El amor de la bestia

Capítulo 20

Ya hace un par de horas que estoy disfrutando de la compañía de los gemelos. Me acerco al fuego y coloco unos trozos más para mantener viva la llama y así no morir de frío. El ambiente es agradable, Emanoc contagia con su alegría y entusiasmo a los presentes, incluido a su hermano Vitrug quien parece un chico de pocas palabras, las anécdotas y las travesuras que está contando me han hecho reír al punto de necesitar aire.

—Ya basta, Emanoc —reprende Vitrug—, contigo no hay secretos a salvo.

—No seas gruñón, hermano, si me haces enojar contaré cómo perdiste tu virginidad —amenaza Emanoc, el color abandona el rostro de Vitrug.

—Si te atreves te mataré, idiota, me debes respeto, soy tu hermano mayor —amenaza Vitrug.

—Como por dos segundos —responde Emanoc.

—Me gustaría saber esa historia —respondo solo por hacer enojar al dragón.

Vitrug me envía una mirada asesina y sin poderlo evitar nos echamos a reír.

—Princesa, por un momento pensé que eras más discreta —me recrimina el mayor de los gemelos.

—Ya, no me hagas caso —digo dándole unos golpecitos en el hombro—, pero sinceramente soy muy buena guardando secretos. —Me llevo un pedazo de manzana a la boca mientras asiento.

Vitrug resopla al tiempo que niega.

—Creo que tú y mi hermano, hacen una combinación bastante peligrosa —dice exasperado.

—¿Tú tienes secretos, princesa? —cuestiona Emanoc.

Me meto más comida a la boca para no hablar y solo niego con la cabeza. 

Los chicos siguen hablando entre ellos, menos Beriatric, me he dado cuenta que está distante y a cada rato su mirada se desvía hacia la dirección del palacio. Sé que está así por la ausencia de Mondrag, también me extrañó no verlo aquí cuando llegué, pero al menos yo lo he sabido disimular y he estado tranquila con la presencia de los demás, no es como si esto se iba a convertir en una noche romántica.

De pronto me doy cuenta que la conversación ya ha tomado otro giro y ahora es Shani quien habla.

—Nunca olvidaré ese día —asegura mi amiga—, fue cuando mi guerrero me salvó del ataque de un Delgars —concluye plantando un beso a Dragfor.

El grandulón se ve feliz. Me encanta ver ese amor desbordante entre ellos dos, es como si no pudieran existir el uno sin el otro. 

—Pero no me la pusiste fácil, amor —responde Dragfor—. Estabas empecinada en enfrentarlo tú sola, aún recuerdo que me gritaste que no eras una damisela en peligro y que estabas entrenada para poder defenderte por tu propia cuenta.

—Es que nuestra princesa es una gran guerrera, ya nos lo ha demostrado en campo de batalla —asegura Beriatric interviniendo en la plática por primera vez—. Sin duda la mejor que nuestro mundo verá, Dorentria florecerá como en primavera cuando por fin tomes tu lugar. —Terminando lo dicho, me sonríe, pero su sonrisa me parece más a la mueca de una víbora.

—No dudo de las habilidades de mi amiga —respondo—, pero lo que más me enorgullece de ella es la capacidad que tiene para enfrentar con valentía su deber, siendo consciente del papel que desempeña en este juego llamado vida, eso sin duda la convierte en una verdadera reina y es el ejemplo que debes seguir Beriatric. —Dicho esto le devuelvo la sonrisa. Si ha entendido la indirecta ¡Que bien por ella!

—Eire, me haces sonrojar —responde Shani—, sabes que te amo y estaría dispuesta a sacrificar todo por ti y los que amo, pero les digo un secreto: yo fui al mundo mortal porqué me sentía culpable por lo que pasó con mi hermana, pensé que de esa forma yo limpiaría un poco mi culpa —confiesa mientras sus ojos se tornan brillosos.

—Amor, tu actuar no fue por maldad, estoy seguro que la princesa Tirsha lo sabe —asegura Dragfor al tiempo que se acerca a Shani y la envuelve entre sus brazos.

—Dragfor tiene toda la razón Shani, te aseguro que lo único que Tirsha siente por ti es amor —respondo con seguridad—, ella está muy orgullosa de la mujer en que te has convertido y nunca podría odiarte, porque eres su hermanita menor: la pequeña que siempre corría por su recámara y le hacía perder la paciencia, pero que a la vez le sacaba una sonrisa haciéndola olvidarse de sus obligaciones, ella siempre admiró tu espíritu libre y muchas veces deseó ser tú. —Mis lágrimas salen quemando mi alma, rompiendo una cadena más que ataba mi corazón, es como si yo estuviera otorgando el perdón por mi muerte a mi hermana, sí, mi hermana, porque por un segundo sentí que Tirsha y yo somos una sola y eso hace que dentro de mí empiece a surgir una llama que amenaza con devorar todo a su paso.

Mi cabeza empieza a doler, un recuerdo más llega a mi mente, ahora estoy mirando otra vida que nunca creí me perteneciera, es él, la bestia me observa con esos ojos de fuego, siento que mi ser se está desvaneciendo entre sus brazos, hay un profundo anhelo en mi corazón, volver a él y está vez poder amarlo sin miedo.

«Juro por mi fuego que te traeré de vuelta, aún así tenga que acabar con la existencia de los inmortales y cuando eso suceda tú y yo pondremos de rodillas a todos aquellos que ahora nos separan». Mi boca es besada y sus lágrimas se mezclan con mi esencia, esa última brizna de mi espíritu primordial es sellada en su corazón.

—No, no, no —siento que me volveré loca, esa voz, ese olor, esa esencia es la de mi amor, el amor que juré desde mi principio.



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#6 en Magia

En el texto hay: criaturas magicas, romance, drama

Editado: 29.07.2023

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