Dos Ambroni y un Villagran

Capítulo 23

Capítulo 23

Brandon

Mientras Ariel y Ornella  veían la película. Empecé a tener hambre veo la hora y son casi las seis de la tarde. Con razón, llevo más de dos horas sin comer. Seguro me desmayare en cualquier momento.

-¿A dónde vas?-Pregunta mi hermano mayor.

- A merendar.

-Vamos contigo, tengo hambre.-Dice Ornella.

Los tres salimos de la pieza, encontrándonos con Pablo.

-Hey hermanito  ¿Vamos a merendar?-Pregunta Ariel abrazándolo. Son iguales, literalmente Pablo es una copia de Ariel a los dieciséis.

-Claro.

Los cuatro caminamos en fila hasta la cocina. Al parecer no era el único que tenía hambre. Ya que Cate y Marcos estaban también entrando a la cocina por la puerta del patio.

-Aja, así que todos con hambre.-Dice ella con una sonrisa.

-Sí y mucha.-Me quejo.- ¿Alguien quiere que hagamos panqueques con dulce de leche?-Pregunto. Mientras voy hacia la alacena para fijarme si están todos los ingredientes.-Si aguante Boca carajo.-Digo mientras veo que esta todo para hacer los panquees.

-Dios, Brandon deberías no ser tan entusiasta con la comida.-Se burla Cate.

Todos se ríen de su comentario, así que me doy vuelta y con la mejor  cara de “me chupa un huevo”. Les muestro mi dedo corazón.

-Mejor. Nadie va a comer los ricos panqueques que voy a preparar.

-Eh, yo no dije nada. –Se apresuró a decir Ornella. Se puso a mi lado y se ató su pelirrojo cabello en una coleta alta.-Yo te ayudo hermanito.

-Yo también Brandon, hare café y chocolatada para ti.-Dice Pablo con una sonrisa.

-Esa es la actitud.-Digo palmeando su espalda.-Si ustedes quieren tienen que ayudar.-Digo mirando a mi hermana, mi cuñado y al cara de mono de Ariel.

-Yo pongo la música.-Dice Ariel.  Quien se fue a buscar el parlante.

-Dale manos a la obra.-Dice Marcos acercándose para ayudarme. Cate solo sonríe y se pone a ayudarme.

Cuando Ariel llega con el parlante nos ponemos a cocinar.

La verdad es muy divertido el ambiente en la cocina. Todos riendo cocinando, al ritmo de T.N.T de AC/DC.

Muevo la cabeza al ritmo de la canción intentando cantarla de la forma menos espantosa posible.

Ariel quien no cocinaba, solo saltaba por la cocina fingiendo tocar una guitara eléctrica. Se puso a mi lado y saltando.

-¡T.N.T!-Gritamos los dos. Haciendo reír a nuestros hermanos. Quien saltaban igual.

Cuando llego el solo de la guitarra Ariel se volvió  un tipo de Angus Young. Y se subió a la mesa tocando la guitara (imaginaria).

-Wow, todo un roquero.-Dice Orne aplaudiendo.

-Gracias totales.-Dice Ariel bajando de la mesa.

-Que chico ignorante. Esa frase es de Charlie García.-Lo corrige Pablo.

-Ya sé, pero quedaba en el momento.-Se defiende Ariel.

Todos reímos y seguimos cocinando, una vez que la masa de los panqueques esta lista. Se la doy a Cate que se encarga de hacer los panqueques en el sartén.

-¿Pablo viste a mama?-Escucho preguntar a Ornella.

-No, creo que se fue con la tía. Tampoco veo a papa.

-Capaz se fueron a pasear por ahí.-Dice Ariel.

-Mejor. Mas panqueques para mi.-Digo con una sonrisa, mientras como el dulce de leche con una cuchara.

-¿Solo piensas en la merienda?-Pregunta Orne con una sonrisa.

-No, también pienso la cena, el almuerzo y el desayuno.-Respondo con una sonrisa.

-Ah claro, me olvide de que estas mal de la cabeza.-Dice Cate abrazándome por los hombros.

-Que graciosa.

De repente se empezó  a escuchar la canción “Bajo el mar” de la sirenita. Todos miramos a Marcos quien se puso rojo como un tomate y señalo a Cate. Tenía una cara de “Yo no fui”, pero seguramente fue influenciado por los poderes brujos de esta.

-La canción de Ariel.-Dice Cate.

Ariel nos mira con cara de pocos amigos.

-Vamos sé que te acuerdas de la coreo.-Lo molesta Cate. Cuando eran niños ambos bailaban esa canción. Y  lo peor que la única niña era Cate, quien tenía diez y Ariel  quince.

-Que baile, que  baile.-Empezó a hacer porras Pablo.

-Si vamos sireno.-Dice Orne.

Ariel niega con la cabeza y rueda los ojos.

- Los odios  saben.-Dice.

Pone sus manos en su cadera y empieza a moverlas en forma de ocho. Cate se le une, haciendo el típico movimiento de manos en forma de olas. Ambos ponen una pierna frente a la otra moviendo las caderas como bailarinas.

No aguante más y empecé a reírme como loco. No era el único, Ornella  estaba tirada en el suelo riéndose a dos manos.

-Bajo el mar, bajo el mar. Hay bailarinas son las sardinas, y las babosa son tan rocosas. Bajo el maaar.-Cantaba Ariel  de forma cómica.

Movía sus brazos  sobre la cabeza, para luego dar una vuelta de cuerpo completo. Fingía tener un saxofón  y giraba de izquierda a derecha para dar un salto y terminar en una pose de manos de jazz. Obviamente Cate hacia lo mismo, mientras Marcos graba todo.

Al terminar la canción todos nos quedamos viendo de forma seria. Lo que duro unos minutos ya que nos miramos y empezamos a reírnos.  Por un momento me había olvidado de todo lo malo que estaba pasando en mi vida y me concentre en esto. En ser feliz junto a mi familia.

***

 

-Sin duda son los mejores panqueques de la historia.-Digo comiendo el quinto.

Decidimos merendar en el patio debajo de un viejo roble.

-Nos dimos cuenta.-Murmura Ariel.

-Tienes una mancha ahí.-Dice Cate a Marcos.

-¿Dónde?-Pregunta este  intentando limpiarse la cara.

Ella se acercó y besa sus labios pasando su lengua por esto. Hago una cara de desagrado.

-No coman frente a los pobres.-Se queja Orne riendo.

-Eso me recuerda que tengo que llamar a Ana.-Dice Pablo quien se levanta  de la mesa.




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