DueÑos Del Juego

CAPÍTULO 6 – ENTRE LA GLORIA Y LA SOMBRA

Los triunfos recientes habían puesto a Vittoria en una posición privilegiada en la Serie B. El equipo estaba creciendo, consolidando su identidad, y los jugadores comenzaban a entender que lo que estaban construyendo no era solo un club de fútbol, sino un legado.

Pero el fútbol nunca se detenía.

Primer partido después de la Copa: Vittoria vs. Modena – Victoria 2-1 (Goles de Ferrara y Camilo Rojas).

Fue un encuentro complicado. Modena salió con la intención de cortar el ritmo de Vittoria, metiendo presión desde los primeros minutos. Pero Ferrara estaba intratable. El delantero aprovechó un córner en el minuto 32 para abrir el marcador con un cabezazo. Modena empató en la segunda mitad con un penal, pero en el minuto 83, Camilo Rojas definió un contraataque perfecto para darles la victoria.

Segundo partido: Parma vs. Vittoria – Empate 1-1 (Gol de Moretti - Federico).

Jugar contra un equipo con historia en la Serie A nunca era fácil. Parma dominó el mediocampo y tuvo varias oportunidades, pero De Luca fue una muralla. El empate llegó en el minuto 78 con un golazo de Federico Moretti, quien se estaba consolidando como una pieza clave en el equipo.

Tercer partido: Vittoria vs. Brescia – Victoria 3-0 (Doblete de Ferrara y un gol de Lorenzi).

Fue el partido donde Vittoria jugó su mejor fútbol. Ferrara, otra vez, demostró por qué era el delantero estrella, anotando dos goles en los primeros treinta minutos. Lorenzi cerró el partido con un disparo desde fuera del área en la segunda mitad.

El equipo ahora marchaba tercero en la tabla, con una racha sólida y con un estilo de juego claro.

Pero mientras todo parecía ir bien en Vittoria, Luca tenía otra inquietud en la cabeza.

Había algo en Astrid que no dejaba de darle vueltas.

Las llamadas eran más cortas, los mensajes más escuetos. Parecía distante.

Algo no cuadraba.

Por eso, una tarde después de revisar los números del club, reunió a Adriano e Isabella en su oficina.

—Necesito viajar.

Adriano arqueó una ceja con una sonrisa.

—¿Negocios?

Luca sostuvo su mirada.

—Astrid.

Isabella chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

—Así que me dejas a cargo.

Luca asintió.

—Confío en ti.

Ella sonrió con ironía.

—Siempre supe que este momento llegaría.

Adriano se levantó, apoyando ambas manos en la mesa.

—Está bien, Luca. Pero recuerda algo: Vittoria sigue siendo tu prioridad.

Luca lo miró con seriedad.

—No lo olvidaré.

Pero en el fondo, sentía que ese viaje no era solo para verla.

Destino: París

El avión privado aterrizó en París al anochecer.

El clima era frío, pero Luca apenas lo notó.

Cuando llegó al estadio donde Astrid tenía su próximo concierto, la seguridad era extrema. Los fanáticos gritaban fuera, las luces iluminaban el recinto, y el equipo de producción corría de un lado a otro.

Y ahí, en el escenario, estaba ella.

Astrid, con su guitarra en mano, terminando la prueba de sonido.

Pero había algo distinto.

No era la mujer vibrante y desafiante que conoció aquella noche en Vittoria.

Estaba contenida, distante.

Cuando lo vio, sus ojos brillaron.

Bajó del escenario y corrió hacia él, abrazándolo con fuerza.

—No puedo creer que estés aquí.

Luca la sostuvo, sintiendo la calidez de su cuerpo. Pero algo en su tono no era el mismo.

Se separaron apenas para verse a los ojos.

—Pensaste que no vendría —dijo él con una media sonrisa.

—No es eso… es solo que… —Astrid se mordió el labio—. Estoy feliz de verte.

Pero Luca la conocía lo suficiente. Esa sonrisa, ese gesto… no era ella.

Y eso le preocupó más de lo que quiso admitir.

Más tarde, en la fiesta privada tras el concierto, Luca comenzó a notar cosas que no le gustaban.

Los ejecutivos de la disquera rodeaban a Astrid como si fuera una marioneta.

Cada palabra que decía parecía calculada, cada gesto ensayado.

Pero lo que más le molestó fue la presencia de Jean-Pierre Marchand, el CEO de la compañía.

Un hombre mayor, de mirada fría y sonrisa falsa, que se dirigía a Astrid como si le perteneciera.

Luca se mantuvo a un lado, observando.

Astrid hablaba con los ejecutivos, sonreía en las fotos, pero cada tanto su mirada lo buscaba.

Como si intentara decirle algo sin palabras.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.