Capítulo 41
Eric
Despierto plácidamente, abrazando a la mujer que amo. Me enamore con un simple beso.
Ese solo fue el inicio de nuestra historia.
Violet, mi Violet, la mujer que pone mi mundo de cabeza. Con un simple beso supe que era la indicada y entendí que la quería y que por más que intenté meterme en la cabeza que nuestra relación era temporal, no pude.
Y la verdad, es ahora cuando agradezco que Carol haya impulsado a nuestra relación, de lo contrario no estaría aquí, con ella a mi lado.
—degenerado —balbucea—, deja de mirarme así.
—no se puedes ser un degenerado si lo que tienes frente a ti te pertenece —contraataco.
—no soy propiedad de nadie —dice sonriendo ligeramente.
—de nadie, pero si eres mía —le hago entender.
—deja de decir tonterías —me regaña para después besarme desprevenido— debemos desayunar —dice sonriente, asiento sin dejar de observarla, porque mis ojos no dejan de admirarla.
Nos levantamos luego de unos minutos, nos bañamos juntos y luego ya vestidos salimos para preparar el desayuno, no deje de verla durante todo el desayuno, no sé porque, pero no quiero dejarla nunca.
Mi energía está a su lado, sin ella no sería nada.
No la quiero perder y jamás la dejaría ir, la quiero tener cerca para protegerla, para amarla y demostrarle todo lo que estaría dispuesto a hacer por ella.
El sonido de la puerta me devuelve a la realidad, observo a Violet quien ya se levantó de la silla que ocupaba para ir en dirección a la puerta, rápidamente la sigo ya que es extraño tener visitas a esta hora del día.
Al abrir la puerta se puede ver a una chica alta y castaña, jamás la vi, por lo que presumo que es nueva en el edificio.
—buenos días —saluda con una sonrisa animada.
—buenos días —responde Violet, mientras yo la sigo.
—ustedes deben ser nuestros vecinos —indica lo que es bastante obvio.
—sí, bueno en realidad la propiedad le pertenece a mi esposa —menciono. Violet me mira confundida, pero rápidamente tomo su mano y lo aprieto un poco para indicarle que le explicare luego.
—bueno, vine a invitarlos —comenta la chica— nos mudamos hoy, por lo que estamos organizando una fiesta por el cumpleaños de mi padre, además que somos nuevos en la ciudad y es por eso que estamos invitando a los vecinos y entre ellos están ustedes —concluye. Violet y yo nos miramos confundidos, creo que sería bueno salir o talvez no—, es a las ocho de la noche, en el departamento de abajo —continúa la chica— es en ropa casual —espera nuestra respuesta.
—entonces estaremos a las ocho —comenta Violet.
—gracias —sonríe animando—, la verdad es que no tenemos muchos amigos aquí, es por eso que estamos haciendo todo esto —explica— los esperamos —se despide sonriente.
Violet y yo asentimos para después ingresar a nuestro departamento.
—¿estas segura? —le pregunto al estar dentro.
—sí, creo que sería bueno salir, además son nuevos, será como darles la bienvenida —comenta— y es en el piso de abajo —le resta importancia encogiéndose de hombros.
—bueno —accedo antes de darle un beso.
Durante las siguientes horas la pasamos en el departamento, apagamos nuestros celulares para no ser molestados ya que ninguno de los dos salió y nos mantuvimos viendo películas hasta que la hora llegó. Nos bañamos para después cambiarnos, luego de una hora, permanezco esperando a Violet en la sala, viendo el regalo que compramos por internet para el padre de la chica y que llego hace dos horas, que por cierto no nos dijo su nombre.
—ya estoy lista —volteo y la encuentro de pie en la entrada de la habitación. aunque lo evito, de todos modos, me quedo con la boca abierta viéndola como un estúpido enamorado y lujurioso— ¿te gusta? —da una vuelta mostrándome todo con detalles.
—me encanta —me levanto y me dirijo hacia ella, la tomo de la cintura y la atraigo a mí de manera posesiva antes de unir nuestros labios.
Me encanta como se ve, lleva unos pantalones negros ajustados, pero la parte superior es la que más llama la atención, una blusa negra sin mangas y con un escote discreto, pero lo que te mata es que tiene la espalda descubierta lo que significa que no lleva sostén.
Me vuelvo loco al pensar en eso y en lo que pasó anoche, por lo que el calor no se deja esperar y yo intento controlarme.
—vamos —me aleja con una sonrisa traviesa.
—espera —regreso a la sala y tomo el regalo que olvidábamos— vamos —llego a ella para salir.
Tomamos el ascensor hasta llegar al piso de abajo, salimos y caminamos hacia el ruido que proviene del departamento en donde se realiza la dichosa fiesta, a continuación, tocamos el timbre para ser atendidos.
—llegaron —la chica que nos invitó aparece en la entrada, al ver su enorme sonrisa puedo darme cuenta que está bastante animada.