Donde florecen las rosas:un hombre a Maria.

Sinopsis

Cuando la profesora de literatura nos pidió que escribiéramos sobre una heroína, muchos de mis compañeros comenzaron a hacer listas : científicas, activistas, figuras históricas.Yo en cambio ,me quede quieta, sonriendo.No tenía que buscar muy lejos :mi heroína siempre habia estado a mi lado, oliendo a rosas y susurrándome cuentos al odio

Su nombre era María y era mi abuela.

Vivía en San Fernando , Cádiz,un rincón donde el mar conversa con el viento y las tardes huelen a sal y a pan recién hecho.La casa de mi abuela era sencilla,pero en sus paredes se respiraba amor,de ese que no necesita palabras para sentirse.

Cuando mi abuelo se fue a servir en la guerra civil , María se quedó sola.No hubo dramatismo,ni lamentos se puso el delantal y siguió adelante.Trabajó, cuidó , enseñó, protegió.

Luchó cada dia como luchan las mujeres que entienden que ser fuerte no es opción ,sino destino.

Era una cocinera maravillosa.Cada guiso,cada bizcocho,cada plato estaba cargado de una ternura natural que no se podía comparar.Recuerdo como el aroma de su cocina se mezclaba con el perfume natural que siempre llevaba:el de las rosas.No habia ramos en su mesa, porque decía arrancar una flor era hacerla sufrir.Maria amaba la vida,en todas sus formas.

Mi rincón favorito era ella,Yo, pequeña, buscaba su regazo como quién busca refugio en medio de una tormenta .Me acostaba con mi cabeza en sus rodillas,y ella acariciandome el pelo,me contaba historias o simplemente dejaba que el silencio nos envolviera.Es ese silencio aprendí que el amor verdadero no siempre necesita palabras.

Maria era perfecta ,no perfecta como los héroes de los libros ,sino perfecta en su humanidad .En sus pequeñas arrugas habitan todas las batallas que había librado ,y en su sonrisa todas las victorias silenciosas que solo los corazones valientes conocen.

Hoy al escribir sobre ella, siento que las flores que tanto cuidó florecen dentro de mi, porque ser heroína no es salvar al mundo de un día para otro;a veces es salvar un mundo cada dia,en la mirada de un nieto,en un plato de comida caliente,en una acaricia sobre el cabello.

Mi abuela Maria no necesitaba reconocimiento.Ella sabía,sin decirlo,que en amor paciente,en la lucha diaria ,en la ternura sencilla estaba la verdadera grandeza.

Ella vive en mi ,en cada rosa que no arranco ,en cada abrazo que regalo,en cada recuerdo que atesoro.

En el jardín de mi memoria ,Maria sigue floreciendo.




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