El Amor Entre Millones

Capítulo 9

Capítulo 9

No sé cómo llegue a todo esto, llámenme estúpida, ingenua, tonta. Creí que tenía todo bajo control. Creí que podría moldear mi vida a mi antojo, pero me equivoque, ahora veo el lado más oscuro de la vida… de mi vida.

—Violet —aun no puedo creer que él estuviera detrás de todo esto. Su mirada ha cambiado, está más fría que la última vez que lo vi.

—¡aléjate Sean! —le advierto cuando intenta acercase.

—por favor cariño —habla como si no tuviera sentimientos y eso me aterra—. Te hice un favor —sonríe como si nada de esto fuera importante para él. 

—¿un favor? —ironizo— traerme a la fuerza es ¿un favor?

—sí —asegura— un gran favor, tanto para ti como para mí —se acerca solo para sentarse en el borde de la cama.

Su cercanía no me agrada como alguna vez lo hizo, es como si todo hacia él hubiera muerto hace mucho. Tiemblo en el momento que posa su mano en mi mejilla.

Hace años habría tolerado cualquier cercanía de su parte, pero ahora solo hace que me aleje. Lo amé en algún tiempo lejano, pero ahora solo siento repulsión hacia él.

—no me toques —me alejo aún más— ¿Qué quieres? —Sean se aleja y al parecer mis palabras le hacen perder la cabeza, dado que ahora me mira enojado para después cambiar su expresión a una aterradora.

—a ti —responde serio— siempre te quise a ti —asevera— desde que te dejé, te estuve investigando, pensando en poder tomarte de nuevo, pero mis ilusiones se desvanecieron cuando me enteré que te habías marchado del país o eso es lo que tus padres comentaban de ti ante sus amigos —se acerca nuevamente—. Todo cambio cuando te vi en esa página —susurra— pagaría cualquier precio por tenerte nuevamente en mi cama —antes de verlo venir, me toma del mentón y me besa de manera desesperada.

Inmediatamente reacciono para alejarlo.

—¡déjame! —le grito ante de levantarme de la cama. Me siento aturdida y mareada— por favor Sean, no hagas esto —intento hacer que ingrese en razón para que me libere.

—no —se niega.

Quiero decirle que se pudra, pero el dolor en mis brazos me distrae de Sean caminando hacia mí, me mira por segundos y después me alza como una muñeca que no pesa nada. Cierro los ojos con fuerza cuando me tira de manera brusca sobre la cama

—pagué una fuerte suma de dinero por ti —me aprisiona, posicionándose encima de mi cuerpo y lo peor llegar en cuanto empieza a hacer su recorrido aterrador.

—¡Sean, me lastimas! —le grito ante de darle una bofetada, eso parece enfurecerlo más porque inmediatamente aprisiona mis manos con fuerza impidiéndome cualquier movimiento.

—sabes cuantas veces te pensé y te imaginé así —habla cerca de mi oído antes de besar mi cuello con brusquedad.

No lo quiero, ya no más, sufrí por su partida y entendí que al él solo le interesa el dinero.

—¡basta! —grito sintiendo dolor y desesperación.

Mis ojos se humedeces cuando no se detiene. Intento apartarlo, pero lo único que recibo es una bofetada que me deja con la vista borrosa y aturdida.

—te ves bien —indica.

No sé en qué momento desabotono mi camisa, solo sentí sus frías manos palpar mi abdomen.

Batallo con todas mis fuerzas para que me deje, pero sus bofetadas pueden más que mi esfuerzo, puedo sentir la sangre de mi labio roto y el dolor en mis brazos no deja en paz.

Mi vista esta borrosa y mi cuerpo se siente débil, pero reacciono a tiempo cuando siento que intenta desabrocharme el pantalón, lo empujo con lo último que me queda. Sean cae al piso, mientras yo me levanto de la cama con dificultad.

—¿A dónde crees que vas? —me agarra del pelo y luego me tira al piso.

Siento que mi cabeza da vueltas, no sé cómo me enamore de este monstruo que tengo encima.

—por favor —ruego— Sean… —mi garganta está llena de sangre y siento que me ahogo con ella— ¡ayuda! —grito recibiéndome otra bofetada— por favor… —suelto en un susurro.

Me duele estar en esta situación, con alguien que amé, pero que en realidad era un monstruo, como mis amigos que no conocía del todo.

Me siento tan decepcionada… de mí y de todos.

Cuando creo que perdí la batalla, el fuerte ruido despierta mis oídos. Con la vista borrosa, observo la puerta abierta. Vislumbro algunas manchas que aparentan ser humanos o algo parecido. Todo ingresan y puedo decir que son mas de diez.

—¡imbécil! —escucho claramente la voz de mi hermano, aunque también hay la posibilidad de que todo se trate de una alucinación— ¡eres un hijo de puta! —elevo un poco mi cabeza y lo encuentro golpeado a Sean.

Evan no deja de gritarle cosas desagradables y lo golpea sin piedad.

Parpadeo varias veces, tratando de ver de mejor forma a mi hermano, pero lo único que vislumbro es la figura masculina de Evan. Él llego a salvarme… gracias.

—señor —otra voz se deja escuchar, para después hundirme en el silencio. Nuevamente observo a mi hermano y esta vez lo puedo distinguir mucho mejor. Evan está siendo retenido por un muchacho, ya que al parecer no tenía la intención de parar. Mi hermano respira agitadamente y veo sus manos llenas de sangre por los golpes que le dio a Sean— los detuvimos a todos —le informa el chico.




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