Los rayos del sol iluminaban toda la habitación, todo estaba en calma, no había más ruido que el del viento y los pajaritos del jardín, Dylan se encontraba en un profundo sueño, de pronto empezó a balbucear.
-Eres… per…
Lo despertó la alarma que puso el día anterior, se levando rápidamente, se dio una ducha corta, comió algo rápido y procedió a preparar las clases que le daría esa tarde a Isabela. Eran las dos de la tarde, no había dormido casi nada en la noche, no podía sacar a Isabela de su cabeza.
Las horas parecían eternas, a cada segundo Dylan miraba su reloj.
DYLAN
Bueno ya tengo todo listo, solo hay que esperar que llegue la hora, no quiero parecerle desesperado; quiero conocerla más, tal vez ella me ayude a descubrir que es lo que debo hacer, porque yo aún no lo sé.
Dylan tenía tres años estudiando filosofía fuera del país. Cuando tenía 16 años su padre lo envió a Francia a una escuela de expertos a estudiar, pero Dylan no estaba de acuerdo, solo accedió a irse porque en ese momento no tenía nada que lo atara a quedarse y penso que tal vez podria cambiar la forma de pensar sobre su vida aburrida que tenia hasta el momento, pero años mas tarde se dio cuenta de que no sera como pensaba.
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Se escucharon tres golpes en la puerta y esta se abrió; del otro lado estaba Isabela, quien recibió a Dylan con una gran sonrisa
ISABELA - Hola Dylan, estaba esperándote -Dijo Isabela al abrir la puerta.
DYLAN - Acompáñame, vamos a empezar tus clases.
ISABELA - Cómo?... No será aquí en casa?
DYLAN - No. He pensado en llevarte a un lugar de más paz, para que te concentres mejor, te parece?
ISABELA - Pues sí, está bien. Vamos!!
ISABELA:
Estaba más desesperada por ver a Dylan que por recibir las clases, de pronto escucho tres golpes en la puerta, cuando abrí, ahí estaba él. Se veía hermoso, aún más que anoche. Tenía unos jeans negros, una camisa blanca y unos converse rojos; me parecía un espejismo celestial!!
Me sorprendió mucho cuando me dijo de ir a otro lugar, me emocione bastante, no sabía cómo era el lugar, pero si sabía que estaríamos solos y ese tiempo seria solo para los dos y tendría la oportunidad de conocerlo mejor. Ya no me ponía nerviosa, al contrario ahora podía hablar de cualquier cosa con él y me sentía a gusto.
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Llegamos a un lugar inmenso, un jardín sin fin, lleno de flores, árboles, el lugar era un sueño, daban ganas de no irte nunca, a lo lejos pude ver una pequeña terraza, hermosa y llena de flores.
DYLAN -Allí te daré las clases. Te gusta el lugar?
ISABELA -me encanta, es como estar en un sueño, se siente una enorme paz. Tenías razón Dylan.
DYLAN -me encanta que te guste Isabela.
DYLAN - Bueno, vamos a la terraza.
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DYLAN -Sabes, nunca antes traje a alguien a este lugar. Eres la primera. Decidí traerte aquí, porque para mí eres como este lugar, me transmites esa paz inmensa desde que te vi.
ISABELA -Gracias Dylan, la verdad… no sé qué decirte.
DYLAN -No digas nada, solo disfruta del lugar y de las clases. Tus ojos no paran de hablarme desde que los miro.
ISABELA- y que te dicen?
DYLAN- Que no me aleje de ti.
DYLAN.
No encuentro palabras para describir lo que siento por esta mujer con tan solo un día junto a ella, me muero por besarla, por tenerla abrazada y quedarme a su lado para siempre, su aroma me envuelve. Será que estoy enamorado de ella? No puede ser, la acabo de conocer, es imposible… Tal vez si sea posible!!
ISABELA - Dylan, Dylan!!!
DYLAN - Discúlpame Isabela. Es que me quede pensando algo. Que me decías?
ISABELA -Te estaba enseñando que ya me he aprendido todos los tonos mayores!!
DYLAN - Wow!! Pensé que te tardarías semanas en eso y mira haz logrado hacerlo en una hora!! Si quieres, lo dejamos por hoy y lo practicas en la casa, te parece?
ISABELA - Me parece bien. Quieres quedarte a cenar esta noche en casa? -Te prometo que yo hare la cena!
DYLAN - Pues suena muy tentadora la propuesta, así que sí, acepto tu invitación!!
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ISABELA
Bueno, Isabela, manos a la obra….
A ver, hare una torta de carne y patatas….
No puedo creer que me haya llevado a un lugar especial, será que le ha pasado lo mismo que a mí?
No quiero hacerme ilusiones falsas, pero en esta ocasión, todo depende de lo que me grite el corazón. Dylan es demasiado especial, siento dentro de mí que lo conozco hace mucho tiempo, será que Dios nos regala ese don de ver el corazón de los demás en ocasiones?
Bueno, basta Isabela!! Tienes que ir y platicar un rato con él.
Me quede unos cinco minutos en un rincón de la sala observando como Dylan revisaba los CD de películas que tengo y luego decidí entrar.
ISABELA – Bueno, en 10 minutos la cena estará lista!
DYLAN – Excelente, muero de hambre! Tienes muy buenas películas aquí.
ISABELA – Sí, es que al pasar tanto tiempo en casa, veo muchas películas.
DYLAN – ahora no será así, no pasaras mucho tiempo en casa, porque cuando no estés en la escuela, estarás conmigo!! – dijo, tocando mi mejilla.
ISABELA – si? Y cuando se supone que estaré en casa?