El amante mestizo

Capítulo 13

El amor entre Mika y Akira continuó creciendo al transcurrir el tiempo. Atrás quedaron el enoje y miedo de Kenji y el rechazo y amenazas de Kiyoshi. Ellos conocían muy bien sus sentimientos, por lo que estaban seguros que no habría nada que los pudiera separar. O al menos así creían. Sin embargo, una mala decisión te puede terminar costando la felicidad, aunque el hecho haya sucedido varios años atrás, dejando en el pasado a aquella persona que, al no ser significativa, pensaste que nunca más volverías a ver.

El cuarto año, contando desde que se conoció nuestra joven pareja en la cena de bienvenida, terminó, y con ello llegó el momento de dejar las aulas del pregrado universitario. Como se lo habían propuesto, Mika y Akira repitieron los logros de sus padres, terminando en cuatro años los tres programas de la Facultad de Economía, en el caso de la hija Sato, y el pregrado de la Facultad de Medicina que toma normalmente seis, en el caso del joven Müller. Ambas familias estaban felices porque sus hijos, que libremente eligieron amarse y ser una pareja, estaban culminando una etapa de sus vidas, lo que les llevaría a empezar una nueva: los estudios de postgrado y la residencia médica.

Kenji soñaba con que su hija viaje a San Francisco y siga el MBA de la Universidad de Stanford, como lo hiciera él en su momento. Como no quería poner presión en Mika para que se incline por esa decisión, no comentaba con ella esa ilusión que tenía, solo a su amada Natsuki le repetía a cada instante lo feliz que sería que su hija decida viajar a los Estados Unidos y seguir con sus estudios de la misma manera que él lo hiciera, como imitando sus pasos, a lo que su esposa siempre le decía que si en verdad quería que se haga realidad ese deseo, que lo pida con todo su corazón a lo más sagrado en el universo, que todo es posible cuando se quiere con fervor y se tiene mucha fe.

Aunque Kenji oraba como le decía Natsuki, todo daba a indicar que su deseo no se haría realidad. Akira estaba muy entusiasmado en viajar a la ciudad de Cleveland, en Ohio, Estados Unidos, para seguir la residencia de Cirugía Cardiovascular que ofrece Cleveland Clinic, el hospital con mejor desempeño en esa especialidad de la Medicina a nivel mundial. Al principio de la relación, Akira pensaba hacer su residencia siguiendo los pasos de Mika, pero al definir la especialidad que le gustaría seguir, Mika había visto la ilusión de su amado por hacer realidad su sueño de hacer la residencia en tan prestigioso hospital, que al final decidió que el primer postgrado que haría, sería en alguna universidad que tenga como sede la ciudad donde Akira permanecería por los siguientes tres años. Con esa noticia, el Director Sato empezaba a acabársele la esperanza de que su hija siga sus pasos, al menos en el primer postgrado que haría.

