Con la corona de Azgeda en mi cabeza, me dirigí con un puñado del ejército de la Nación Hielo hacía la sala de mando bajo la atenta mirada de todos los terrestres, algunos intentaron atentar contra mí pero fueron rápidamente doblegados por mí guardia personal y cuándo tuve la oportunidad yo misma acabé con ellos clavandoles una flecha en medio de la frente.
—Azgeda te apoyará ennlo que decidas— mencioné entrando al lugar con el ejército. Indra enseguida desviana su espada al igual que Lorcan pero tanto Octavia cómo yo los obligamos a bajarlas. Esto lo resolveriamos sin las armas, al menos por ahora— pero sí no puedes hacerlo, tomaremos la responsabilidad
—¿Un golpe de Estado? eso sería traición
—Roan sigue vivo, no murió en el cónclave por ende Azgeda tiene derecho de tomar las riendas de ser necesario
—¡Quién se atreva a ir en contra de Azgeda morira!— gritó Lorcan, lo miré ante las palabras que dijo no era así como quería hacer las cosas. Además necesito el apoyo de Indra y Octavia sí queremos que todos vivamos en paz.
—¿Qué es lo que pretendes Olivia? te estas comportando como Nia
—Al menos ella mantuvo a su pueblo vivo— si fue a través del terror pero ¿que importa cómo lo hizo? Le funcionó eso es lo que cuenta y en este momento es la única herramienta que tenemos para controlar a todos e impedir que nos matemos unos a otros. Miré a Indra y me acerqué a ella despacio, me apuntó con su espada— ¿Vas a matar a la reina de Azgeda?
—Una Skaikru jamás sería considerada su reina
Sonreí al recordar lo que había pasado horas antes de que me presentará ante ellas. Cómo doblegue al ejército más peligroso de entre todos los terrestres a mis pies, ahora me servían a mi y a nadie más.
Comienzo del recuerdo
—Debes ganarte el respeto de Azgeda, Roan confiaba en ti, y yo tambien
Mencionó Lorcan extendiendome la corona que alguna vez perteneció a Roan y que me negaba a usar. No tenía fe en que pudiera hacerlo
—Pero...si se rehusan a seguirme... Yo, no se si pueda hacerlo— matar a alguien es algo que juré nunca mas hacer si tenía la posibilidad de salvar a todos por otros medios. Matar te va quitando parte de tu humanidad, y no quería pasar por eso de nuevo.
—Sí no lo haces todos morirán, y no podrás reunirte con tus amigos del otro lado de la puerta— Kiara, Finn, no los volveré a ver, no quiero perder a mi familia no lo soportaría de nuevo. Soy la única que puede salvarlos, pero para hacerlo deberé sacrificar mí humanidad y sumergirme en la oscuridad
—Llévame con mi pueblo es hora que conozcan a su reina y sepan la verdad
Me presente ante Azgeda como su nueva regente, les comunique que como Roan seguía vivo, teníamos derechos de reclamar el bunquer cómo nuestro aunque eso ahora no sea importante.
—¡Quien éste en mi contra será condenado a muerte!— grité asesinando a todo aquel que se atrevió a cuestionar mi ilegitimidad y mis decisiones.
"El Miedo hace a la fuerza".
Me convertí en la peor versión de la reina Nia, oh aun peor en el propio SheidHeda, quién alguna vez escuché que fue el más tirano y sádico comandante de su tiempo implantando un régimen de terror. Pero no es que quiero hacerlo, necesitamos un régimen duro para mantener el orden.
Fin del recuerdo
—¡Soy una digna reina de Azgeda y mi pueblo así lo acepta!— tomé asiento frente a Octavia dejando la corona en el escritorio. Hice una seña para que el resto saliera así podía hablar a solas con Octavia e Indra. Todos excepto Lorcan, que se había convertido en mi guardaespalda, se retiraron— Azgeda te apoyará Octavia pero debés ganarte el respeto de los demás clanes por tu cuenta
—Espera... ¿Qué estás haciendo?
Mencionó sorprendido Lorcan, se que le prometí tomar el control del bunquer pero los demás clanes no aceptarán que Azgeda los domine. Volveríamos a la guerra de inmediato y eso es algo que no puedo permitir. Sólo Octavia podía calmar las aguas.
—Tratando de evitar otra guerra, Azgeda te ayudará pero no será parte de Wonkru— Octavia y Lorcan me miraron confundidos. Confío en O, se que es la mejor para dirigir Wonkru pero nunca podría doblegar a Azgeda a su voluntad, es mejor que yo mantenga el control de la Nación Hielo— si fracasas Azgeda tomará el poder definitivamente.
—¿El piensa así? ¿Aceptarán estos términos?
Miré a Lorcan y asintió, comprendió que ir a la guerra no es la mejor opción aunque la idea de dejar el poder en manos de Octavia no le gustará mucho. Pero indirectamente Azgeda estará manejando todo desde las sombras, porque ambos sabemos que sin nuestra ayuda Octavia no sería capaz de hacer nada.
—Primero debes ganarte el respeto de los demás clanes, sin ayuda
—Son Wonkru ahora, y quien este en contra de Wonkru sera enemigo de Wonkru— mencionó levantándose del asiento y con espada en manos se dirigió a la puerta del comedor dónde los terrestres se habían amontonado y trataban de derribarla a la fuerza. Al ver a Octavia enseguida se prepararon para atacarla.
—¡Skaikru merece morir! ¡No aceptaremos a una líder Skaikru!— miré a O, temblaba pero su mirada mostraba una firmeza que pocas veces había visto en ella. Dudativa pero segura de sI misma, se fue acercando a ellos.
—¡Son Wonkru o son enemigos de Wonkru! ¡Decidan!
Ante esta frase la masacre comenzó. Alrededor de diez terrestres murieron por la espada de Octavia, estaba herida pero se mantenía fuerte, con cada golpe que le daban ella volvía a levantarse con más fuerza que antes. Volvía a resurgir de las cenizas.
—¡Azgeda muestra sus respeto hacía Octavia Kom Wonkru!— le hice una seña a Lorcan quién se paro en frente de todos, bajo sus armas y se arrodilló ante Octavia al igual que todo Azgeda. Los demás al ver cómo el más imponente ejército se rendía a los pies de la campeona, los imitaron.