Capítulo 21
Violet
Pienso que este es el momento exacto en donde sufro un infarto. Mi corazón está latiendo a mil por hora y para colmo mi cerebro se desconectó puesto que mi cuerpo está muy quieto, sin ningún movimiento para impedir esta estupidez.
Se supone que solo íbamos a casarnos y nada más.
Bueno, no soy una santa para no saber cómo sellan la unión las parejas recién casadas, pero lo nuestro es pasajero, además de falso.
Eric se detiene junto cerca de mi rostro, aun puedo sentir su aliento cálido chocar contra mi nariz y mi boca, me observa por unos segundos en los cuales solo cierro los ojos, hasta sentir la presión sobre mi mejilla izquierda, lo que significa claramente que Eric me dio un beso en la mejilla.
Me exalto y abro los ojos cuando siento una luz fuerte, volteo y encuentro a Avery con una cámara fotográfica en sus manos.
¡Nos fotografió! Demonios. Como quisiera ir hacia ella y arrebatarle la cámara para después destruirlo, pero debo controlarme.
Eric se aparta con una sonrisa burlona en su rostro, mientras yo lo aniquilo con la mirada y le maldigo mentalmente con toda la rabia que tengo contenida dentro de mí ser.
Nos ponemos de pie para recibir las “felicitaciones”. Alba me abraza sonriente y luego le sigue Avery y Chloe, Lili se encuentra en los brazos de Eric, ambos muy sonrientes como siempre, los observo por unos segundos hasta que capto la mirada de Lili quien me pide ir hacia ellos.
Camino dubitativamente hasta llegar a ellos y sin previo aviso, Lili se lanza desde los brazos de Eric para abrazarme. Me asusto ya que por poco y la dejo caer. Estoy segura que Chloe me mataría si eso ocurriera.
—tendré muchos primos con quienes jugar —Sonríe. ¿Por qué los niños tienen la boca tan suelta? Esa es una de las razones por la que no me gustan los niños.
Eric sigue burlándose a ocultas, resistiendo la risa. No sabe cuánto deseo borrarle esa satisfacción.
—debemos ir a la recepción —comenta ya más tranquilo, luego de tragarse sus carcajadas.
—¿a la que? —pregunto intentando hacerme las desentendidas.
—a nuestra recepción, amor —se acerca serio, no puedo retroceder ya que tengo a Lili entre mis brazos y créanme, esta niña no es tan ligera.
Como quisiera darle un buen golpe entre las piernas.
La recepción se hizo en el mismo campo, solo que esta, estaba ubicada a unos metros de donde se realizó nuestra boda. El lugar esta decorado con rosas blancas, las mesas están ubicadas en el centro, hay una tarima al inicio con parlantes, además que la orquesta y el Dj están a un lado, todo el lugar está cubierto con carpas blancas en caso de que una lluvia inesperada caiga y arruine esta farsa.
Hay muchas personas con trajes caminando por doquier, además de sus acompañantes exageradamente arregladas para la ocasión.
Hace unos minutos atrás, partimos el pastel el cual era de tres pisos, la primera porción la recibió Lili, estuvo comiendo animadamente. Qué bueno que es una niña aun y no tiene que preocuparse por engorda y mantener su salud.
Bueno, la verdad es que yo no cuido mi salud, no soy de las personas que se meten horas y horas en el gimnasio, en pocas palabras soy como un saco sin fondo.
—buenas noches —Chloe permanece en la tarima y da algunos golpecitos al micrófono para comprobar si esta encendido—, quiero felicitar a la pareja recién casada —comenta con una sonrisa—, talvez algunas personas crean que son muy jóvenes para casarse, pero para mí no lo es, yo me case a la 22 años y lo hice porque Jean y yo nos amábamos y estoy segura de que ustedes… —su vista se dirige a la mesa en la me encuentro con Eric— también se aman, de lo contrario no estarían aquí —finaliza y todos aplauden.
—¿no se lo dijiste? —le pregunto a Eric fingiendo una sonrisa ante los presentes.
—no —responde— y es mejor que no se entere —advierte.
Solo se necesita de algunos minutos para que Eric se marche, dejándome sola en nuestra mesa.
—Violet —alguien me llama. Levanto la vista y encuentro a Robert el hombre que estaba en la cena de ayer.
—hola —saludo con una sonrisa amplia.
—quería felicitarte —comenta sonriente. Me levanto y el me abraza como si me conociera de siempre— bueno, la verdad es que también vine a secuestrarte. No sabía que se casarían, de lo contrario te hubiera anoche —bromea, sacándome una risa inevitable— o talvez lo haga ahora, ya que tu esposo se encuentra muy ocupado —los dos giramos para ver a Eric que hablar con algunos inversionistas— ¿quieres bailar? —hace una reverencia.
—claro —tomo su mano y juntos nos dirigimos a la pista de baile.
Se supone que esta es mi fiesta y que debo divertirme.
Robert y yo bailamos siguiendo la música, Robert es una buena persona, además de bastante amigable, te habla de cada cosa y hace chistes que te hacen explotar en risas.
Es bastante cómodo estar con él.