El Amor Entre Millones

FINAL

Final

Ocho meses después.

Violet

El dolor de perder a las personas a quienes amas es horrible. Pero también sé que se puedes salir adelante con todo el dolor encima y más cuando tienes algo porque luchar.

Ha transcurrido ocho meses, mi vientre esta abultado, como lo estaba el de Alba.

Hoy visité la casa de mis padres en donde crecí junto a ellos, la tristeza se apodero de mi nuevamente. Evan decidió que lo mejor era venderla para que una nueva familia creara recuerdos como las nuestras. Luego llevamos flores a sus tumbas, en donde tampoco pude resistir y empecé a llorar como una niña.

Ahora estoy de camino a la playa donde queda la cabaña en la que estuvimos Eric y yo hace un año. Esta vez toda la familia estará aquí para pasar las vacaciones.

Decidí adelantarme junto a Gavin para recoger el desastre que dejamos con Eric hace varios meses atrás. El lugar sigue igual que antes, solo que con mucho polvo alrededor.  

Cierro mis ojos rememorando los momentos que pasamos Eric y yo en este lugar y recordando lo poco que la lucidez me permitió distinguir de esa noche en la que me embarace y de la noche anterior a esa, estábamos en nuestro departamento… juntos.

—¿Dónde está la embarazada más linda? —despierto al escuchar a Gavin y como siempre sacándome sonrisas de más. Salgo de la habitación hacia la sala y lo encuentro parado ahí con una sonrisa.

Gavin siempre ha estado a mi lado durante el embarazo. Ya que también debía atender los deberes en la empresa porque yo era la dueña de la mayor parte de esta. Al final unimos las dos empresas, porque así lo quiso Chloe, dijo que Frank ya no estaba y que nada impedía hacerlo.

—deja de hacer eso —le doy un manotazo. A Gavin le encanta apretarme los cachetes, luego parezco un globo desinflado.

—solo intento satisfacer a mi querida amiga —sonríe—, pero como no quieres mis caricias, mejor iré a dar un paseo con Sam —me da un beso en la mejilla y luego sale de la cabaña.   

Me dirijo a la cocina para ordenarla un poco, observo por el ventanal que da hacia la playa, como Gavin está jugando con Sam, su novia. Se conocieron en el hospital, Samanta es enfermera, pero eso no le importo a Gavin tomando en cuenta que no le gustan los hospitales. Se enamoraron y ahora están juntos, ahora es donde la preocupación me consume al no saber si las habitaciones alcancen para albergar a todos.

El fuerte dolor en el vientre me deja sin aire, respiro apoyándome sobre la isla de la cocina mientras el dolor se va disipando.

—solo es una falsa alarma- intento tranquilizarme, pero otro fuerte dolor confirma mis sospechas— Ah!!! —grito fuerte.

Dirijo mi vista al piso al sentir como algo caliente va resbalando por mis piernas. Observo el piso que ha quedado manchado de un líquido claro, si no fuera porque no bebí nada, pensaría que excrete.

Y el dolor que va en aumento con cada minuto me deja claro que mi bebe ya viene. El dolor es horrible, jamás creí que sufriría más, se supone que mi bebe es una bendición, pero con estos fuertes dolores puedo pensar que no lo es.

—¡ahhh! —grito nuevamente al sentir el dolor nuevamente y de manera más brusca, necesito apoyarme en algo.

—¿qué pasa? —pregunta Samanta ingresando corriendo a la cocina.

—estoy en trabajo de parto —le digo con dificultad.

—ok, no debemos preocuparnos —dice algo intranquila— ¡Gavin! —grita más fuerte que yo.

Evan llegara dentro de media hora con los demás y ….

Mis pensamientos se quedan en seco al sentir más dolor, mis ojos se manchan de lágrimas al no soportarlo más.

—llévala a la recamara —Samanta le ordena a Gavin.

Gavin se me queda viendo por unos segundos como lo estaba Eric cuando recibimos al bebe de Alba, no obstante Gavin reacciona y me toma entre sus manos para así llevarme a la habitación, me deja sobre la cama y pone una almohada en mi cabeza para que pueda respirar mejor.

—está bien, jamás he atendido un parto —cometa Sam llegando con todas las cosas necesarias—, pero en la universidad nos preparan para esto —dice insegura.

Sam no parece una enfermera, es muy nerviosa, si no fuera por el dolor, lo haría yo misma.

—les llamaré —Gavin sale de la habitación tomando su celular.

—¡Samanta! —le grito— concéntrate —le pido seria ya que casi se va detrás de Gavin.

¿Por qué no le hice caso a mi ginecóloga? Me dijo que mi parto se adelantaría, pero no, yo tenía que venir y desobedecer, ahora sufro las consecuencias.

—están a cinco minutos de aquí —Gavin ingresa a la habitación.

—ok, aquí vamos —Samanta se acerca decidida, sin embargo, mi grito la asusta— no puedo hacerlo —dice nerviosa y retrocediendo.

—Sam, piensa que es como sacar un coche del estacionamiento —comenta Gavin.

—mi hijo no es un coche —regaño. Aunque ahora parece un camión incrustado en mí…




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