La noche que pase fue un infierno completo. Después que los invitados se fueron, mi querido esposo se quiso ir en unos de los autos que tenemos y mi equipo de seguridad se lo prohibió ya que yo había dado la orden de no sacar nada de mi casa.
Empezó hacer escándalo junto a su padre y nuestros dos hijos mayores, ya que ellos tampoco pudieron irse en sus vehículos último modelo. Mi esposo llamo a la policía y tuve que salir a dar cara a los oficiales, les explique que yo era la dueña y que me hicieran el favor de hacerlos desalojar de mi propiedad. Tuvieron que amenazarlos en hacerle pasar la noche en una celda para que se fueran y por fin me dejaran tranquila.
Busque a mi hijo Bairon, el de quince años. Lo llame a su celular ya que el no estuvo en la fiesta y como es menor de edad no lo puedo sacar de mi casa como lo hice con sus hermanos y padre, resignada a que su móvil este apagado, me fui a dormir. Mañana va a hacer un día difícil.
—¡Que te pasa imbécil! ¿Acaso no sabes quién soy? — Empiezo a escuchar unos gritos que proviene en la entrada de mi casa y reconozco esa voz. Mi hijo por fin apareció.
—¿Qué está pasando? — Salgo a su encuentro y por lo que veo en su aspecto, no ha dormido en toda la noche; al contrario, está drogado y tomado.
—Vaya, vaya mire lo que tenemos aquí — Dice con sarcasmo para acercarse donde estoy, de inmediato los guardias se ponen alerta, pero yo les hago una señal que se mantengan al margen — Al fin te decidiste hacerte un cambio extremo — ME mira de arriba abajo con asco — Pero no importa, seguirás siendo una insignificante — Pasa por mi lado golpeando mi hombro y veo que los guardias hacer un esfuerzo para no meterse.
—¿Se puede saber dónde estabas? — Digo acercándome y lo veo sentarse poniendo sus pies sobre la costosa mesa.
—A ti no te importa donde este, más bien ve y tráeme una cerveza— Dice poniendo su mano sobre sus ojos.
—Claro cariño como gustes— Digo y los guardias mi mira como si estuviera loca, paso por su lado y voy directo a la cocina, saco una cerveza y me voy donde esta — Aqui lo tienes — Él sonríe con satisfacción y extiende su mano para agarrar la cerveza, pero antes que la coja, la destapo y se la vierto en todo su cuerpo.
—¡Maldita loca! ¿Qué mierdas te está pasando estúpida? — Me contengo las ganas de abofetearlo, ya no más humillación permitiré en mi vida.
—Las cosas en esta casa van a cambiar Bairon— Le digo acercándome mientras el se limpia su rostro por la bebida que le tire —De ahora en adelante me vas a respetar y vas a tener que seguir mis reglas — Mi hijo me mira con odio y se viene encima y me empuja haciendo que me vaya hacia atrás, pero unos de los chicos alcanzan a cogerme antes de caer en el suelo.
—Estás loca si piensas que me vas a controlar ahora — Dice pasando por mi lado para volver a salir, le hago señas al de seguridad y este le impide salir.
—¡Déjame salir imbécil!— Le dice mi hijo empujándolo, veo como el hombre cierra los ojos tratando de controlar su rabia.
—Requíselo— Digo y ambos hombres empiezan a requisar a mí hijo sacando su móvil, las llaves del auto, su billetera, dinero y droga.
—¡están malditamente locos! — Mi hijo trata de impedir que le saquen las cosas, pero fracasa con los hombres de seguridad, me mira con odio y se abalanza hacia mí haciendo que los chicos lo inmovilicen en el piso —¡Soy menor de edad y los voy a demandar! — Grita desde el suelo —¡Voy a decirle a mi padre! ¡Estúpida me las vas a pagar! — Me dice desde el suelo y me acerco hasta su rostro.
—Tu padre ya no tiene control en esta casa— Eso hace que me preste atención —Ahora recuperare lo que es mío y todo esto— Digo señalando mi casa — Es mío y como tu eres menor de edad vas a seguir mis reglas— Lo levantan y ambos hombres sostiene sus manos —Tus tarjetas de crédito están canceladas — Abre los ojos — No tendrás auto, no tendrás salidas ni celular, portátil y ningún elemento electrónico — Empieza a forcejear de nuevo — Si no te gusta te puedes ir con tu padre — Sonríe con satisfacción — Pero te voy a decir de una vez que también hice lo mismo con tu padre y con tus hermanos—
—No puedes hacer eso— Dice con rabia y su boca expulsa saliva mientras habla.
—Todo me pertenece Bairon— Me acerco más a su rostro limpiando su boca, el se quita pero aun así termino de limpiarlo — Mi padre me dejo todo esto a mí, no le dejo a ustedes ya que el mismo veía el trato que ustedes me daban— Me mira — Puso una cláusula donde ustedes no pueden tener nada del dinero sin mi consentimiento, al parecer mi padre sabía que algún día yo abriría los ojos— Le doy la espalda para subir las escaleras — Tienes tres opciones y respetare la que elijas —Señalo con el dedo dándome la vuelta — Primera, te vas de la casa para donde tu padre y vives en la calle con el— Segundo— Señalo — Vas a recibir ayuda y empiezas a cumplir las reglas de la casa para volver a tener los privilegios que tenías, eso sí cambiando algunas cosas— Tres— Señalo— Te vas a una escuela militar donde te enseñaran a cumplirlas—