES?- gritó Gertrudis molesta-

-Ya sabes… ambos son pequeños, gordos, con una nariz grande y piel rosada,  casi puedo poner a un cerdo a tu lado y no sabré distinguirlos- dijo Eva riendo con cinismo-




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