Algunos días transcurrieron tras aquel accidente y Frederick se había quedado solo en su hogar, Nikita había dejado de ir al lugar debido a unos problemas de pandillas que habían surgido en Frankfurt, solo Marcus visitaba el lugar para asegurarse de que las cosas estuvieran bien y no existiera algún problema con Frederick durante el tiempo que se quedaría solo
Un viernes por la mañana, Frederick se encontraba desayunando y preparando los deberes del día, ya que por la ausencia de Sophía, parte de las tareas del hogar habían quedado en manos de él. Las tareas eran relativamente sencillas, pero exhaustivas; Limpiar la casa por completo, lavar y ordenar las ropas, cuidar y regar el patio trasero, entre otras acciones
-Vaya, parece que el día de hoy luce bastante pesado… Creo que un pequeño desayuno podrá darme algo de energía para el día de hoy-
En su refrigerador solo hay un pequeño envase de leche, algo caduca pero aún comestible, también un tipo de cereal barato y un plátano casi maduro en su totalidad, una mezcla que bien no puede ser un manjar, es lo suficiente para llenar
Tras el desayuno, el timbre de la puerta sonó varias veces, Frederick pensaba que posiblemente era Marcus o algún vendedor de seguros, por lo que siempre tenía un vaso de agua a su lado, para ofrecer una fresca bienvenida al invitado.
-Hola…lamento lo sucedido con lo de tu madre, vine a ver cómo estabas estos últimos días- dicha persona era Elena, los 2 no se habían vuelto a ver tras el accidente
-No te preocupes, ella se encuentra bien en el hospital, tal vez en unos cuantos días pueda volver a caminar, tuvo unas fracturas bastante considerables y están haciendo revisiones, creo que en 2 semanas regresará aquí-
-Me alegra escuchar eso, espero y su recuperación sea rápida…Bueno, también vine a ayudar un poco en el lugar, pensé que te vendría bien un poco de ayuda con tantas cosas que tienes que hacer-
-Oh, pues no son tantos los deberes, pero unas manos de más no me vendrían mal, estaría encantado de que pudieras ayudarme-
-Muy bien, entonces solo dime qué es lo primero que debo hacer-
Las primeras tareas que decidieron hacer era lo del lavado de ropa, juntaron toda la ropa existente en la casa, una pila entera de harapos y trajes sucios llenaron el garaje, iban desde simples camisas blancas hasta trajes de gala o calcetines de colores, todos con un apestoso olor a polilla
Terminado de lavar la ropa, decidieron lavar por completo la casa, con unas cuantas botellas de aromatizante y cloro, aquellas manchas y mugre del suelo de madera quedarían completamente limpias, volviendo a la época dónde la casa parecía totalmente nueva
No solo el suelo, el polvoriento lugar lleno de basura y mugre regada en sus habitaciones fue totalmente eliminada de sus superficies, parecía que el tiempo volviera a unos cuantos años, cuando la armonía de aquella casa albergaba a una hermosa y unida familia
Para limpiar el cuarto de Sophía, tuvieron que recoger y ordenar cada una de las cosas regadas por ahí, un lugar repleto de calcetines o batas tiradas en el suelo y algunos discos debajo de la cama. Uno de ellos, era un reluciente disco de platino, el cual albergaba un repertorio de música Jazz de la década de los 50
-Mira aquí- dijo Elena- Se parece al disco que encontramos aquel día en la casa de mi abuela-
-Oh sí, recuerdo ese disco bastante bien…Ni idea de que hace esto en mi casa, no sabía que a mí madre le gustará la música de este tipo-
Tras sacarlo, en el centro del disco, estaba la leyenda “Un desliz hará que esto viva por la eternidad, como el brillar de las estrellas y el amor efervescente”. Usando un tocadiscos que estaba guardado en un clóset, sonó suavemente la melodía de un piano acompañado de la voz suave y armónica de una chica. El efecto de un saxofón y el ruido blanco del viejo disco daban el ambiente de estar en un salón de fiesta, en pleno baile, bajo la mirada de decenas de espectadores
-¿No sientes una sensación extraña al oír esto?-
-Si…Se siente como estar en un baile, un último baile, la última pista que sonara antes del final de la noche, una última balada de amor antes de volver a ser ajenos a los demás-
Y con la mano extendida, Frederick miro hacia sus ojos, se acerco poco a poco y decreto:
-Si ese es el caso…¿Tengo el honor de bailar está última pista con usted?
Ella estaba ruborosa ante aquella petición, aunque no fuera la primera vez, el lugar y momento eran más especiales que esa ocasión, puesto que ahora, ella había visto a rasgos más profundos, la incógnita y extraña alma de aquel chico. Ambos danzaron, como si el tiempo perdiera razón alguna en su realidad, el lugar se había transformado en aquel que la melodía del tocadiscos transmitía, un salón de baile en un último Valls antes del inminente final de la noche, como si 2 almas vagabundas tuvieran una última tocada antes de perderse en el limbo enorme de su vida monótona
Y lo hicieron, bailaron los 3 minutos enteros sin interrupción más que risas discretas entre los dos, incluso olvidando que tenían deberes pendientes, ellos ya no se encontraban en su mundo, ellos estaban en otro mundo, dónde sus mentes se entrelazaban en un fina pista de Danza y sus cuerpos eran los instrumentos que dirigían aquel acto final para terminar esa noche
Ante la última nota, la voz y sonido se diluían en el lugar, el viento dejaba de llevar las notas y ante ello, 2 personas volvía a este mundo, con una de ellas queriendo preguntar solo una cosa:
-Dime…Si está fuera la última vez, la última noche ¿Es egoísta pedir un último beso?-
Los 2 estaban tan unidos que una atracción empezó a acercar más sus cuerpos, sus caras se movían hacia una dirección, hacia una posición que aunque fuera involuntaria, algo quería que ambos chocarán entre sí. Antes de que ambos se terminarán fusionando, el vibrar de un teléfono se hizo presente en el lugar, una llamada había roto los lazos de aquel momento