El amor en tiempos de cuarentena

Sentirse Bien

A pesar de haberse negado inicialmente, hablar con su psicóloga era una actividad que lentamente Bruno comenzó a esperar con las semanas que fueron pasando. Era como si, de repente, hubiese aprendido a ser elocuente al hablar de las cosas que sucedían adentro suyo. Como si los espirales, garabatos y mamarrachos emocionales pudieran ser reciclados para formar una estructura con más orden.

De todas formas, sabía que no era repentino. No era algo que había pasado porque sí, mágicamente. Todavía tenía días en los que el mundo parecía venirse abajo en ira o angustia, pero últimamente lidiaba con ellos un poco mejor.

En cuanto a Fran, seguían hablando como siempre. O quizás, no exactamente de la misma manera que antes. Luego del problema que habían tenido a principios de Julio, su vínculo había cambiado un poco, su química se había fortalecido. Era una especie de intermedio, un gris entre polos, un matiz que ninguno de los dos se había decidido en definir, para mejor o peor. Pero estaban bien.

Con Augusto había hablado un par de veces. Se había olvidado de avisarle que se iría a lo de su papá, y solo se dio cuenta de eso cuando recibió un mensaje del otro preguntándole si lo que su mamá había dicho era cierto cuando había caído en la puerta de su casa sin avisar. Las cosas entre ellos habían mejorado bastante, pero no habían vuelto a ser como antes. Eso estaba bien. Quizás el tiempo se ocuparía de arreglarlo, o quizás no, pero al menos ahora no sentía remordimiento cada vez que alguien mencionaba su nombre, y podía mantener una conversación civilizada con él.

Había visitado un par de veces la casa de Lara, inevitablemente con Lucas, al cual ahora estaba más unida que nunca. A pesar de que Bruno no había cumplido con su parte del trato, Lara, al parecer, sí había aclarado sus propios temas con su amigo, que al poco tiempo se había transformado en su novio.

Bruno estaba feliz por ellos, realmente lo estaba. Lentamente su vida parecía estar estabilizándose, y su estado de ánimo con ella.

Las semanas previas a la primavera trajeron una grata sorpresa a modo de mensaje.

 

Fran: eu

Fran: eu

Fran: eu

Fran: bruno

Fran: respondeme

Bruno: qué pasa?

Fran: viste que mi hermana es peluquera y va a las casas de las clientas para cortarles el pelo y eso?

Bruno: ajá

Fran: bueno me dijo que

Fran: tiene una clienta medio lejos

Fran: y que tu casa quedaría medio de paso

Fran: y como la va a teñir a la madre y también a la hija tiene para rato ahí

Fran: así que puedo ir a tu casa

Fran: y después cuando ella termina me pasa a buscar

 

La sonrisa que se pintó automáticamente en su cara casi le daba vergüenza. No se habían visto en más de un mes.

 

Bruno: cuándo?

Fran: el jueves

Bruno: a qué hora?

Fran: tipo 3 de la tarde más o menos

Fran: el turno es a las 15.30 así que un poco antes que eso

Fran: podés?

Bruno: no

Bruno: sabés que justo ese día no puedo?

Bruno: tengo una fiesta de quince

Bruno: y antes tengo que ir al cine

Fran: no sos gracioso.

Bruno: jajajajajajja

Bruno: y cómo no voy a poder?

Fran: yo qué sé

Fran: tal vez tenías que ir al dentista o algo

Bruno: al dentista…

Bruno: en cuarentena…

Fran: decile a tus dientes que hay cuarentena.

Fran: las caries no se toman vacaciones

 

Bruno rio, casi contestando algo, pero borrándolo y tipeando otra cosa en su lugar.

 

Bruno: ok pero fuera de joda, puedo

Fran: ah

Fran: bueno

Fran: entonces

Fran: nos vemos el jueves

Bruno: si

Fran: :)




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