El amor de la bestia

Capítulo 35

El viento sopla fuerte provocando en mí un remolino de emociones que traen mis pensamientos. Hay muchos secretos incluso los míos se me hacen una carga, solo espero que cuando sea el momento pueda enfrentar la realidad con valentía y sobre todo, sabiduría. 

—Estás un poco distraída, princesa. —Es Dragfor acercándose a mí.

—En realidad solo estoy un poco nerviosa, según tengo entendido en el nuevo entrenamiento haremos uso de magia y yo no soy muy buena en ello. Además, no he dormido muy bien, anoche tuve un extraño sueño y eso me tiene pensativa —admito sin saber porque.

—No debes preocuparte —dice acercándose a mí y hablando con seriedad—. Seguramente ese sueño solo fue el llamado a tu conciencia para despertar la verdad que tu alma guarda. No temas, princesa, todo marcha sobre el camino correcto.

Arrugo el entrecejo, no estoy entendiendo muy bien a qué se refiere.

—Siempre he tenido curiosidad por la historia de Mindrac y su antiguo señor. ¿Tienes algún conocimiento sobre el tema? —cuestiono.

—Princesa, sé lo que todos, pero si me pides una opinión personal, yo nunca condenaría el actuar de mi señor…

—¿Tu señor? —interrumpo—. ¿Conociste al señor de las tierras de fuego, Dragfor?

Él niega, pero su mirada lo delata. Dragfor sabe más de lo que admite.

—Lo llamo mi señor, por respeto. Soy parte de la tribu de fuego y por mis venas corre la misma sangre. No puedo negarme a mis orígenes, ni al llamado de mi magia y tú tampoco debes hacerlo, princesa.

Siento un pequeño hormigueo justo en dónde está la marca de mi Luna, no sé porque las palabras de Dragfor han hecho que mi magia se manifieste.

Lo veo un poco asustada ya que me doy cuenta que su atención está en mi luna, me llevo rápidamente mi mano hacia el lugar en un intento por disimular.

—Buscaré a Mondrag, ya que tengo entendido que él me ayudará con mi entrenamiento —digo en un intento por alejarme de él.

—Yo no soy tu enemigo, princesa. Mi lealtad está contigo y con mi líder y juro por mi fuego que nunca revelaré ningún secreto que desees mantener oculto. Estoy aquí ahora para ayudarte a entrenar con tu magia, pero también lo estaré para lo que desees —dice colocando su mano en puño sobre su corazón e inclinando su cabeza.

Este no es el Dragfor que yo conocí, pero debo de admitir que le creo, que por alguna razón confío en él. Al final también es un dragón poderoso, quizá igual que Mondrag, solo que Dragfor siempre mantiene un perfil bajo y eso también lo voy a averiguar, pero lo que no me gusta es que sea él, el que me ayudará a entrenar con mi magia y no Mondrag.

—No es que te haga de menos, pero realmente estaba convencida que sería Mondrag el que me ayudaría con eso.

Dragfor levanta una ceja y se cruza de brazos mientras adopta un semblante triste, volviendo a ser el mismo dragón bromista.

—Justo en mi orgullo —dice fingiendo dolor en el pecho—. Duele como mil dagas.

—Deja de exagerar, no tengo problema, sé que eres muy poderoso y que tus conocimientos me serán de mucha ayuda, es solo que no quería robarle tiempo a mi amiga ya que me he dado cuenta que son muy unidos —justifico mi mentira con una verdad.

—Shani está de acuerdo —responde—, con respecto a Mondrag, él tiene algunos asuntos importantes que tratar en Mindrac. Me pidió que te ofreciera disculpas en su nombre y aseguró que en cuanto pueda regresará para supervisar tus avances.

Asiento de mala gana. La verdad es que me siento molesta, seguramente me está evitando por lo del beso. 

—Me hubiera gustado escuchar la explicación de él mismo —digo entre dientes.

—Guarda ese enojo pará cuando él esté de regreso, te voy a mostrar unas técnicas con la espada para que puedas darle una lección —dice guiñandome un ojo.

Niego mientras sonrío, la verdad es que Dragfor es un muy buen amigo y además, me he dado cuenta que siempre ve más allá de lo bueno o malo.

—Es bueno verte en el anillo de entrenamiento —exclama Shani, me giro y la veo avanzar hasta nosotros, unos metros detrás de ella, también vienen llegando Breymont y Beriatric, pero estos últimos se quedan un par de metros alejados.

—También me alegra verte y saber que ahora te ves más como tú —afirmo mostrando una amplia sonrisa.

—Si lo dices por lo que sucedió el otro día, no te preocupes, Dragfor me ha hecho entender que muchas veces la situación amerita tener a nuestros enemigos cerca. —Al momento de decir eso su vista se torna un tanto nublada, pero mantiene su sonrisa para nosotros. 

—Me alegra saberlo, no me gustaría causarte incomodidad ahora que Breymont pasará mucho tiempo cerca, tengo entendido que mi padre y Mondrag acordaron aceptarlo en los entrenamientos. —Miro en dirección al príncipe de Chandria. Él me guiña un ojo y luego continúa hablando con Beriatric. Solo espero que esos dos no estén confabulando para alejarme de Mondrag, aunque al paso que vamos el que se aleja es él solito.

—Sí, ellos ya me informaron —responde mi amiga—. Mientras no me cause problemas, no me importa su estadía en el reino.

—En realidad fue Shani la que dio el visto bueno —revela Dragfor—, el rey habló con ella y dejó en sus manos esa decisión. —Al terminar la frase mira con orgullo a la princesa por la cual su corazón late y es que se nota a leguas lo mucho que la ama.



#45 en Fantasía
#5 en Magia

En el texto hay: criaturas magicas, romance, drama

Editado: 29.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.