Masaki guio a Shiro hacia la que sería su habitación. Al abrir la puerta el joven quedó con la boca abierta a ver el tamaño de la cama. Al preguntar por el baño que usaría para asearse, no se esperó que este estuviera dentro del mismo cuarto y mucho menos conectado a un walk-in closet que contaba con ropa, calzado y accesorios que eran de su medida y talla. Umiko y Yuna habían dedicado el día anterior a comprar el nuevo guardarropa del hijo encontrado, así como personalizar la habitación, para que no se sienta que es de una visita temporal, sino de un miembro de la familia que esperaban con ansias su llegada.
Después del almuerzo en familia, donde la comida fue ligera por la dieta especial que aún debía seguir el nieto Fukuda para completar su recuperación de la cirugía, Masaki avisó que debía ir a la oficina para firmar unos documentos. Shiro debía descansar, así que acordaron que el joven se quedara para asearse y tomar una siesta, ya al día siguiente irían a su antiguo domicilio para que recogiera sus enseres personales y renunciara a los trabajos que tenía, ya que empezaría su nuevo reto: culminar en un año los estudios de la carrera profesional de Administración de Negocios.
En realidad, Masaki no tenía nada importante o sumamente urgente que hacer en las instalaciones del grupo empresarial, simplemente dijo ello para tener una excusa para dejar la mansión e ir en búsqueda de Kazumi, con quien le apremiaba conversar sin que nadie los interrumpa. El anciano había pedido al investigador Murakami que averiguara todo sobre la médica, información que recibió a horas de la mañana, pero que recién pudo ojear cuando Shiro la acompañó hacia el vehículo que la iba a trasladar de regreso al hospital. Ahí hubo un dato que llamó su atención: el compromiso que sostuvo pocos meses atrás con Naoki Yamazaki y que fue cancelado.
Ni bien inició el trayecto Sosuke san, Masaki se comunicó con Kazumi, quien demoró un poco en contestar por encontrarse con un paciente en consulta. Al escuchar el interés del anciano multimillonario de conversar con ella sin que Shiro esté presente, le pidió que la visitara en su consultorio en el hospital dentro de media hora, ya que era el tiempo que necesitaba para terminar con las últimas dos consultas que tenía programadas. Tras despedir al último paciente, la médica vio acercarse a Fukuda san, quien le sonrió notándose la preocupación en su mirada por saber si en realidad ella sentía amor por su nieto.
»Cuando me enteré que Los Yamazaki solicitaron cambiar de novia para mantener la celebración de una boda que aseguraría la firma del contrato que hará a Importadora Shimizu el principal proveedor de Muebles Yamazaki, agradecí a lo más sagrado del universo por evitar que me tuviera que casar con un hombre a quien no amo –la sorpresa llegó al rostro del anciano y un tenue rubor de vergüenza tiñó sus mejillas por haber pensado mal de la médica.
»Si estoy feliz de no haberme casado con Naoki Yamazaki, significa que no siento despecho porque me haya cambiado por mi hermana menor. Le puedo asegurar que ni siquiera mi orgullo fue lastimado cuando me dijo que no me quería como su futura esposa. No voy a negar que le pedí que recapacitara sobre su decisión de cancelar la boda, pero eso fue porque si no había matrimonio, mi padre perdería la oportunidad de encontrar el equilibrio, la estabilidad económica en su empresa al no firmarse el contrato de proveedor exclusivo, y yo no quería ser la culpable de ello; por ello, que mi hermana aceptara casarse con Naoki Yamazaki fue una bendición para mí.
»Sobre mi cercanía a Shiro le diré que lo conocía cuando tenía doce años y el dieciséis. En ese entonces no tenía ni la menor idea de que él fuera el hijo perdido de una multimillonaria familia, así que no puede afirmar que mi amistad sea por un interés económico –en ese momento Kazumi recordó que hace poco estuvo decidida a confesar lo que en su corazón empezaba a nacer por Shiro, y creyó conveniente hacerlo a Masaki para que este estuviera tranquilo sobre sus intenciones-. Mi interés por él es de otro tipo –empezó a decir Kazumi. El anciano la miraba atentamente-. Me he dado cuenta que me gusta Shiro, que a su lado me siento bien y que a él también le gusta pasar el tiempo conmigo. No estoy segura si yo le gusto, porque él es muy guapo y pudiera salir con cualquier mujer que quisiera, pero me ilusiono muchísimo cuando me dice que soy bella y empieza a describirme con un cariño y ternura que solo él me ha otorgado en toda mi vida, tanto ahora que nos hemos reencontrado como cuando nos conocimos».
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Editado: 01.05.2023