Dos Ambroni y un Villagran

Capítulo 27

Capítulo 27

Ariel.

Una semana después.

Llego a la empresa. Como siempre temprano, eh tenido la suerte de que mi padre. Se haya tomado unos días libres. No quería verlo.

No quiero que me pregunten por qué golpee a Brandon.

Espero que a ese boca floja, no se le haya escapado nada más. No puedo creer que se lo haya dicho a Carlos. El seguro le  dirá a mi mama (si no es que ya se lo dijo). Y eso era todo lo que no quería que pasara.

No quiero que mi mama se entere. Sé que me va a repudiar y odiar. Se sobre su odio  o desagrado hacia los gays. No quiero que deje de amarme o verme como a su hijo. Solo porque soy bisexual.

En estos momentos estoy necesitando mucho a Agustín. Quisiera que estuviera aquí, abrazándome  y diciéndome que todo va a estar bien. Pero por culpa del miedo, estoy solo.

-Buenos días señor Ambroni.-Dice mi secretaria Clara. Su cabello castaño estaba atado en un moño firme. Sus gafas celestes, cubrían sus lindos ojos cafés.

-Buenos días Clara.-Saludo.-¿Me puedes decir que citas tengo para hoy?-Pregunto mirando mi reloj, son las ocho en punto.

- A las nueve tiene la reunión con la empresa de automotores. Para presentar su campaña. Tendrá que asistir solo, ya que su padre sigue con días libres. Por otro lado tiene una junta a las doce con uno de los socios antiguo de su  padre. Como él no se encuentra, varias de sus juntas pasaron a usted.

Escucho atentamente todo lo que Clara me dice. Tengo unas  cinco reuniones hoy, al parecer no podré  irme en  todo el día.

- Gracias Clara.

- Ah, su madre a estado llamando.-Me informa.

Me quedo en silencio. Los nervios y los retorcijones en mi panza, me hacen pensar que ella lo sabe.

¿Si me llama para decirme que me aborrece? Que lo sabe todo y que nunca más quiere volver a verme.

Las palmas de mis manos sudan. Como si hiciera mucho calor. Lo cual es imposible ya que estamos en otoño y la temperatura más alta es de 25 C°.

-¿Dejo algún recado?-Pregunte con la voz temblorosa.

-No, solo pregunto si usted estaba viniendo.-Contesto.

-Ah bien.

Con un gesto amable. Me escabullí a mi oficina.

Me siento en mi silla, me opongo a revisar los puntos clave para la reunión de los automotores. Tarto de ignorar el hecho d que Austin, estará  allí.

Por qué aunque lo extrañe con todo mi ser. El me dejo solo en mi cama y no se molestó nunca en devolverme las llamadas. Entonces no tendría  por qué extrañarlo, o pensar en él.

Pero soy idiota, los idiotas amamos y extrañamos a aquellas personas que nos rompen el corazón.

-Mierda.-Bufo.

Miro una foto de nosotros dos abrazados, nos veíamos felices.

¿Por qué tengo miedo? ¿Por qué simplemente no puedo ser yo?  Sin miedo a lo que digan los demás. Sin miedo a que mi mama me deje  de amar o que mi familia me rechace. Sin miedo a buscarlo, besarlo y decirle que es el amor de mi vida.

Aunque me siento atraído por Olivia, no estoy enamorado de ella. Pesando en ella, hace días que no la veo. O cuando nos encontramos en el pasillo ella corre a su departamento.

Creo que me estaba evitando.

¿Por qué será? Cuando deje de estar tan cargado de trabajo hablare con ella sobre eso.

Brandon.

-Vamos arriba pequeño hermano.-La voz chillona de Catherine. Me saca de mi sueño reparador.

-Que molesta eres.-Me quejo. Me tapo con la colcha hasta arriba.

-Mira quien lo dice. El mismísimo grano en el culo.-Dice con una risa.-Dale que estas durmiendo en la sala y acá desayunamos así que levántate ya date una   ducharte. Que llegaras tarde al trabajo.

Con pereza me levanto del sofá. Miro con cara de pocos amigos a mi hermana.

Su departamento no es gigante. Tiene su habitación, un baño cocina comedor y la sala, en donde yo duermo. La cual se convirtió en mi habitación.

Fui a casa cuando mamá estaba trabajando. Y saque mis cosas, están en cajas esparcidas por  la sala.

Sinceramente Cate tiene razón soy el mismísimo grano en el culo. Ni sexo pueden  tener ya que se escucha todo. Pero como mi papa me dijo, soy el ángel de la guarda. Yo cuido que aquí no se haga ningún bebe.

Una vez dentro del baño. Me ducho, afeito la creciente barba.  Una vez listo, salgo del baño siguiendo las especificaciones de mi hermana.

*Colgar la toalla en el patio

*Poner la ropa sucia a lavar.

*Bajar la tapa del baño.

Yo pensé que esas reglas estaban escrita en el pisaron  del baño, solo por mí. Pero me entere de que esas reglas existen por mi cuñado. El cual casi nunca las cumple.

-Brandon ¿Café o chocolatada?-Pregunta Cate apenas me ve entrar a la cocina.

-Chocolatada claro.-Respondo obvio.

-Yo también.-Dice Marcos.

- Buenos días cuñado.-Digo con una sonrisa. Él sonríe de igual forma, su barba de candando le queda como una patada en medio de las bolas. Pero a él parece gustarle y a mi hermana igual.

-Buenos días Brandon.-Dice.- ¿Hablaste con Ada?-Pregunta  mirándome.

Cate lo mira con cara de querer asesinarlo.

-¡Marcos! –Lo reprende.

-Está bien hermanita. –Digo con una sonrisa. -Sé que no me lo pregunto de la amanera. Solo quiere saber si arregle las cosas con mama. Y la respuesta a eso es no.

-¿Por qué no?-Preguntaron los dos al mismo tiempo.

- Porque no es justo que se haya metido entre Reina y yo.

-Disculpa hermano. Pero mama tiene razón. ¿Para qué  te quiere ella?-Pregunta con molestia.-Para tener sexo y nada más. No te ama, si lo hiciera olvidaría el dinero y la posición social. Parte va a tener embebe de otro.

Demonios, yo que estaba de buen humor. No quiero que ellos me digan que hacer o que sentir.

¿Saben acaso lo que duele escucharlos decir que ella nose ama? ¿Ellos entenderán el dolor que me causa el que ella elija a dinero en vez de a mí?




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