  • Entonces, ¿vas a dejar que Mika viaje a los Estados Unidos y conviva con Akira? –preguntaba Takeo muy sorprendido por la apertura de mente que Kenji estaba demostrando.
  • ¿Cómo has dicho? –preguntó Kenji a su cuñado, ya que recién empezaba a darse cuenta que al dejar ir a Mika con Akira, estaba dando su permiso para que esos dos sean más que enamorados de besos y abrazos.
  • ¡Ay, no te hagas el que no has escuchado lo que he dicho! –dijo Takeo elevando un poco la voz.
  • No había puesto atención a ese punto –confesó Kenji cerrando los ojos para pensar.
  • ¿Y si se casan antes de viajar? –propuso Takeo como si el matrimonio fuera algo simple y ligero de tratar-. Ya van a cumplir cuatro años de enamorados. Podrían casarse en agosto y en setiembre viajar para que sigan estudiando. Sería mejor que convivan siendo una pareja que en el pecado, como tú lo hiciste con Yuriko –Takeo miraba con reproche y burla a Kenji.
  • ¿Casar a mi hija a los veintiún años? –preguntó Kenji para sí mismo, pero lo hizo en voz alta, por lo que Takeo pudo escucharlo.
  •  Natsuki tenía dieciocho cuando se casó contigo. Además, en octubre Mika cumple 22, así que no se casaría tan joven.
  • Tendría que conversar el tema con Akira. No sé si mi hija y él han hablado alguna vez sobre el matrimonio.
  • ¿Y por qué no lo llamas y despejas tu duda? –Takeo marcó el número de Akira, quien contestó de inmediato al ver que se trataba del tío de Mika.
  • Takeo san, buenas tardes. Dígame, ¿en qué lo puedo ayudar? –respondió el joven Müller de inmediato, ya que en ese momento estaba recién ingresando a la última guardia en el hospital que haría siendo un estudiante de pregrado.
  • A mí no me puedes ayudar en nada, pero a tu querido casi suegro sí. Kenji tiene ciertas dudas que despejar, y qué mejor que hacerlo ahorita que más tarde. Te pondré en altavoz –a Takeo le encantaba poner en apuros a Akira, sentía que así le ayudaba a estar siempre listo porque con Kenji nunca se sabe.
  • Akira, buenas tardes, soy Kenji Sato –escuchó Akira el saludo de su futuro suegro.
  • Buenas tardes, Kenji san. Por favor, hágame las preguntas que requiera.
  • Akira, ¿ya es un hecho que harás la residencia en Cleveland Clinic o aún es un tema que está por verse?
  • Es un hecho, Kenji san. Por haber culminado el pregrado en cuatro años y ser el graduado con mejores resultados en todo el país, es el Gobierno Japonés junto a la Universidad de Tokio los que están realizando todas las coordinaciones para que en setiembre empiece la residencia –con esa información, Kenji supo que su hija no iría a San Francisco-. Disculpe, ¿a qué se debe la pregunta?
  • Mika ha dicho más de una vez que quiere viajar contigo y estudiar un postgrado en la ciudad donde estés haciendo la residencia. Eso quiere decir que en unos meses ustedes viajarán a los Estados Unidos y empezarán a convivir como la pareja estable que son –el comentario de Kenji hizo que Akira se sonrojara al pensar que por fin podría consumar la relación que tenía con Mika, ya que en esos años estuvieron tan atareados con los estudios que ni tiempo hubo para pensar en el sexo.
  • Así parece, Kenji san. Desde ya estoy buscando un apartamento que esté al nivel de las comodidades a las que está acostumbrada Mika, además de que sea seguro y cerca de todo en la ciudad de Cleveland. Quiero que ella sienta que ese espacio es tan cálido como el hogar donde creció.
  • Y así será porque tú estarás ahí, junto a ella. Esa propiedad será el primer espacio que harán su hogar –nuevamente Akira se sonrojaba porque para él no era fácil estar hablando de esas cosas con el padre de su enamorada-. Akira, ante lo inevitable, quiero saber si tú y Mika han hablado sobre matrimonio –escuchar esa idea saliendo de la boca de Kenji, hizo que el joven Müller se atragantara con su propia saliva, empezando a toser desesperadamente.
  • Respira. No te pongas nervioso. Aprovecha que tu futuro suegro está de buen humor –alzaba la voz Takeo para que Akira pudiera oírle.
  • Disculpen, no me esperaba que Kenji san quisiera hablar sobre nuestros deseos de casarnos y hacer una vida juntos –dijo Akira tratando de aclarar la voz.
  • Entonces, sí es un tema que han conversado –comentó Takeo sonriendo.
  • Es un tema que desde que iniciamos nuestra relación siempre lo hemos tratado. Ahora que ya estamos a unos días de cumplir cuatro años de relación, la conversación sobre una futura boda se ha hecho más formal. Mika y yo queremos casarnos, aunque no tenemos fecha aún. Sin embargo, yo ya compré el anillo de compromiso que pienso que es perfecto para ella –Akira sonreía hecho un bobo por lo feliz que le hacía el soñar con Mika siendo su esposa.
  • ¡Vaya! Sí que están adelantados los niños –comentó Takeo a la vez que aplaudía porque le encantaba la idea de que Akira ya contara con el anillo que le entregaría a su sobrina.
  • Akira, a mí me gustaría que ustedes viajen a los Estados Unidos siendo esposos –el joven Müller no podía lidiar con su asombro al escuchar a Kenji decirle eso-. Estamos en los primeros días de marzo, si tienen que viajar en setiembre, lo más lejano que podrían casarse es agosto, por lo que no hay mucho tiempo para planear una boda. No sé si a Mika le gustaría algo sencillo o prefiere esperar para tener la ceremonia y celebración que siempre soñó.
  • Como le digo, Kenji san, no tenemos fecha. Yo solamente pensé en entregarle el anillo, conversarlo con usted, Natsuki san y mis padres para hacer una cena de compromiso, y siendo novios viajar a los Estados Unidos. No hemos pensado en la posibilidad de casarnos este año.
  • Bueno, el convivir siendo novios no me parece mala idea. Sé que mejor sería siendo esposos, pero algo es mejor que nada –comentó Takeo, quien se preguntaba cuándo su hija Hanae llevaría a un muchacho a la Mansión Nagata para que él y Midori lo conocieran.
  • Igual prefiero conversar el tema con Mika, y ver si podemos hacer, aunque sea, la ceremonia civil y una pequeña recepción, algo muy íntimo –insistía Kenji con el tema del matrimonio, ya que no quería que Mika deje Japón sin ser la esposa de Akira.
  • De acuerdo, hagamos el sueño de tu suegro realidad, Akira –decía Takeo riendo-. Sin embargo, no rompamos tampoco los planes de nuestro querido hijo Müller. Entrégale el anillo a Mika, pídele que sea tu esposa, y luego compartan la buena nueva con sus padres. Ahí Kenji podrá preguntarle a su hija si prefiere tener un matrimonio exprés antes de partir a los Estados Unidos, o esperar hasta el regreso, dentro de tres años.
  • Está bien, así será. Les aviso que este sábado le pediré a Mika que sea mi esposa, ya que la he invitado a cenar a un exclusivo restaurante en Tokio Skytree. Durante la semana iremos a conversar con mis padres, y aprovecharemos que ustedes vienen a la capital por la graduación para comentarles el tema. Ahí podrá preguntarle a Mika todo lo que quiera, Kenji san –Akira estaba más que feliz al saber que ya tenía prácticamente a una de las dos familias aceptando el compromiso en matrimonio entre él y Mika.
  • Perfecto. Me alegra que nos hayamos entendido una vez más –dijo Kenji sin expresar alegría en su voz porque Natsuki no estaba a su lado.




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