Capítulo 13
Violet
Con solo dos días desde mi llegada y ya empiezo a sentir que la vida no continuara para mí. El encierro no es algo de agrado para mí, por lo que ahora mismo me siento un pez fuera del agua.
Ayer conocí a la madre de Lilibeth, su nombre es Chloe, ella trabaja en la empresa de Eric por lo que Lili siempre está en esta casa, como lo estaré yo durante dos meses más.
Debo esperar y verle la cara a Eric, además que debo estar encerrada en esta maldita casa. Al parecer eso no le molesta a Alba ya que se la pasa todo el tiempo con Lili.
Aun no entiendo ¿cómo es que Eric tiene toda una empresa constituida a su edad? Estuve hablando con Avery, pude sacarle algo de información, como la edad de Eric. Tiene 25 años y fue hace tres años que fundo su empresa, pero ¿Cómo?
Además, aun no hablo sobre el tema del noviazgo. Odio que él vaya diciéndole a todo el mundo que soy su novia, no pude encararlo ya que regresa tarde del trabajo y a veces ni alcanzo a saludarlo en el desayuno.
—Violet —levanto mi vista hacia Eric que me llama— necesito hablar contigo en privado para…
—Eric, nosotros no se lo dijimos aun —le interrumpe Alba.
¿De qué hablan?
—entonces también debes acompañarnos —habla serio. ¿Qué acaso nadie nota mi presencia?
Soy como un ser invisible, pero al parecer, eso solo funciona con algunas cosas.
El resto de la cena estuvo callado, Alba estaba con la cabeza gacha, creo que Lili fue la única que no noto el ambiente tan pesado que se formó. Claro, es una niña y no entiende nada.
Luego de terminar de cenar, Eric nos dirigió hacia su despacho y ahora estamos sentadas frente a su escritorio.
—Alba —le llama— debes decirle —¿decirme que?
—¿de qué hablan? —pregunto disgustada al ver que no me toman en cuenta.
—sobre nuestro noviazgo y nuestro matrimonio —indica serio.
—¿Qué? —me levanto de la silla— ¿de qué demonios hablas? ¿Matrimonio? —no puedo evitarlo y siento que empiezo a gritar—, amigo creo tú y yo no hemos hecho los acuerdos necesarios —comento disgustada mientras me acerco a él.
—¿amigo? —se burla— Alba explícale, o perderé la poca cordura que me queda —comenta aun molesto— al parecer Evan y tú no le dijeron nada…
—¿Qué es lo que debo saber? —me adelanto— Alba —me dirijo hacia mi cuñada que permanece aún con la cabeza gacha.
—Evan… Evan hizo todo lo posible para protegernos —comienza— envió a tus padres a Hawái con nuevas identidades, pero Evan no quería hacer lo mismo contigo porque sabía que de esa manera perderías todas tus oportunidades y con ellas tus sueños, por lo que decidió enviarte aquí con la esperanza de que aceptaras todo con tal de seguir tus sueños. Decidimos que seguirías con tus estudios en la universidad con tu identidad real pero camuflada con el apellido de Eric —¿Qué demonios?
—vamos a casarnos dentro de dos semanas —para acabar con todo, Eric tenía que hablar.
—¿Qué ganas tú con todo esto? —le pregunto impaciente.
—tengo una deuda que saldar con Evan —responde serio— además esto será temporal, hasta que todo se solucione.
¿Por qué me pasan estas cosas a mí? no puedo casarme, no a esta edad, es absurdo. Apenas tengo 22 años.
No digo nada, de que me sirve hablar, si toman decisiones por mí.
Ni siquiera sé cómo fue que salí del despacho de Eric, solo sentí cuando cerré la puerta de mi habitación.
Eric
¿Por qué son tan complicadas las mujeres? La verdad no lo entiendo, espero que Lilibeth no sea como las demás.
—Alba ¿Por qué no se lo dijeron? —pregunto.
—se nos pasó —responde triste, pero sé que hay algo más detrás de eso.
—dime la verdad Alba, porque algo tan importante no pasa desapercibido —le exijo.
—Evan debía llamarte, veo que no lo hizo —indica en voz baja— Evan no quería que su hermana se casara sin amor, por lo que debía llamarte para decirte que su matrimonio esperaría…
—¿Qué pretendes decir?
—que Evan tenía la esperanza de que Violet y tu formaran lazos durante dos meses.
—¿intentas decirme que Evan quería que Violet y yo nos enamoráramos en solo dos meses? —esto debe ser una broma. A lo mucho que llegaría con ella seria a unas buenas bromas.
—sí, él quería… —el sonido de mi celular la interrumpe.
Veo el identificador de llamadas en donde aparece un número desconocido. Tomo la llamada, esperando que sea algo rápido.
—hola Eric —Evan.
—hola —tal vez no debería, pero igual mi enfado es claro en este momento.
—presumo que Alba ya te contó todo —indica.
—acaba de hacerlo.