El amor en tiempos de cuarentena

Inbetween Days

Decir que Fran estaba aburrido era poco.

En todo el día, a su celular no había llegado ningún mensaje de Bruno. La última vez que habían hablado, Bruno le había dicho que lo estaban llamando a cenar. Por un lado, estaba contento, porque eso quería decir que nada malo había sucedido; después de todo, había dicho que le avisaría si algo pasaba. Sin embargo, era raro que Bruno no le hablara en todo el día. Incluso si, dos meses atrás, prácticamente ni sabían de la existencia del otro.

¿Quizás se había cansado de hablar con él tanto tiempo después de haber pasado un fin de semana entero en su casa? Era una posibilidad. Pero, preferiría que no fuera cierta.

La otra alternativa era que algo malo hubiese pasado y no pudiese contarle. Esa, también, preferiría que no fuera cierta.

Con un suspiro, se dejó caer sobre su cama, tomando su celular para ver si tenía algún mensaje de Bruno.

Nada.

Y de repente-

¡Bzzz!

Los ojos de Fran se abrieron como platos por un momento, hasta que notó que era de Lucas. Sin embargo, cuando leyó el mensaje, su corazón se aceleró nuevamente, aunque no por la mejor razón.

 

Lucas: che, vos estuviste hablando con bruno hoy?

Lucas: porque a lara no le contesta desde ayer a la noche y con toda la situación está medio (muy) nerviosa

Yo: pará

Yo: vos sabés????

Lucas: y, sí

Lucas: yo soy un ser omnipresente que sabe todo

Lucas: pero hablaste o no hablaste con él? porque eso justo no lo sé

Yo: no me dijo nada hoy, esperame un toque que pruebo

 

Tragando saliva, tipeó para otro destinatario.

 

Yo: eu

Yo: bruno

Yo: vas a venir hoy a la plaza no??

 

Otra vez más, nada. De hecho, cuando se fijó, solo había un tic gris en la esquina inferior de sus mensajes.

 

Yo: no le llegan mis mensajes

Lucas: uh

Lucas: los de lara tampoco le llegan

Yo: …

Yo: vos decís que pasó algo?

Lucas: no sé

Lucas: pero no te pongas nervioso vos también por favor

Yo: sabés que en todo este tiempo nunca fui a su casa?

Yo: tipo si supiera la dirección aunque sea podría ir a ver que onda…

Lucas: no hagas eso

Lucas: podría empeorar las cosas

Yo: EMPEORAR ??!?!?

Lucas: NO TE PONGAS NERVIOSO FRANCISCO

Lucas: tengo una idea

Lucas: bah en realidad lara tiene una idea, así que tranquilizate

Yo: …confío en lara

Lucas: eso, eso

Lucas: quedate tranquilo

Yo: …me quedo tranquilo

 

Estaba mintiendo. No se quedó para nada tranquilo.

***

Que Bruno faltara a Educación Física no era algo raro. Ahora, que faltara a todas las otras clases del día, era todo un acontecimiento. Augusto sabría. Había sido su amigo durante años.

En su vida, había tenido varios amigos, pero ninguna amistad había llegado a la profundidad de aquella que ya no era. O quizás seguía siendo, pero latente. Quizás fue por eso que ni bien entró en su consideración un potencial peligro para Bruno, avisado por un mensaje de su otra amiga más cercana, no dudó ni un segundo en salir para su casa.

Palpó su bolsillo trasero para confirmar el paradero de su celular una vez que ya se encontraba en la calle. El ritmo de sus ruidosas pisadas contra la vereda se sentía como el tic-tac de un reloj en cuenta regresiva.

Aceleró.

Su casa no estaba tan lejos de la de Bruno. Realmente, podría haberlo visitado antes, pero entre la cuarentena y la pelea, Augusto había sentido que tenía más razones para mantener la distancia que para acortarla. Incluso si ahora consideraba ese mismo sentimiento su simple y estúpido orgullo.

Frenó en frente de la reja de la casa a la que incontables veces había ido a jugar, a tomar la leche y a pasar el rato. Luego de tomar una bocanada de aire y exhalar lentamente, apretó el timbre con determinación.




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