Dos Ambroni y un Villagran

Capítulo 19

Capítulo 19

Brandon

-Arriba dormilón.- La voz de mi madre, me despertó de mi suelo profundo.

- Ya mami, tengo sueño.- Me quejo, con los ojos cerrados.

- Ay Dios mío, 22 años y me sigue diciendo mami.- Dice acariciando mi cabeza. Siento su perfume tropical. Abro un ojo para verla, tenía la sonrisa más radiante de todas.

- No te burles.- Digo como un niño pequeño.

-¿Burlarme yo? Soy tu madre, uno de mis derechos y deberes es burlarme de ti. No por nada te cargue nueve meses.- Me regaña.- Dale levanta te, así desayunamos juntos en familia.

- Esta bien, me ducho y bajo.-Le digo, cerrando los ojos de nuevo.

Ella no dice nada y escucho como sus paso se alejan de  mi cama. Pero  siento como las colchas  saltan de la punta de mi colchón y mis pies son expuestos al aire fresco.

Toman mis tobillos y los  jalan, con fuerza haciendo me gritar como un niño pequeño.

- ¿Qué paso? Escuche gritos.- Exclamo mi padre preocupado.

Mi mama, sestaba tirada en el suelo riéndose a carcajadas, yo estaba  al borde de mi cama, sobándome la garganta, que me ardía por gritar.

- Tu mujer, es muy inmadura.- Me quejo con mi padre.

Mama no podía defenderse, ni decir nada. Ya que no paraba de reírse, estaba roja como un tomate, las lágrimas le salían de los ojos.

- Si parece que tengo un espíritu chocarrero, en vez de una madre.- Me queje.

- Ya no seas miedoso.-Me regaña mi padre.- Amor, deja de burlarte del nene.- Dice padre, toma del brazo a mi mama. La cual ya había dejado de reírse. Ella se cuelga del cuello de mi padre y lo besa.

Antes sus muestras de afecto me parecían, asquerosas e innecesarias. Pero verlos así de felices y amándose como se aman. Después de veinte años de casados, es algo a lo que yo aspiro.

- Perdón bebe, pero sabía que dentro de diez minutos tendría que  volver a buscarte y ya no tengo estado físico  como para subir tantas veces las escaleras.- Se disculpó mi madre. La miro con cara d pocos amigos.

- No me simpatizas.- Digo con una sonrisa.

- Si no te caigo bien, entonces no te daré panqueques ni tampoco tomaras chocolatada.- Me amenaza, la sonrisa de mi madre era ancha, sabía que con la comida no se juega. Quítame todo, pero no la comida.

- Te amo ma.- Digo con dulzura fingida.

Ella pone los ojos en blanco y de la mano con mi padre, salen de mi habitación.

- Sabes aunque no tengas estado físico para subir las escaleras, tienes buen estado para hacer el delicioso.- La voz de mi papa era baja, pero audible desde mi habitación.

- Papa te escucho.-Grito ofendido.

- Vete a vivir solo entonces.- Se defendió.

-Con que esas tenemos, me quien echar de casa para hacerlo como conejos.- Grito, pero esta vez desde la puerta, para que se escuche en la cocina.

-¡Brandon! Casi haces que le dé el patatús a tu mama.- Me regaño riéndose.

-Lo siento mami.- Grito.

Voy hacia mi ropero y busco una toalla y la ropa que deje separada para hoy.

Con buenas energías, arrancamos el fin de semana en familia.

 

Ariel

 

Reviso tener todo por décima vez. Tengo mi maleta lista, los trastes lavados, el baño limpio y mi habitación ordenada.

¿Qué más me falta? Miro hacia mi sala de estar, creo que no me falta nada más.

Mi celular vibra anunciando que tengo nuevos mensajes. El grupo de la familia estallaba el día de hoy, mi mama estaba más que feliz de tener todos sus hijos y sobrinos juntos.

Su alegría pareció contagiar a todos, ya que mi madrina mandaba muchos emoticones de corazón y caritas sonrientes.

Mi padrastro mando un mensaje “En marcha familia”. Fue el momento en el que supe que debía irme o sino llegaría después que ellos y seguramente Brandon ya se habría comido todo.

Miro por última vez mi departamento, parece que esta todo en orden.

Al  salir, cierro con llave el lugar.

- Hola Ariel, buenos días.-La melodiosa voz de Olivia se hizo presente.

Me doy vuelta para mirarla, se veía tan hermosa como siempre. Su cabello rubio estaba atado en dos trenzas, su boca estaba pintada de un tono carmesí brillante, le daba un toque juvenil y vivaz. Pero lo que más llamaba su atención era  su  top verde agua con la pablara “Puta” escrita en grandes letras rosadas.

- Hola Oli, buena remera.- La alago.

Ella muerde su labio y me regala una de sus hermosas sonrisas.

- Gracias, que suerte que te guste. A mi madre no le agradó mucho.- Dice rodando los ojos.

- ¿Enserio? No tiene buen gusto.- Digo caminando hasta  la puerta de su departamento.-Por cierto la conocí ayer, es parecida a ti,

Ella me mira nerviosa, pero intenta serenarse antes de responderme.

- Ah, sí.-Murmuro. Miraba la puerta como si estuviera esperando que algo o alguien, la tomara del brazo y la mandara de vuelta adentro.

- Esta bien, creo que estas ocupada.- Intento salvarla de la situación.

Ella abrió la boca para contestarme. Pero  fue interrumpida por la puerta de su departamento, la cual fue abierta por su madre.

- Hola señora, buenos días.-La saludo.

Ella me mira con nerviosismo, sus ojos me recorrer completamente. Me siento demasiado incomodo bajo la mirada de esa mujer.

-этого не может быть, он его сын.- Dijo la mujer, en un idioma que no logro entender.- Ven adentro Olivia.- Sentencio mirándome como si fuera el diablo.

No entiendo el por qué, si es ella la que conjuro un hechizo en medio del pasillo.

- Pero…- Protesto ella.

- Tranquila Oli, hablaremos cuando vuelva.- Digo besando su mejilla, ella me devolvió el saludo.

-Nos vemos Ariel.

- Я не хочу, чтобы ты был рядом с ним.- Fue lo último que escuche de la, no tan agradable, mujer.




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