Dos Almas Gemelas

CAPITULO XVIII

La luz de la luna era espectadora de un alma en pena que navegaba por los mares del desamor y la ira, hundiéndose cada vez más en lo más profundo de sus aguas.

 

GABRIEL

 

Su primer aniversario y yo aquí amándola como un imbécil más que el primer día, mi amor por ella ha ido aumentando cada día, desde que la conocí. He intentado todo este tiempo dejar de amarla, pero solo consigo lo contrario...

 

Gabriel estaba sentado en su cama, tratando de entender porque aún seguía tan aferrado y enamorado de Isabela, cuando ella solo tenía ojos para Dylan...

 

De pronto se escucharon unos golpecitos en la puerta, Gabriel estaba tan deprimido que no quería ver a nadie, por lo que no respondió.

 

Vuelven a escucharse esos toquecitos pero aún más fuertes y con más insistencia...

Hasta que de pronto la madre de Gabriel le hablo desde afuera.

 

MONICA -hijo!! Sé que estás ahí, ábreme, quiero presentarte a alguien...

GABRIEL- no quiero ver a nadie mama, no estoy de humor, lo siento...

 

Aunque las palabras de Gabriel estaban llenas de rabia, su madre abrió la puerta y pasó al cuarto, Gabriel la miro sorprendido, aquella era la primera vez que su madre invadía su privacidad.

Mónica era una mujer rubia alta, de ojos azules, delgada y con una ternura que era admirada por muchos.

GABRIEL- mama te dije que no quiero ver a nad....

 

Gabriel ya no pudo continuar hablando cuando vio aquella persona que entraba al cuarto seguida de su madre, era una chica de baja estatura, pelo rojo, ojos claros y una hermosa sonrisa.

AVRIL- hola.

GABRIEL - hola.

MONICA- hijo, ella es mi sobrina avril, vino a pasarse una temporada con nosotros, así que espero que te portes bien con ella, que se sienta a gusto y que la saques a conocer todo el lugar.

GABRIEL- mucho gusto avril, disculpa mi comportamiento, no es un buen día para mí. Yo soy Gabriel y claro que te ayudare a visitar todo el lugar. –Dijo Gabriel tratando de reparar lo que paso hace un momento.

AVRIL- gracias Gabriel, porque de verdad lo necesito y descuida, yo tampoco la estoy pasando bien.

MONICA- bueno, los dejo para que se pongan al día, yo iré a hacer la cena.

 

Mónica salió de aquella habitación sin darse cuenta de que allí acababa de surgir un sentimiento, una decisión y corazón con esperanza!!!

GABRIEL- y bien, se puede saber porque decidiste venir aquí? - dijo mientras se sentaba en su cama al lado de avril.

AVRIEL- mis padres se separaron y no lo estoy pasando nada bien la verdad, necesitaba salir de casa un tiempo y despejar la mente, ocuparme en otra cosa, para no pensar tanto.

GABRIEL- wao! Entiendo cómo debes sentirte, pero que tipo de distracción tendrás tu aquí?

AVRIL- bueno, he investigado sobre un profesor de canto que es genial y he decidido hacerlo.

GABRIEL- cantas?

AVRIL- si, bueno, un poco...

GABRIEL - yo toco guitarra y piano, de hecho le di algunas clases a... Una amiga...- dijo Gabriel en tono de melancolía y bajando la cabeza. Se le notaba a leguas él sufrimiento.

AVRIL- sabes, no hay que ser adivina, para darse cuenta de que estás sufriendo por esa amiga. - dijo Avril, dándole palmaditas en el hombro.

GABRIEL- porque no salimos? Vamos al cine. Te parece?? -dijo Gabriel cambiando de tema. –Queria dejar de pensar en Isabela y buscaba una excusa para distraerse.

AVRIL-tendrás que contarme esa historia aunque me quieras evadir. Además tú madre está preparando la cena, no podemos dejarla sola.

GABRIEL- tienes razón. En cuanto a mi amiga, no quiero hablar de eso.

AVRIL- bueno, está bien, pero en algún momento tendrás que contarme.

 

**********

La noche era fría, llovía a cantaros, el ambiente que compartían estos dos enamorados era muy pesado. Estaban en el lugar más lujoso de toda la ciudad y aun así se sentía una gran tención.

ISABELA - y bien, ¿me vas a decir que te pasa que estas tan callado y ni siquiera me miras?

DYLAN –No creo que sea correcto hablar de esas cosas ahora amor, además, es nuestra noche, lo siento si estoy tan distraído, es que…..

ISABELA –Entiendo, tienes muchas responsabilidades encima, tu solo. –Dijo Isabela interrumpiendo.

Eres única, hasta en eso, me lo demuestras, nadie me conoce como tu, amor. –Dice Dylan dándole un leve beso en las manos.

La cena a partir de entonces fue agradable, reían, se miraban y de vez en cuando compartían besos llenos de amor.

Solo por esos momentos Dylan se olvidaba de esa triste noticia que había recibido y que no encontraba la manera de decirle a la mujer que amaba, se le ponía la piel de gallina, solo de pensar en la reacción de Isabela, esa semana buscaba mantenerse ocupado la mayor parte del tiempo, para no pensar, porque cada pensamiento lo mataba.



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En el texto hay: tristeza, sexo, amor

Editado: 05.06.2019

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