Dos años después
Una fiesta en el hotel más elegante de la ciudad por motivo del aniversario de la empresa donde trabajaba… hasta Dylan se sentía importante de participar en un evento de ese tipo. Estaba cerca del área de bebidas revisando discretamente su celular. No había mensajes nuevos de Malena, de repente su comunican solo era un breve intercambio de saludos donde él no se atrevía a preguntar sobre los acontecimientos más recientes de su vida y él tampoco quería mencionar los cambios más recientes que tuvo para no mostrar presunción.
Suspiraba.
El primer cambio que tuvo fue la reacción familiar ante la transferencia de trabajo de ella sin consultarles antes. Sus hermanas fueron las primeras en criticarla lanzándole palabras tan duras que harían llorar a cualquiera que las escuché, entre sus comentarios estaba el hecho de que ella lo abandono sin importarle nada más, aunque ya estaba en edad de formar una familia y dedicarse a ella prefirió un trabajo donde sería reemplazada por alguien más joven.
Fue la primera vez que les gritó. Dylan ya no podía soportar (pese a que nunca lo soporto) que hablen mal de ella cuando intentó por todos los medios hacer que se llevarán "bien" y no discutir. Dejó claro que él trató que la relación familiar fuera tranquila cuando a ellos no les interesaba y que se alegraba mucho de que su esposa tenga ese tipo de reconocimiento en su trabajo porque se había esforzado mucho por ello. Ante sus gritos, sus padres intervinieron para calmarlo; estaban cansados de verlo consumirse por obtener un buen puesto de trabajo aun cuando él era el hombre de esa familia y no podía mantener un trabajo estable y ganaba apenas un salario mínimo. Dylan ya no podía quedarse callado, pero tampoco iba a explicar sus propias dificultades esperando que alguien como él, entendiera.
Fue la última vez que los visitó alegando que regresaría a verlos cuando se sintiera mejor, pero, fueron casi dos años desde su última visita y los únicos mensajes que recibía solo preguntaban por Malena y su plan de tener hijos.
Alejándose de esa familia, enfocó su energía en su trabajo y estudio. Su viejo amigo le habló de una oportunidad de desarrollo laboral y la aceptó sin dudarlo. No destacaba mucho en su nuevo puesto, pero su habilidad verbal con clientes y negocios le dio la oportunidad de viajar a conocer hombres de negocios en otros países por lo que poco a poco logró establecer algunas conexiones que le servirían en el futuro.
No le había ido tan mal como para sentir que se había quedado atrás. Nunca había mencionado que se divorció y quizás, solo lo comento a una persona de confianza, pero cuando estaba solo y le preguntaban, evitar dar respuestas concretas no servía de nada.
Se estaba volviendo un poco cansado.
— Dylan… amigo ven aquí… Necesito presentarte a mi hermano.
— ¿Que hay Jeremy?, pensé que llegarías más tarde.
— La reunión terminó antes. Míralo, aquí está nuestro chico de la buena suerte… Kyle, ven aquí.
Un joven y guapo hombre se acercó a ellos, llevaba un traje azul marino al más estilo informal con una copa en su mano. Les saludo.
— Mi nombre es Kyle… comenzaré a trabajar el próximo mes.
— Soy Dylan… ¿Te llaman el chico de la suerte? Eres como un tema de conversación en nuestra oficina.
— Mi hermano exagera. Solo porque gane juegos de azar en algunas ocasiones dice que doy suerte. Solo fueron números.
Sus palabras parecían premeditadas. Cómo si le hicieran esa pregunta con tan frecuencia que tenía una respuesta preparada. Dylan quiso continuar la conversación preguntándole cualquier cosa, pero sus ojos se posaron en la mujer que estaba frente a él. Ahora tenía el cabello más largo, usaba joyería fina pero el anillo dorado de su dedo seguía intacto.
Sonrió.
— ¿Lena?
— ¿Dylan? — dijo ella. Se acercaron y saludaron dándose la mano.
Jeremy no podía contener la risa y se puso al lado de ella.
— ¿No es un magnífico reencuentro? Ella vino en representación de su jefe que es uno de nuestros nuevos socios. Malena… ¿no estás feliz de verlo?
— Bastante, ha envejecido bastante bien.
— Yo viejo, pero tú joven… no me digas — comentó riendo.
El único que no parecía estar al tanto del chiste era Kyle quien no dejaba de mirarlos y buscaba algo que delatara su relación. La cercanía y confianza…la manera de hablarse y mirarse. Su atención se dirigió hacia el anillo de matrimonio que usaban y todo cobró sentido.
— Este es mi hermano Kyle, seguramente se verán mucho a partir del siguiente mes. — lo presentó Jeremy — Kyle, ella es Malena, la asistente principal del grupo… y la esposa de Dylan.
Pero Kyle había dado un paso atrás.
— Lo siento tanto, no sabía nada… perdóneme, no sabía nada, lo siento lo siento, lo siento…. perdón, debo retirarme. — pidió al borde de las lágrimas.
Malena no dio muestras de reconocerlo, pero al verlo irse tan rápido supuso que había sucedido algo. Fue en cuestión de minutos que parecieron horas.
— Jeremy, sabes que ella y yo nos divorciamos — aclaró Dylan
— A veces lo olvido. Aún usan el mismo anillo así que no es mi culpa.
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Editado: 30.10.2025