Capítulo 25
Eric
Pasaron tres semanas, estamos a inicios de año. Lo que me recuerda que la noche de año nuevo no fue tan distinto a la noche de navidad, Violet estuvo distante, no insistí porque sé que yo también debo hacer lo mismo.
Olvidarla…
Es preferible detener estos sentimientos cuando aún no han florecido. Es lo mejor, me repito una y mil veces cuando el deseo de probar sus labios me invade cada noche al llegar a casa y al acostarme a su lado. ¿Cómo es posible que me encuentre en este estado con algunos besos?
Se acerca la fecha para iniciar las clases en la universidad, lo que me hace pensar en que talvez Violet conozca a alguna persona y se enamore. Esa idea me desagrada por completo, ocasionando que el enojo se haga presente cada vez más.
No puedo imaginarla con otra persona que no sea yo, pero talvez…
¿Debería hacer lo mismo? La verdad no quiero hacerlo, no cuando tengo el trabajo en la empresa y… a ella.
—señor, debe ir a ver el asunto de los camiones —comenta Maya.
—está bien —digo de mala gana, anoche no pude dormir pensando en… Violet y tenerla a mi lado no ayudaba en nada, es más, empeora la situación al no poder tocarla.
Debo ir a revisas algunos reclamos con los camiones, debo ir hasta la fábrica que está en las afueras de la ciudad.
Esto es terriblemente cansador y tedioso. Debo revisar cada camión además de otras cosas.
֎֎֎
Luego de revisas todo regrese a la oficina a recoger algunos documentos para revisarlos en casa, por suerte hoy es viernes lo que significa que mañana no tendré que ir a la oficina.
Esto es realmente cansador a mi edad, sin embargo, debo admitir que me siento preparado ya que desde que cumplí 18 años mi padre me envió a varios cursos para aprender sobre la exportación, además que él se encargaba de enseñarme sobre el negocio.
No me quejo, o bueno sí. Pero de no haber aprendido desde esa edad yo no habría estado preparado para administrar la empresa de mi hermano. Jean estudio comercio al igual que yo a temprana edad, por lo que él estaba lo suficientemente preparado, no diría lo mismo de Evan, el solo aporto con el dinero y se quedó con las ganancias.
Jean aprovecho mucho las oportunidades que le dio la vida, además de estudiar Comercio internacional, él fue teniente coronel de las fuerzas armadas, cuando murió le dejo el puesto a Evan.
—te ves cansado —comenta Chloe cuando ingreso a la casa. Solo se encuentra ella en la sala.
—bueno lo estoy —aseguro.
—lo siento mucho Eric —se disculpa—, ni siquiera tuvieron luna de miel por el trabajo.
—estaré en mi despacho —me retiro evadiendo su comentario.
Cómo pensar en Luna de Miel, si mi relación no va para nada bien.
Apenas llego a mi despacho cierro la puerta, me quito el saco y remango las mangas de mi camisa para estar más cómodo, son alrededor de las seis de la tarde y debo terminar de revisar los documentos.
Pasa el tiempo mientras yo permanezco metido en mis papeles, no sé cuánto pasa, solo sé que ya oscureció, la noche se hizo presente y con ella el frio que aún queda en la ciudad.
Abro la última caja de mi escritorio, ahí yace una botella de whisky, la tomo y empiezo a beberla. Mañana no tendré que despertar temprano por lo que puedo darme este gusto.
Sigo bebiendo y cuando decido dejarlo para caminar, un mareo se apodera de mi cuerpo impidiéndomelo. Me quedo sentado en el sillón con las luces apagadas, lo que me ayuda a relajarme.
—¿Eric? —mi vista se dirige rápidamente hacia la puerta— ¿vendrás a cenar? —pregunta con su voz suave.— ¿Eric? —Violet continúa llamándome.
Observo que se queda de pie en el ingreso de mi despacho y aunque solo puedo ver su silueta por la poca luz que ingresa a través del corredor, puedo decir que hoy me siento mucho más atraído hacia ella.
Cuando pienso responderle, ella se adentra y enciende la luz que me ofusca por unos segundos, sin embargo, puedo ver claramente su rostro contraído cuando me encuentra en el sillón, presumo que mi estado la tiene de ese modo.
—¿te encuentras bien? —pregunta preocupada.
—si —contesto serio y sin ganas de nada.
—pues no parece —bromea y sonríe, ocasionando que algo muy extraño se apodere de mí.
—estoy bien —me levanto—, lo ves —intento dar un paso para demostrarlo, sin embargo, fallo.
Por suerte Violet se adelanta y me ayuda a no caer al piso, como yo lo hice esa noche en el club.
Aún recuerdo como la sostenía, mis manos rodeando su pequeña cintura y ella mirándome avergonzada. En ese entonces solo la miraba como la hermana de mi amigo, pero ahora no diría lo mismo. Mis sentimientos hacia ella han cambiado con solo… besos.
—definitivamente no estás bien —ante su comentario me doy cuenta que estamos demasiado cerca, sintiendo nuestros alientos chocar ligeramente— bebiste —comenta triste— en todo este tiempo, jamás te vi beber, bueno si en el club, pero eso es diferente —dice evitándome.