El viernes había llegado y como era de esperarse, los 2 jóvenes del incidente del tren se volvieron a ver en el lugar acordado, como la ocasión no ameritaba una gran vestimenta, se vistieron casual para el momento. Tras una charla de varios minutos solo hubo un intercambio de gustos y secretos, como el gusto por la escritura a nuestro jóven muchacho y el gusto por la vida silvestre de parte de aquella señorita
El asunto se tornaba aburrido, pues no fue gran idea llevar a alguien a una cafetería sin siquiera tener tema de conversación y mucho menos siendo un ermitaño, pero la salvación de aquella cita llegaría a manos de un ser inesperado, quién pasaba junto a otros chicos por el lugar. Aquél joven era Rommel, quien durante un paseo por la ciudad se tomó con aquellos muchachos, por lo que no dudo en acercarse a saludar
«Vaya alegría de encontrarlos por aquí» Dijo mientras los 2 hablaban, preguntó si tenía algún compromiso por hacer, ya que él iba directo hacia un centro comercial y tenía la duda de si los 2 podrían ir. Ambos respondieron que no y Rommel los invito cordialmente a su recorrido, Elena se alegro bastante y le insistió a Frederick de ir
«No parece mala idea, además de que querías darme una bienvenida apropiada ¿No? Entonces vayamos hacia el centro comercial, que hace tanto tiempo no voy a uno» Insistió con alegría, tanto que Frederick cedió y ambos decidieron ir junto con Rommel y 2 personas más
La espera en autobús no tardó bastante, ambos llegaron al susodicho lugar en cuestión de minutos y entraron, no había nada fuera de lo común, solo lo típico que se podría esperar de un centro comercial: Tiendas de ropa y comida rápida, área de electrodomésticos o incluso puestos de telefonía, dónde vendían celulares portátiles de apenas unos cuantos euros
La cuestión fue de que apenas llegados al lugar se pusieron a charlar sobre dónde ir, pues el presupuesto de todos era desconocido en ese momento, y ya que hablamos de todos debemos decir que los acompañantes de Rommel eran su hermana Anna y un joven llamado Roderick
Pensando en una buena actividad, todos decidieron ir a cenar a un restaurante de comida japonesa, ante aquella propuesta nadie tuvo duda sobre el lugar, por lo que quedó acordado. Antes de ir a aquél lugar se detuvieron a comprar algunas cosas para si mismos, pues Rommel y Anna también habían ido para ir a buscar algo de ropa para un evento familiar, por lo que dejaron solos a Frederick y Elena por unos minutos.
Al no querer tener una pausa incómoda entre los 2, Elena fue por un poco de helado para los 2, corrió hacia un pequeño puesto, dejando sólo a Frederick en una banqueta. Esperando por aquellos helados, solo contempló sus alrededores, vio a la gente ir y venir, divertirse sin cesar y caras alegres por doquier, entró en él un sentimiento de vacío y soledad, dichos sentimientos eran tan ajenos al mismo, pues hace tanto tiempo su corazón no había latido de alegría
Cuando Elena llegó y vio a Frederick, miró su pesar en sus ojos, compadecida ante aquella mirada preguntó para consolar
-¿Qué es lo que te aqueja? ¿Por qué esa mirada tan vacía entre tus ojos negros?
«Hace tanto tiempo no iba de salida a un lugar, tantos días han pasado para no poder acordarme de una sola ida hacia afuera, no sé si podrá ser por mi tan compleja soledad o por mi carácter ermitaño, pero incluso parece que pierdo el gusto hacia estás cosas » Suspiraba un poco de tristeza mientras decía ello, Elena no dudo en reconfortarlo al ver tan tristes escena, le dio si helado y se sentó con él hasta que llegarán los muchachos
Los mismos llegaron y decidieron ir de plano hacia el lugar, la noche era jóven, pero el reloj corría también, por lo que fueron hacia un restaurante cerca de la salida del centro comercial, llegaron y pidieron cada uno de sus platillos: 2 platillos de Sushi Maki para Rommel y Elena, Sapporo Ramen para Roderick y Sashimi para Frederick
El lugar bien ambientado con City pop de los 90 no fue del agrado de Frederick, quien decidió salirse unos minutos afuera con la excusa de que quería llamar a su madre por un teléfono público. Cuándo Frederick se fue, Rommel se sentó a charlar con Elena por unos minutos, preguntó cosas típicas a un nuevo citadino, nada relevante más que solo está pregunta:
-Espero no incomodar con esta cuestión, pero habiendo tantas personas en esta ciudad ¿Cómo fue que te topaste con Frederick? Si de por sí ya es difícil que salga de su casa, que tengas una amistad con él lo es más
«Todo paso con un accidente solamente, cómo él insistió en darme una bienvenida apropiada luego de chocar en la estación de trenes en la cual había llegado, decidió salir conmigo para conocernos, tal vez sea por mera cortesía, pero siento en mí que hay algo más detrás de todo esto » Continuó la plática y evitó darle vueltas al asunto, pero incluso ella desconfiaba un poco en las acciones de Frederick; Del por qué de su comportar y vivir o incluso de sus propias intenciones
Y hablando del mismísimo, quien había salido para tomar el aire por unos segundos, decidió ir por un pequeño helado afuera del lugar, llegó al puesto y pidió su helado, una chica a lado suyo también pidió su helado, y para sorpresa del jóven, era Nikita quien estaba a su lado
«¿Pero que haces aquí? Se supone que estés alcoholizada en alguna vía pública» Por sorprendente que parezca, Frederick jamás había visto a Nikita en algún otro lugar, sólo en su habitación, ella había llegado una noche de julio del 2010, casi un año desde ese momento, nunca habían interactuado fuera de aquella habitación
-Incluso para tu sorpresa, tengo vida social, algo de la cual careces demasiado y hacen que la verdadera pregunta sea el por qué estás aquí
Antes incluso de responderle a Nikita llegó Roderick, el muchacho que los había acompañado, le dijo a Frederick qué Elena había preguntado el porque del retraso, el decía que se sentía mal, pero no pudo cubrir a Nikita, quien no pudo evitar levantar las sospechas del mismo Roderick