Dos Ambroni y un Villagran

Capítulo 62.

Capítulo 62.


 Ariel

  Camino de un lado a otro, frente a la puerta del baño.

Brandon mece a una muy llorona, Rousi. 

Tomas está sentado en el suelo, parece preocupado. Todos estamos preocupados.

Tres días desde la boda, tuvimos que esperar a que mí papá y mi madrina, se fueran de luna de miel. Para empezar a actuar.
 

Aunque está mal hacer esto a escondidas, es necesario estar seguros de que "eso" sea una falsa alarma.

Todos rogamos que sea una falsa alarma.

Por Dios, mi hermana solo tiene 17 años. Es una niña, no puede cuidar de otra criatura. Cuándo ni ella se terminó de criar.
 

— ¡Mierda! 
 

Tomás se para a mí lado. Pone su mano en mi hombro.
 

— Sea lo que sea que ella decida. Tenemos que apoyarla, no juzgarla.
 

— Es  que no entiendo, algo que siempre dije y le enseñé fue a cuidarse— digo molestó. Pero mi tono es bajo, solo para que Brandon y Tomás me escuchen. — No estoy diciendo que no la voy a apoyar. Sino que no quiero que pierda su adolescencia. Hace dos meses cumplió diecisiete.
 

 Brandon iba a responder algo. Pero la puerta del baño se abre.

Ornella tiene el pelo encrespado, atado así nomás. Ojeras en sus ojos, al igual que yo. Tampoco durmió muy bien estos días.
 

Brandon, se acerca a ella. Pone un brazo sobre su hombro. Demostrando su apoyo.

 — ¿Y bien? — pregunta con un tono calmado.
 

Ella nos mira a todos. Mira la prueba de embarazo. Nos vuelve a mirar, vuelve la vista a esa prueba.
 

Santo cielo, chica no tardes tanto. Pero decido no mostrar mi exasperación. Esto debe ser más difícil para ella que para mí.

 

Suspira, sus ojos se llenan de lágrimas.
 

— Positivo.

 

Ella comienza a llorar. Tira la prueba al suelo,  y la pisa.
 

— Debe estar mal, no puedo estar embarazada. No puede ser verdad ,yo no estoy…
 

Sus llantos despiertan a Rousi, que también comienza a llorar.

De pronto todo se volvió un concierto de llanto. 

Me apresuro a abrazarla, sostenerla en mis brazos. Sintiendo todo su miedo y angustia.
 

No es momento de juzgarla, ni de retarla.  Solo tengo que ser un pilar para ella, mientras deja salir todo el sufrimiento.
 

— No entiendo, yo… Nosotros… — Su voz es temblorosa. 
 

Luego pensé, si el padre es Nicolás. Y hace meses que no se ven, que no pasa nada de nada entre ellos.
 

Mire  por sobre su hombro. Intentando que Brandon me viera.

Sus ojos verdes hacen contacto con los míos.  Gesticulo con mis labios.

¿De cuántos meses está?
 

Brandon me da una mirada confundida.
 

— ¿Qué? — grita fuerte. Haciendo que Ornella se de vuelta mirándolo confundida.
 

— Hermano, lo tuyo no es ser discreto.
 

— Es que no entendí. 
 

Mi hermana me observa   confundida. Sus ojos están  rojos e hinchados.
 

Tomó un suspiro largo. Esto no es algo fácil de decir. No hay tacto.
 

— ¿Es de Nicolás? — preguntó con cuidado.
 

— Si, no estuve con nadie más… desde él.
 

— ¿Cuándo fue la última vez que estuvieron…? 
 

Ella abre los ojos con sorpresa. Se lleva las manos a su estómago. Tanteando.
 

Es cierto que en estos meses ella ganó peso, pero todos pensamos que era debido a la separación.

 

— Creo que tenemos que ir al médico. Al ginecólogo, y que te diga si está todo bien.
 

La voz de Brandon es suave y tranquila. Internamente le agradezco,no tengo cabeza para ser el más grande y razonable.

 

— Pero tengo que ir con mis padres — habla preocupada. Suelta un grito. —  ¿Cómo  le voy a decir a mis papás? No puedo… Dios, no puedo ser mamá. No puedo…
 

Vuelve a llorar. Por ahora no decimos nada más.

Tenemos que tranquilizarnos. Y pensar bien en todo. 

Qué hacer, cuándo, cómo.


 

Brandon.
 

Mientras Orne duerme en el cuarto de visitas de Ariel. Con mí hermano, Tomás y la pequeña princesa que toma su biberón. Estamos en la sala procesando todo.
 

Mi hermanita pequeña está embarazada.  Con tan solo diecisiete años. No soy quien para juzgar porque con veintidós tengo a mí pequeña de ocho meses.

Pero ella ni siquiera terminó el secundario. Un bebé, sea como sea. Arruina planes y atrasa los estudios y metas.
 

— ¿ Deberíamos llamar a mí papá ?— pregunta Ariel.
 

Niego rápidamente con la cabeza.
 

— Claro que no — hablo rápido. — Los tíos están de luna de miel, y Orne necesita procesar todo. Necesita pensar.

 

— Pero tiene que ir al médico— agrega  Tomás — para ver cuán desarrollado está el bebe.
 

Tomas tiene razón. Miró a Rousi, quien dejó de tomar leche.  La tomó en mis brazos. Y le saco los gases, una vez que eructa más de dos veces. La dejo en el coche. 

Sus ojos verdes me miran con intensidad. Le  tocó la punta de la nariz con mi dedo, haciéndola reír.
 

— Hermosa de papi.
 

 Vuelvo mi atención a los otros dos. Quienes hablaban entre ellos.
 

— Ella tiene que hablar con alguien que la entienda.

 

Ariel y yo nos miramos. 
 

— ¡Mamá!— dijimos al mismo tiempo.


 

Ornella.
 

Salgo del baño,  ya que necesitaba una ducha. 

Me siento tan molesta conmigo misma. Y tan herida.

¿Cómo deje  que esto pase?
 

Siempre me cuide. Siempre use condón. No es justo que me venga a embarazar de alguien que no me ama. Que  cuando las cosas se pusieron difíciles se alejó, se fue a otro jodido continente.
 

Dejo mi ropa sucia en la lavadora. Si, ya uso la casa de mi hermano como si fuera mía.

Pero él dijo, siéntete como en tu casa.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.