Capítulo 10
Estaba a punto de dar las 7 pm cuando Bastian llegó al Hospital de la Universidad de Tokio. El médico alemán estaba tan sumido en sus pensamientos que caminaba por los pasillos del nosocomio en automático, solo porque el llegar al consultorio de su esposa era un recorrido que mantenía en su memoria de uso diario. Aún no había decidido cómo abordaría el tema de la relación de su hijo con la hija Sato con Yuriko, algo que le preocupaba al no querer perturbarla. Él la amaba tanto que siempre hacía todo lo posible e imposible para que ella no perdiera su calma, su paz. Olvidándose de los buenos modales, ingresó en el espacio profesional de su esposa en el hospital sin primero golpear la puerta para pedir permiso.
Yuriko se asustó al sentir que la puerta de su consultorio se abrió sin antes escuchar que alguien preguntaba si podía entrar. Ella se encontraba dando la espalda al ingreso de ese espacio, ocupada en acomodar las historias clínicas de los pacientes que tenían consulta externa con ella la siguiente mañana, ya que gustaba estudiar con anterioridad los casos que tenía programados para no perder tiempo en preguntas que ella, como profesional responsable y dedicado a su trabajo, debería conocer la respuesta al acceder al registro de salud de los pacientes.
- ¡Por todos los cielos, Bastian! Me has dado tremendo susto –dijo Yuriko temblando por el miedo que sintió al percibir que la puerta se abría de repente.
- Lo siento, amor, fue sin mala intención –se disculpaba Bastian mientras caminaba hacia ella para tomarla entre sus brazos.
- ¿Sucede algo? –preguntó Yuriko respondiendo el gesto, pero sabiendo que su esposo la abrazaba de esa manera, colocando una mano en su espalda y la otra en su cabeza para invitarla a que descanse sobre su pecho, cuando algo complicado ocurría y no sabía cómo explicarlo al no querer preocuparla.
- Es la enamorada de Akira –por la forma en que pronunció esas palabras, con algo de congoja, Yuriko se puso en alerta, pensando que la joven pudo haber tenido un accidente. En eso se imaginó que su hijo también podría estar involucrado en la noticia que su esposo tenía que darle, por lo que se soltó nerviosa al pensar que Akira pudo haber sufrido algún daño físico.
- Bastian, dime qué pasó. ¿Mi hijo está bien?
- Sí, amor, todo bien. No te alarmes, Yuri –pedía Bastian mientras volvía a acercarla a él.
- Entonces por qué el tono de tu voz.
- Es que hay un lugar a donde te debo llevar, pero puede que sea incómodo para ti –la mirada verdosa y apenada de Bastian causaba que sintiera curiosidad.
- Pero explícame el por qué. Tu sabes que nosotros podemos hablar de cualquier tema –decía Yuriko mientras llevaba a Bastian a tomar asiento.
- Yuri, por favor, no me odies por lo que te voy a confesar –la médica se puso muy nerviosa al escuchar a su esposo pronunciar esas palabras-. Te he ocultado información y hasta he llegado a mentirte en los últimos dieciocho meses.
- ¿Cómo? –la duda mezclada con miedo en el rostro de Yuriko era porque creyó que su esposo la estaba engañando con otra mujer, cosa que nunca se imaginó que podría suceder, pero algo que ella aprendió con la experiencia que tuvo con Kenji, es que hay amores que nacen con fecha de caducidad.
- Pero no es sobre mí, algo que tenga que ver conmigo –de inmediato Bastian negó que la omisión de información tenga que ver con él porque notó que la imaginación de su esposa iba hacia la idea de la infidelidad-. Es sobre Akira.
- ¿Qué sucede con mi bebé? –Yuriko se preocupó aún más al pensar que algo malo sucedía a su hijo.
- Primero confesaré la mentira que te dije. La actual enamorada de nuestro hijo es la misma jovencita que te mencionó que le interesaba y conoció en la cena de bienvenida –Bastian trataba de lucir calmado.
- ¿Y por qué me mentiste sobre eso? –la duda de Yuriko crecía.
- Porque la procedencia de la joven está relacionada de alguna manera contigo.
- ¿Conmigo? –preguntó muy asombrada.
- Sí, con tu pasado –al decir eso su esposo, la médica empezó a hacer un rápido recuento de su vida, algo que fue muy breve porque no tenía muchos familiares y gente que haya sido cercana a ella. Al recordar a Kenji Sato, llegó a la conclusión que la enamorada de su hijo debía tener alguna relación con su primer amor.
- ¿Con Kenji? –preguntó nerviosa.
- Sí. La enamorada de Akira es la hija de Kenji y Natsuki.
Yuriko dejó su asiento al saber la verdad. Empezó a caminar alrededor de su consultorio al sentirse algo asustada por lo que Bastian acababa de confesar. Llevaba años sin saber de Kenji, y la vida hacía que sus caminos se volvieran a encontrar, pero siendo padres de un par de muchachitos que llevaban varios meses manteniendo una relación que ella ignoraba parcialmente al saber que su hijo estaba enamorado, pero sin imaginarse hija de quién era la jovencita que lo había cautivado.
- Yuri, antes que nada, te quiero pedir que me perdones por ocultarte esta verdad, pero ya suponía que no te iba a caer muy bien el conocer la procedencia de la niña Mika.
- ¿Mika? ¿Ese es el nombre de la jovencita? –preguntó Yuriko muy curiosa.
- Sí. Según lo que Akira me comentó, le dieron ese nombre por la abuela materna que falleció dos años antes de que se celebrara la boda de Kenji con Natsuki.
- Bonito nombre. ¿Le ha sucedido algo? –preguntaba Yuriko calmada.
- Primero dime que me perdonas –insistió Bastian.
- Contigo no puedo estar molesta, mi gigante de buen corazón. Te amo tanto que no me imagino los días sin hablarte… Bueno, sí me los imagino porque los vivimos cuando te alejaste de mí al enterarte que, una vez más, estaba aceptando las promesas de Kenji, cuando aún éramos solo colegas y amigos.
- Entonces, ¿estoy perdonado? –preguntó Bastian abrazando a su esposa.
- Sí. Además, supongo que si me ocultaste algo fue por amor a nuestro hijo.
- Exacto –y el médico alemán dejó un beso en la mejilla de su esposa.
- ¿Ahora me vas a decir qué sucedió con la jovencita Mika?
- La historia es algo larga de contar, pero la puedo resumir para ti mientras apuramos el paso para ir a donde nos espera nuestro hijo.