El amor de la bestia

Capítulo 22

Narra Mondrag.

Hace tres días que Eire permanece inconsciente. No voy a negar que estoy muy preocupado por su salud, aún no sabemos cuánto tiempo más le tomará recuperarse, su cuerpo no estaba preparado para soportar toda esa magia y eso casi le ha costado la vida. 

Cuando indagué el motivo por el cual ella había perdido el control, Shani me comentó lo sucedido. No creía posible que ella estuviera recordando la vida de Tirsha, pero al parecer así fue y sé muy bien quién es el culpable. 

Desde un principio le advertí al rey Luisandrium que no debíamos confiar en él, pero no podíamos dejarlo fuera en aquella ocasión: cuando vino a Eirlea suplicando al rey devolverle la vida a su amada y entonces... Sucedió. 

En una noche en donde las tinieblas y los deseos más profundos de todos los que estuvimos reinaron se tomaron decisiones; ni buenas ni malas, solo decisiones y por ellas la sangre de inocentes derramada pesa en nuestra conciencia, aunque no fue por nuestra mano, si por nuestras acciones.

Dejo ir esos pensamientos al momento de verla, todo ha valido la pena ahora que ella está conmigo. Me acerco a mi princesa y toco su frente, la fiebre ya está disminuyendo eso es bueno. Sin poderlo evitar acaricio su rostro, aún se ve pálida, pero no le quita belleza, ella simplemente es perfecta ante mis ojos.

—Necesito que despiertes, mi niña. Quiero volver a sentir esa mezcla de emociones que me provocas cada vez que me desafías, me encanta tu lado salvaje Eire y sé que soy un cobarde por decírtelo ahora que no me puedes escuchar.

Unos sonidos al otro lado de la puerta me hacen apartarme rápidamente de su lado.

—Mondrag, vine a cuidar de Eire. —Shani me mira con preocupación, pienso que ella sospecha de mis sentimientos hacia su amiga y como todos somos conscientes de las leyes de nuestro mundo… tiene bases para sentirse así.

—Creo que fui muy claro ayer —respondo tratando de no sonar irrespetuoso—, yo seguiré cuidando de la princesa Eire. Ya hablé con el rey, él está de acuerdo conmigo, no sabemos cómo será su reacción al despertar y quiero estar presente para ayudarla.

—No quiero discutir contigo, pero no te has movido de aquí desde lo sucedido y creo que sería conveniente que descanses y tomes un baño —dice al tiempo que arruga la nariz—. Además, yo la conozco mejor que tú y también puedo ayudarla en lo que necesite si despierta.

Es la segunda vez que tenemos esta discusión, es obvio que ella ve a Eire como su hermana. Siento pena por Shani, ella ignora la mayor parte de lo sucedido, espero que cuando lo sepa siga apoyándonos.

—Estoy seguro que a ti te hace más falta el descanso, aún se te notan las heridas que te hiciste al momento que la magia de la princesa te alcanzó.

—En realidad la mayor parte lo recibió Dragfor, él se colocó frente a mí sirviendo como escudo —responde suspirando—, así que estoy bien e insisto: necesitas un baño, estoy segura que no querrás que Eire se despierte y te vea así —asegura señalando con sus dedos mi ropa rasgada y manchada de la sangre de mi princesa, quizá es por eso que no me la he quitado, todavía puedo sentir su esencia en mí.

—Si deseas ayudarme, hazme el favor y dile a una de las doncellas que me suba un cambio de ropa, me daré una ducha aquí y tú ve a cuidar de tu hombre, seguro necesita de tus… Cuidados.

—¡Ya cállate! —exclama sonrojándose—, contigo no se puede, ya veo el porqué son el uno para el otro. —Me sonríe al tiempo que se da cuenta que yo me he tensado ante su aclaración—. Lo siento, Mondrag, es imposible no darme cuenta, quisiera que las leyes fueran diferentes... —Su mirada llena de lástima me causa desagrado.

—Estás malinterpretando la situación, mi actuar es por razones que no te explicaré, pero muy alejadas a lo que piensas. —Mi voz suena más áspera de lo que pensé.

—Como tú digas y perdón por entrometerme en tus asuntos. Por cierto, estoy segura que Eire se enfadará si se da cuenta que invadiste su espacio privado, deberías ir a dejar la mugre a tu baño —exclama dándose la vuelta y desapareciendo en segundos.

Shani es demasiado celosa en su papel de hermana. Aunque debo aceptar que fui grosero, ella solo intentaba ser solidaria, pero no puedo soportar que me vean con lástima, prefiero que me odien, esa también es una debilidad de mi raza, las bestias solemos ser así.

Regreso a mi lugar y sigo velando el sueño de mi princesa. En momentos como esté comprendo todo lo que él hizo por la mujer que amó, yo también convertiría este y todos los mundos en un infierno si algo malo le llegara a suceder. 

Un toque en la puerta nuevamente me hace cambiar mi atención.

—Con su permiso, majestad —saluda una de las doncellas—, he traído esto para usted —anuncia dejando algunas prendas limpias sobre el buró—. Si necesita algo más solo ordene.

—Es todo, retirate —ordeno

Ella asiente y rápidamente se pierde de mi vista. Todos los inmortales que una vez pertenecieron al reino Luna, aún nos temen cuando nos tienen cerca, pero es algo de lo cual ya estoy acostumbrado.

»Mi niña, debo tomar una ducha, prometo que volveré rápido —le susurro aunque sé que no me puede escuchar.

Tomo lo que necesito y pronto estoy invadiendo su espacio personal. Todo huele a ella, cierro los ojos mientras el agua se desliza por mi cuerpo e imagino tenerla aquí conmigo.



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En el texto hay: criaturas magicas, romance, drama

Editado: 29.07.2023

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