La trama de la película Agente 007: Plan B
Ryusei se encontraba en Nagoya cuando recibió la llamada de su agente. «¡Tienes el papel! ¡Serás una nueva versión de James Bond!», y el joven Miura ya no necesitó oír más. Empezó a dar saltos por la alegría que sentía desbordando de su cuerpo, y al tener que compartir la noticia con otros, dejó la habitación que sus abuelos Kiyoshi y Hanae destinaron para él en la Mansión Sato, ya que la residencia oficial de la familia que formara Takeshi y Harumi se encontraba en Tokio. A la primera persona que se encontró fue a su tía Keyko, hermana menor de su madre, la segunda hija de Los Sato. Ella acababa de llegar de la capital para disfrutar ese fin de semana al lado de sus padres, costumbre que tenía desde que se mudara junto a su familia a Tokio por el trabajo de su esposo, quien era un importante político. Ryusei cargó a su tía Keyko en brazos y empezó a girar con ella, algo que hacía reír a la japonesa en sus cincuentas. Las fuertes carcajadas de la esposa del congresista Ichiro Maeda hicieron que Harumi y Hanae se dirigieran con mucha prisa a la segunda planta de la mansión, encontrando la escena feliz y divertida de tía y sobrino.
Los productores junto al equipo de guionistas habían creado una historia en la que el Agente 007, de identidad secreta James Bond, ingresa a territorio japonés para evitar que un grupo armado norcoreano cometa un atentado con la intención de culpar a Corea del Sur, provocando que la tensión inicie entre ambos países asiáticos, cuya historia estaba marcada por el conflicto, desatando la guerra en el continente. Sin embargo, algo sale mal en la misión. Bond es traicionado, ya que era la única forma en que los norcoreanos podían adelantarse a sus planes. En el proceso de tratar de huir del grupo armado que lo tiene acorralado, el Agente 007 se encuentra con un joven japonés que fue expulsado del equipo de Fuerzas Especiales de la Marina de su país por haber golpeado a un oficial de alto rango, aunque esto lo haya hecho por defender a una mujer miembro del equipo de los abusos del superior.
Bond huye gracias a la ayuda del experimentado y joven ex marino; sin embargo, no pudo evitar recibir un balazo que estaba causando una hemorragia interna que el japonés nota cuando el inglés se desploma tras estar a salvo. Sabiendo que la muerte llegaría, el Agente 007 le entrega su reloj al ex marino y lo obliga a colocárselo en la muñeca izquierda. Al sentir un fuerte pinchazo cuando cierra el seguro de la correa del reloj, el japonés intenta sacárselo, pero Bond no lo deja y le revela su identidad. Tras entender que acababa de ayudar a un agente secreto, el mejor que el MI6 tiene en su equipo, el ex marino pregunta por la misión que lo llevó a Japón, y Bond le narra lo que los ingleses habían descubierto y querían evitar para que no se desate una muy segura tercera guerra mundial.
Bond no sobrevive, y a los minutos de su deceso se escucha a un helicóptero aproximándose: eran los refuerzos enviados por el jefe de la misión organizada por el MI6. Los agentes suben el cuerpo inerte del Agente 007 y obligan al japonés a acompañarlos tras lanzarle un dardo sedante. En la base y tras despertar del sueño obligado en el que lo pusieron, el jefe de la misión le explica el por qué lo habían llevado con ellos. Bond, al reconocer las cualidades del ex marino para hacer de él un agente secreto, decidió que será su reemplazo en la misión, por lo que le entregó su reloj, el cual reinició para que al colocárselo el nuevo portador se active el protocolo de reconocimiento de ADN, con la finalidad de que el código genético del nuevo agente sea asociado con las armas, vehículos y demás accesorios que utilizará en las misiones de espionaje que participe, haciendo que solo puedan ser estos artilugios manejados por él.
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Editado: 11.09.2023