Capítulo 31
Eric
Mi corazón está latiendo velozmente al saber que desde mañana todo cambiará. Al fin seremos un matrimonio real, sin que nadie se interponga entre nosotros.
Y a pesar de todo, el disgusto sigue ahí por las palabras de Violet, el simple hecho de que Gavin conviva con ella día a día me enloquece y más aún al solo recordar lo que Violeta dijo: <<¿Que nos hayamos besado en el baño? ¿O que lo hayamos hecho en el gimnasio?>>, sus palabras no salen de mi cabeza ocasionando un sinfín de dudas, sin embargo, algo dentro de mi dice que no crea nada y que todo es parte de un juego por parte de Violet, pero otra parte irracional me pide que vaya a romperle la cara a Gavin por haberla tocado.
Mierda, yo debí ser el primero y el único en su vida… toda esta situación me está estresando, manteniéndome en un hoyo de total desconcentración… ¡con un demonio soy su marido…! ella no debía hacerlo con él...
Mi celular suena de repente regresándome a la realidad y sacándome de mi total tormento, lo tomo y veo el nombre de mi padre en el identificador, lo que empeora mi humor.
—hola —contesto de mala gana.
—te espero mañana en la empresa, necesito que me aclares unas cosas que me entere —ordena con voz seria y algo molesto.
—claro —corto la llamada ya que no deseo alargar nuestra conversación en estos momentos.
Sé que su llamada se debe a mi matrimonio, ahora me doy cuenta de que Violet nunca le cuadro del todo y que hará cualquier cosa con tal de separarnos, pero no lo permitiré, no ahora que todo empieza a funcionar como debe.
Hoy fui a verlo a la empresa para recalcarle que no uniremos la empresa de Jean con la de él, pero cuando vi a Violet con Gavin paseando por las oficinas, me desconcentré y no pude insistir más.
No sé qué afán tiene con unir las dos empresas, hace años que insiste, pero no me da una razón coherente para hacerlo, y Chloe se niega rotundamente por lo que la cosa es imposible.
Mañana iré a verlo, pero esta vez con Violet a mi lado, la presentaré como mi esposa ante mi padre, también le dejaré en claro que no deseo administrar ambas empresas.
Mi padre siempre intento convencerme con darme el dominio de ambas empresas si estas se unían, pero yo no deseo más poder del que tengo.
֎֎֎
Desperté temprano, no tuve tiempo de desayunar, salí rápidamente de casa, pero antes le dije a Violet que la esperaba en mi oficina apenas saliera de sus clases, ella acepto sin protestar, lo que me alegra bastante.
Como hoy nos mudaremos, le pedí a Avery que empacara todas nuestras pertenencias y que las enviara antes de mediodía a nuestro departamento, después de terminar con mis deberes en la oficina le mostraré el lugar a Violet, espero que le guste el lugar que aparte desde hace mucho tiempo, y para terminar con mi día debo ver a mi padre.
—Maya, prepara los papeles —le ordeno a mi secretaria apenas atravieso la puerta del ascensor.
Quiero terminar rápidamente para recibir a Violet y así podré platicar con ella, después de todo ese fue el traro… conocernos.
—sí señor —Maya ordena las cosas mientras yo ingreso a mi oficina.
Me siento en mi sillón para iniciar con las labores del día. Maya ingresa con los papeles que debo revisar y al verlos la fatiga de hace días atrás regresa a mi cuerpo, son bastantes y no me siento del todo concentrado.
—Maya, mi esposa vendrá, quiero que la dejes pasar apenas llegue —Maya asiente para después salir de mi oficina.
Ella asistió a mi boda, después de todo fue la primera en enterarse y fue la encargada de invitar a algunos socios.
Las horas pasan y yo intento terminar con todo de una vez por todas. La angustia y desconfianza empiezan a hacer estragos en mí ser. El simple pensamiento de que Violet permanezca junto a Gavin me enfurece y más cuando mi cerebro crea imágenes que no debería.
Después de varios años de aburrimiento en la universidad, ahora es donde nace un interés desenfrenado en regresar… Violet.
Al fin, con tantas cosas que pasaban por mi cabeza no pude concentrarme y tarde más de la cuenta. Intento no estar tan nervioso y ansioso, por lo que le pido una taza de café a Maya para tranquilizarme.
Mientras bebo el café, la puerta se abre después de dos toques. Observo fijamente a la persona que ingresa. Realmente estoy enamorado, todo de ella me encanta. Esta vestida con unos pantalones negros ajustados y una camisa a rayas, además que lleva el cabello suelto.
—aquí me tienes —comenta tranquila— ¿Por qué me querías ver?
—para conocernos —comento aun sentado en mi sillón— y para mostrarte nuestro departamento —Violet se tensa al escuchar lo último, sé que está nerviosa, pero nuestra relación lo merece, necesitamos nuestro hogar.
—entonces lo de ayer era verdad —baja la cabeza.
—¿creíste que era un juego? —pregunto—, justo ahora están dejando nuestras cosas en nuestro departamento.