El amante joven

Capítulo 15

Onur y Emma daban la bienvenida a Kenji, Takeshi y Harumi mientras Ryusei se reencontraba con Ann. El turco le dio un fuerte abrazo a su amigo japonés, uno que se sintió doloroso porque pudieron escuchar el crujir de las articulaciones de la columna vertebral del Director Sato, pero este ni se inmutó, solo atinó a decir: «Gracias por acomodar mi espalda», cosa que arrancó las risas de Emma.

  • Onur a veces no es consciente de lo grande y fuerte que es –comentó Emma tomando del brazo a su amado turco.
  • Disculpa, Kenji –pidió el turco al japonés.
  • No te preocupes. Como te dije, acomodaste mi espalda, ya no tengo que gastar en quiropráctico –Kenji disfrutaba el momento cómico, pero su conocida condición le impedía demostrarlo-. Solo me sorprendió tu efusividad. Somos amigos desde hace años, cuando tu padre te cedió las acciones de la casa de modas masculina, pero nunca te habías comportado así conmigo.
  • Es que tengo mucho por que agradecerte –y Onur miró a Emma de una manera que parecía que se la quería comer. La joven actriz se sonrojó al imaginar lo que los demás podían pensar que estaba sucediendo entre ellos, cosa que sería exagerada, ya que no habían pasado de un beso y una caricia inocente, pero el turco tenía las expresiones de su rostro tan duras, rudas y toscas que siempre exageraban lo que en verdad estaba sintiendo-. Si no me hubieras llamado para ayudar a Ryusei, no hubiera podido conocer a la bella Emma.
  • Con todo lo que has hecho por mi sobrino, me doy por servido, y entre nosotros no hay deuda pendiente, solo amistad –dijo Kenji y ofreció su mano derecha como saludo a su amigo.
  • Que así sea –dijo Onur y apretó la mano de Kenji.
  • Ellos son mi cuñado y hermana, Takeshi y Harumi Miura –presentó Kenji a sus acompañantes y de inmediato Onur abrió sus enormes ojos grises, sin ocultar su sorpresa, y miró a Emma preocupado.
  • Buenas tardes –saludó Takeshi y junto a Harumi hicieron una pequeña reverencia-. No se preocupe Güler san, que hemos venido con buenos propósitos. Nos interesa conocer a Ann Houston.
  • Y pedirle que me perdone –interrumpió Harumi a su esposo con notoria vergüenza en el rostro-. Me comporté muy mal con ella –tras decir esas palabras, Emma se soltó de Onur y se acercó a Harumi con una dulce sonrisa.
  • Somos seres humanos, Señora Harumi, todos nos equivocamos. Tenga por seguro que mi tía la escuchará y aceptará su arrepentimiento que sale del corazón –le dijo Emma a Harumi tomando entre sus manos las de la japonesa-. Pasen, en breve estará listo el almuerzo e imaginamos que quieren descansar un poco, permítanos llevarlos a sus habitaciones.

Emma caminaba al lado de Harumi, quien se apoyaba en el brazo de la joven. Onur junto con Kenji y Takeshi venían detrás de ellas. Ryusei y Ann bajaban las escaleras cuando se toparon con el grupo que ingresaba a la mansión. El actor japonés tomaba de la mano a su amada periodista mientras iban conversando bajito y sonriendo. Al ver a Harumi al lado de su sobrina, Ann sonrió porque para ella esa era una muestra de que en verdad la madre Miura estaba arrepentida y quería conocerla. Harumi no pudo sostener la mirada de Ann, y agachó la cabeza.

  • Mamá está muy arrepentida, Ann chan –mencionó Ryusei muy bajito para que solo su amada lo escuche.
  • Lo sé, y no tengo ningún inconveniente en hablar con ella y dejar atrás cualquier desavenencia –respondió Ann en el mismo tono de voz.
  • Houston san, es un placer volverla a ver –dijo Kenji para todos los presentes y se adelantó al grupo para ofrecerle a la amada de su sobrino un saludo de mano.
  • Igualmente, Señor Sato –respondió Ann y estrechó la mano que le ofrecía Kenji.
  • Imagino que Ryusei ya te comentó con quiénes hemos viajado desde Japón –mencionó Kenji, a lo que Ann respondió afirmativamente con un movimiento de cabeza.
  • Permíteme, tío, ser yo quien presente a mis padres –pidió Ryusei y Kenji aceptó haciéndose a un lado, dejando que Takeshi, que tomó del brazo a su esposa, se acerque-. Ann chan, es para mí un enorme placer presentarte a Takeshi Miura, mi padre –Ann miró al ahora productor, quien le brindó una sonrisa, y la estadounidense supo que de su padre Ryusei había heredado esa bonita sonrisa que tenía-, y Harumi Miura, mi madre –Ann miró con algo de pena a la madre Miura porque la vergüenza que sentía esta era notoria. Al no levantar Harumi la mirada por lo apenada que estaba, Ann soltó la mano de Ryusei y caminó hasta quedar enfrente de la madre de su novio.
  • Es un placer para mí conocerla, Harumi san –dijo Ann en un perfecto japonés, para luego hacer una reverencia de 90° grados. Escucharla hablar en japonés fue una sorpresa para Harumi, quien no esperaba que el dominio de esa lengua por parte de la periodista sea tan bueno. Elevando la mirada para ver cómo le ofrecía la reverencia de máximo respeto en su cultura, la madre Miura tomó a Ann por los hombros y la ayudó a enderezar.
  • No me he ganado tu respeto, no me merezco que me ofrezcas tanto –dijo Harumi luciendo muy arrepentida.
  • Basta con que sea la madre de Ryusei para que yo quiera ofrecerle todo el respeto que puedo dar –la respuesta de Ann hizo que Harumi derramara algunas lágrimas. La estadounidense no demoró en acercarse más a la japonesa y darle un abrazo, de esos que te dicen que todo está bien, que lo pasado quedó atrás y que el ahora lo deben aprovechar para empezar una amistad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.