Tras el éxito mundial de Agente 007: Plan B, la productora de inmediato empezó a trabajar en una secuela. Como el trabajo de Ryusei Miura había recibido halagos e importantes reconocimientos, las cabezas que estaban organizando la siguiente película no dudaron en ofrecerle al actor japonés un contrato que lo comprometía a seguir siendo el protagonista por una cuantiosa suma de dólares estadounidenses.
En un inicio, cuando estaban en conversaciones para definir los puntos del nuevo contrato, Ryusei pensó que podría regresar a Japón por una breve temporada y retornar a los Estados Unidos tras pasar tiempo con su familia, pero los productores pusieron una condición que evitaría que viajara a su país natal para disfrutar de los suyos. Los productores alegaban que la audiencia olvida rápido, y, al ser un actor nuevo para el público occidental, recomendaban que durante los dos años que se tomarían para planearlo todo sobre el nuevo filme y dar inicio a las grabaciones, Ryusei permanezca en la tierra del Tío Sam participando en otros proyectos, así no salía de la mente de los espectadores.
Al estar de acuerdo su padre y su abuelo con esa condición, porque ambos creían firmemente que era lo mejor para su carrera, Ryusei no objetó y firmó el contrato. Su agente empezó a buscar algunos proyectos de corta duración para que se mantuviera activo en el mercado del entretenimiento de los Estados Unidos, encontrando una propuesta que pensó sacaría a Ryusei de su zona de confort, algo que no ocurrió porque al actor japonés se sentía cómodo desarrollándose en todas las artes. En dos meses iniciaba una competencia de baile que reuniría a veinte famosos de veinte países distintos, por lo que la competencia era de calibre internacional. A Ryusei le encantó la idea de participar acompañado de una bailarina profesional y que el premio sea destinado a una institución benéfica. Al saber del interés del actor japonés, la producción hizo una oferta que Ryusei aceptó y una semana después estaba iniciando el entrenamiento junto a la bailarina profesional que haría de pareja del guapo japonés en la pista de baile y de coach para guiarlo en la danza y evitar que sufriera una lesión de gravedad.
Las promociones para que la audiencia conociera sobre el nuevo programa que se lanzaría los viernes por la noche no presentaban a Ryusei, sino a un famoso cuya presencia en la competencia de baile daría mucho que hablar. Ante la expectativa, la audiencia tuvo curiosidad, y la noche de estreno del programa lo prefirió sobre otros que ya tenían tiempo en señal nacional. Cada famoso era presentado con su bailarín, y solo bastó con decir que el incognito personaje provenía desde Japón para que todos en el set empezaran a repetir el nombre de Ryusei Miura. Cuando este ingresó a la pista de baile junto a la bailarina que lo acompañaría por los próximos cuatro meses de competencia, si es que llegaba hasta la final, el público se levantó y lo ovacionó de pie. Los admiradores del joven actor japonés se habían multiplicado exponencialmente, y quienes no lo eran lo apreciaban por ser un hombre educado, de principios y que no gustaba de escándalos.
En los programas de espectáculos del sábado por la mañana el tema a tratar era la aparición de Ryusei Miura en la competencia internacional de baile. Muchos fueron los presentadores que aceptaron que no daban ni un centavo por el actor japonés como bailarín, ya que no lo creían capaz, pero cuando hizo su presentación al lado de su pareja y coach para la competencia, tuvieron que tragarse todos los pensamientos prejuiciosos que manifestaron en su contra, ya que resultó tener mucha destreza, coordinación, buena postura, fuerza y elegancia a la hora de bailar. Esa primera presentación recibió una muy buena puntuación por parte del panel de jueces que determinarían a los finalistas, y junto al público elegirían a la pareja ganadora. Ryusei quedó entre los cinco primeros de la competencia en la noche de estreno, algo que lo motivó a seguir ensayando y mejorando.
Ann Houston también abordó el tema Ryusei Miura en su programa de los sábados. A la periodista le alegraba ver al actor en otra faceta y que la respuesta del público lo favorecía. Mientras miraba los vídeos de la primera fecha de la competencia de baile, una sonrisa se fue formando en el rostro de la periodista. Su asistente se sorprendió de verla sonriendo cuando normalmente suele ser muy seria. Al mirar por encima del hombro de la periodista para saber lo que estaba captando la atención de esta sobre el celular que tenía en las manos, la colaboradora pudo ver que se trataba del joven actor japonés. Ann se excusó indicando que le daba mucha alegría haber ayudado a una buena persona a brillar aún más y que el público lo reconociera.
Las semanas pasaban y Ryusei se mantenía en competencia, siempre entre los cinco primeros. Esa constancia le permitió clasificar a la final, donde los mejores cinco parejas se presentarían con tres coreografías: dos para clasificar a ser una de las dos parejas finalistas y una que sería el baile que les llevaría a ser los campeones de la noche. Ryusei y su pareja aseguraron el tercer lugar cuando, sin ningún orden en particular, mencionaron su nombre para continuar con la competencia y deleitar a la audiencia con la segunda coreografía que habían preparado. Todo iba bien y parecía que estaría entre los dos primeros lugares para disputarse la final, pero cerca del final de la segunda presentación en la pista de baile, el vestuario de la bailarina que lo acompañaba sufrió un desperfecto al romperse uno de los tacones de su calzado, lo que la hizo trastabillar en pleno giro y caer al suelo. Con un total control de la situación y mucha cabeza fría, el actor japonés ayudó a su pareja a regresar a la coreografía y terminar con elegancia la presentación, pero eso no ayudó en mucho, ya que el jurado decidió no apostar por ellos por ese error que escapó de sus manos, aunque el público sí le dio a la pareja la puntuación máxima. Así fue como Ryusei quedaría en tercer lugar en el programa de competencia de baile.
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Editado: 11.09.2023