El amante perdido

Capítulo 24

Que las primas Sato y las esposas Nagata pudieran ayudar en la organización de la boda fue la mejor idea que pudieron tener, por lo que Umiko, Yuna y Nara se encontraban muy aliviadas por todo el apoyo que recibían para que hasta el más mínimo detalle esté listo para el gran día. Kazumi, por su complicada agenda laboral al ser médica, solo se enteraba de cómo iban avanzando los preparativos en un resumen semanal que las tres mujeres Fukuda le narraban durante la reunión familiar que tenían los domingos. Claro está que la novia estuvo presente en esa primera reunión donde estuvieron todas aquellas dispuestas a participar en la planificación, eligiendo la temática y los colores que utilizarían para definir todos los detalles que implican una boda, que incluye ceremonia, banquete y fiesta de celebración.

Como habían elegido casarse en primavera, Kazumi y Shiro mostraron mucha ilusión en que el tema de la boda sea la estación más romántica del año. Así fue que a Natsuki Sato, quien además de ser la esposa del Director General del Conglomerado Sa-Na era una afamada arquitecta y la Directora de Constructora Sa-Na, se le ocurrió el diseñó de la carpa que se armaría en el jardín posterior de la Mansión Fukuda con columnas que simulen a árboles de cerezo en flor, llenando el espacio de ese bello tono rosa y lila mezclado con el blanco. Ante esa propuesta, que encantó a la novia y a todas las organizadoras, se decidió que los colores para la boda fueran el blanco, una variante suave del rosa y lila bebé y el dorado, ya que la opulencia debía verse reflejada al tratarse de la boda del Director General del Grupo Empresarial Fukuda.

Ayudada de un dispositivo de diseño portátil, Natsuki empezó a dibujar el boceto de una vista del interior de la carpa mientras las demás mujeres conversaban dando ideas para otros detalles que se debían considerar.  Cuando tuvo lista su idea, la mostró y todas quedaron maravilladas del bello ambiente que había recreado. La iluminación, hecha en focos LED en un tono de luz cálida, iba a subir por los árboles y crear una red en el techo de la carpa, haciendo que ningún espacio quedara en penumbras y que el ambiente se sintiera acogedor y muy íntimo. Las mesas estarían vestidas con manteles blancos, el menaje sería blanco con borde en oro y estaría acompañado con cubiertos bañados en oro y de diseño alusivo a la vegetación, las servilletas jugando entre los colores pasteles elegidos, la cristalería adornada con el tema de las flores de cerezo y el centro de mesa sería una recreación de un árbol de estas hermosas flores primaverales que serviría como arreglo floral y soporte de iluminación. Las sillas no estarían vestidas, sino que serían de hierro forjado y de color dorado con tapizado en blanco. Las mesas estarían dispuestas alrededor de una tarina central que serviría de pista de baile, respetando la demarcación de tres caminos que iniciarían en las tres entradas que tendría la carpa.

Al ver el fastuoso y romántico diseño de Natsuki, a Midori Nagata se le ocurrió que las invitaciones podrían semejar a los pliegos de pergamino que en los tiempos antiguos transportaban los mensajes que la autoridad máxima del imperio enviaba a sus representantes. Todas amaron la idea, así que la diseñadora gráfica empezó a describir que este pliego iría dentro de una caja de madera de cerezo con bisagras y cerradura doradas; las bases a las que se sujetaría la fina tela del tono de la flor de cerezo en la que imprimirían los datos de la invitación serían hechas de aluminio pintado en color dorado para que haga juego con las letras del mismo color.

Todas empezaron a dar ideas para los regalos que se entregan a los invitados, sobre el vestido que llevaría Kazumi durante la fiesta de celebración, el menú de la cena, la música y el sonido, sobre la seguridad que deberían contratar, y así sobre varios temas más. Harumi Miura, hija mayor de Los Sato y esposa del famoso actor y director japonés de cine y televisión Takeshi Miura, mencionó que todas las ideas eran maravillosas, pero que necesitaban a quien las pudiera hacer realidad. Había terminado de decir esas palabras cuando el timbre de la Mansión Fukuda sonó y el mayordomo comunicó la presencia de Marisa Yokohama, afamada productora a la que Harumi invitó a esa reunión y había llegado tarde por temas laborales.

Todas las mujeres no podían creer que entre ellas estaba una mujer que se había encargado de organizar las bodas de la familia imperial en los últimos veinte años, sino que también había trabajado realizando dos de las mejores series televisivas de la última década en Japón. Harumi les señaló que ya había hablado con Marisa –nombre occidental con el que se hizo conocida en su país y en el mundo- y que esta había aceptado gustosa a encargarse de la organización de la boda de Kazumi y Shiro. Las mujeres ahí reunidas, incluyendo la novia, aplaudieron por tan buena noticia. Marisa tomó la palabra, y después de agradecer los aplausos, indicó que no solo se encargaría de que cada detalle que han soñado para esa boda sea ejecutado por los proveedores, sino que también ha preparado una agenda de medios de comunicación para la difusión del evento en redes sociales, páginas web y prensa escrita, radial y televisiva.

  • Estamos hablando de la boda del heredero de la fortuna de Los Fukuda con la médica más afamada que el Japón ha tenido en los últimos cincuenta años, no es un evento que debamos mantener en el anonimato -señaló Marisa tras ver la cara de duda de muchas de las mujeres ahí reunidas.
  • Tiene razón Marisa –dijo Nara y Marisa dejó su asiento para abrazar a la pintora, quien recién se unía a la reunión por estar ocupada con unos asuntos de su última exposición. La productora había trabajado varias veces con Nara en la realización de reportajes sobre el trabajo de la artista, así que se conocían bien-. La boda de nuestros sobrinos Shiro y Kazumi puede ser considerada la boda del año, así que debemos tener en cuenta el manejo de medios y la preparación de algunas entrevistas, sesiones fotográficas y demás detalles que sean necesarios para que los diferentes medios que se inviten puedan recabar información para sus notas.
  • Pero yo quería algo íntimo, y si acepté una fiesta fastuosa fue porque no podíamos evitar invitar a los socios de Los Fukuda y a representantes del Gobierno Japonés, así como a famosas celebridades, pero esto que proponen sobrepasa lo que había pensado –señaló Kazumi algo intimidada al entender que su boda con Shiro tendría una alta repercusión entre la población del país por quienes eran ellos.
  • No se preocupe, Dra. Shimizu. En mi plan he considerado solo la difusión sobre la fiesta de celebración, ya que en ella participarán famosos e importantes invitados. Para la ceremonia y banquete, que Harumi me ha confirmado que seguirán las costumbres sintoístas, no he contemplado que sean cubiertos por los medios, ya que solo participarán la familia, aunque contar solo con ustedes en un salón departiendo ya es material para el noticiero –el comentario de Marisa más la broma que hizo tranquilizó a Kazumi y continuaron con la charla de coordinación que se extendería hasta después de la cena.




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