El Amor Entre Millones

Capítulo 40 (+18)

Capítulo 40

Violet

Las lágrimas van resbalando por mis mejillas, mientras se me acumulan muchos sentimientos por el beso que aún no se ha deshecho.

Pasan algunos minutos hasta que la falta de aire nos separa, Eric me observa con cariño, mientras yo permanezco en un embrollo garrafal.

—Violet —me llama con la respiración agitada— no me interesa el poder y mucho menos el dinero —asegura de manera lastimera—, y la verdad, me duele que tú, mi esposa y la persona que más amo en el mundo piense eso de mí, eres lo único que me importa en esta vida. No quiero perder todo lo que amo, primero fue mi madre y luego mi hermano —comenta triste—, aunque Jean me dejo un regalo, Lili, ella fue la niña que nos sacó adelante, era alguien que nos necesitaba al igual que Chloe….

—¿Cómo murió Jean? —pregunto interviniendo.

—le dieron un disparo en la cabeza, murió instantáneamente —esta vez está más serio como si estuviera reprimiendo algo— Jean estuvo investigando a un criminal buscado en muchos países, como lo estuvo haciendo Evan, los dos tuvieron el mismo destino y sinceramente yo no quiero repetir la misma historia —le observo confundida—, no te preocupes —sonríe y acaricia mi rostro—. Perdón por todo —continua— sé que fui un maldito imb... —no permito que siga, lo tomo del cuello para besarlo nuevamente.

Ya nada me importa, debo aceptar que estoy perdidamente enamorada de Eric, todo de él me encanta, ahora mis suposiciones se van por un caño, no me importa la verdad, ya que con sus palabras me bastan para creer ciegamente en él. 

Siento como vamos retrocediendo cada vez más, hasta que mis piernas chocan contra la cama y sin impedírselo, Eric me acuesta sobre esta. Él me observa detenidamente antes de subirse sobre mí, es como si me estuviera pidiendo permiso para algo que deseo desde hace mucho.

Eric empieza a besarme con delicadeza, deshaciéndose de la chaqueta que llevaba puesta para después desabotonar mi camisa seda y así dejar a la vista mis senos y el color del sujetador que uso, le ayudo a quitármelo por completo para que siga besándome hasta llegar a la unión entre mi cuello y clavícula, entonces sus besos se desplazan hacia la unión de mi sostén para después seguir bajando a mi abdomen y por último llegar a mi vientre.

Un gemido involuntario se me sale al sentirlo tan cerca de mi intimidad. Eric se aleja un poco para sacarse el saco y luego la camisa, se puede apreciar claramente su torso marchado y definido. No me da tiempo de tocar, cuando Eric vuelve a devorar mis labios, ahora puedo sentir la calidez de su cuerpo sobre el mío y también sus besos desesperados y necesitados. Y con el paso de los minutos, me doy cuenta de que esa duda de hace meses atrás quedo ahí y mi deseo de tenerlo de una manera más íntima va en aumento con cada segundo.

—te deseo —dice agitado y aun desplazando sus besos.

—hazlo —accedo en un susurro cerca de su oído.

En verdad que también lo deseo, quiero sentir todo de él, hasta el último punto.

—Eric… —se me escapa otro gemido mientras baja sus manos hacia el inicio de mi pantalón, lo desabotona y luego baja el cierre, le ayudo levantando mis caderas y así se deshace de mi prenda tirándolo a alguna parte de la habitación.

—perdón por todo —se disculpa antes de darme otro beso—, perdón por ignorarte durante este tiempo, solo quería tu seguridad —confiesa dejándome con más dudas.

Sin embargo, mi cabeza no deja que otra cosa ingrese a ella, por lo que dejo mis dudas a un lado para seguir.

—está bien —le digo mientras poso mis manos en su cuello atrayéndolo más a mí, nos miramos por segundos y luego él se aleja.

Eric se levanta de la cama y camina hacia la gaveta, de ahí saca un pequeño sobre plateado, lo que significa una sola cosa “un condón”, se baja los pantalones y luego los calzoncillos dejando a la vista su virilidad.

Una vez listo se vuelve a subir a la cama posicionándose encima de mí, dirige su mano hacia mi espalda y luego se deshace de mi sujetador dejando a la vista mis senos, los observa por unos segundos como si fuera la gran cosa del mundo para después seguir besándome.

Me siento expuesta y sin salida, pero no pienso dejar que el miedo se apodere de mí ser, sé que él lo desea tanto como yo. Eric recorre mi cuerpo con sus besos húmedos y no puedo evitar que mi cuerpo vibre al sentir como lame uno de mis senos.

Sus toques provocan estragos en mi cuerpo, siento que no puedo con tanto placer e intento calmar el dolor que siento en mi feminidad. Eric baja sus manos hasta llegar al elástico de mi ropa interior, con sus manos lo toma y luego lo va bajando lentamente provocando un cosquilleo leve en mi entrepierna.

Ahora es donde siento su masculinidad tocar parte de mi vientre y cerca de mi entrada. Él toma mis dos piernas y las alzas abriéndolas más para hacerse espacio entre ambas, me siento nerviosa y ansiosa.

No recuerdo como fue mi primera vez con Sean, pero lo que si recuerdo es que me dolió. Tengo la fe de que esta vez será diferente ya que no es mi primera vez…

—¿quieres que te cuente un secreto? —pregunta con una sonrisa divertida. Asiento sin emitir palabra alguna— esta es mi primera vez —confiesa. Abro los ojos asombrada sin poder creerle— con tanto trabajo no tuve tiempo de pensar en esas cosas.




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