El amor no existe

Parte 2

— ¿Por qué no me dijo antes el problema con el que quedó la Sra. Ana? ¿Cómo puedo ayudarla?

— Ya ha hecho mucho al autorizar el préstamo para la cirugía. Como ella no puede hacerse cargo de mi hija, y no me alcanzará para pagar que alguien las cuide, veré que podré hacer en casa para cuidarlas... pagaré mi deuda con la empresa con mi finiquitó... los echaré mucho de menos, sobre todo a usted ha sido siempre muy amable conmigo, lo aprecio mucho — por primera vez en su vida le dio un abrazo a su jefe, lloró hasta que se calmó, entonces se separaron.

— Entiendo — fue lo único que dijo Tao Pai Pai.

Él sabía que ella no aceptaría que le diera el dinero para pagar a alguien y que pudiera seguir en su puesto, era muy orgullosa, como su padre, por eso cuando supo que Susan debía hacerse cargo de las terapias de su hija, abrió una nueva sucursal, y mandó a la secretaria del área de seguridad para allí, y le dio ese puesto a la muchacha para que el dinero de más fuera justificado.

El hombre siempre se sintió atraído de distintas formas por ella, cuando niña fue con ternura, se veía preciosa con sus trenzas, y no le tenía miedo, cuando lo veía le sonreía, mientras ayudaba a su padre que era el conserje del edificio. Cuando ella quedó sola le ofreció trabajo por su padre se dijo, pero al llegar a ser su secretaria, se dio cuenta que estaba enamorado de ella, con un sentimiento tan puro que solo le interesaba verla feliz.

Por un lado, se contentó, y por otro sufrió en silencio al saber que tenía pareja, se indignó hasta lo indecible cuando ese tipo la abandonó con una hija, de quien pudo ser el padrino, por la relación que lo única con Susan

A pesar de ser compadres, la muchacha no se tomó ninguna libertad en el trabajo, ni con su trato hacía él. Sabía que después de eso la joven no creía en el amor, su mundo era su madre y su hija nada más. Al menos al ser el padrino de la pequeña podría ir a verla cuando ella renunciará, y encontraría como ayudarla, de alguna forma que no hiriera el orgullo de su amada.

— Mañana presentaré mi carta de renuncia, Sr. Pai Pai.

— Usted es una excelente persona, pero la entiendo, es una lástima. Espero no le moleste que vaya a ver a mi ahijada, y le lleve como siempre algún regalo.

— Para nada, ella lo quiere mucho.

La muchacha se quedó sola, pensando en su padre.

"Papá, ayúdame, no sé qué haré. Sin este trabajo no podré mantener a mamá o a mi hija, pero no puedo dejarlas solas".

Al dar un paso, frente a ella estaba el General Blue.

— Así que dejará la empresa.

"¿Cómo lo supo? Seguramente se lo dije el Sr. Pai Pai, para que busque otra secretaria".

— Sí, por situaciones personales.

— Espere — le cortó el paso con su brazo — tengo una solución a su problema — su tono se volvió lascivo — a tu problema — se le acercó — si te vas a vivir conmigo, podrás olvidarte de tus dificultades económicas.

— Lo siento, pero yo...

— No me digas que no me amas, hasta ahora te has hecho la difícil, tienes suerte que te acepte con tus problemas... una hija así y una madre que apenas puede moverse, por supuesto ellas seguirán en tu casa... tú en cambio puedes mudarte mañana mismo a mi casa, pero hoy podemos empezar con lo importante.

— No me iré con usted — lo abofeteó — mi hija y mi madre no son un problema.

— No sigas simulando que no me deseas como yo a tí — la intentó besar a la fuerza.

Por suerte, un brazo tomó al abusador y lo separó de la mujer.

— Ella dijo no — gritó indignado Pai Pai, y le pegó un puñetazo al general — estás despedido.

— Conseguiré trabajo antes de salir de aquí — luego que lo miró sonrió malicioso — ¿Se le declarará? Si me rechazo a mí, con más razón a usted que es un viejo decrépito. Ni por su dinero lo quiso, usted hizo desaparecer todas las pruebas del desfalco que hizo el padre de la hija, y esta mujerzuela ni se lo agradeció — la miró de arriba a abajo — cometí un error al fijarme en ella, no vale la pena — se arregló el uniforme y se fue.

— Lo siento Srta. Susan, es un maldito, me encargaré de que esto se sepa, así nadie lo contratará de nuevo.

— Gracias por su ayuda — ambos se quedaron mirando, callados — ¿Eso que dijo es verdad? ¿Usted hizo desaparecer a Héctor por mí? ¿Me...? — preguntó la mujer al hombre mayor.

— El padre de su hija había robado mucho dinero, no puse la denuncia por usted... con esas pruebas lo hice firmar la renuncia a su paternidad, así yo no lo denuncie... no quería verla a usted metida en un problema así... ni ninguno otro... porque yo la amo — como vio que la otra iba a irse, asustada — solo quiero verla feliz, nunca sería como ese idiota.

— El amor no existe... debo irme.

— Esperé por favor — bajo la vista — hice cosas horribles que todavía me remuerden la conciencia. Su padre fue mi mejor amigo, me salvo la vida varias veces, cuando conseguí fundar esta empresa, le iba a dar el puesto de gerente, pero él solo acepto un puesto de conserje, dijo que no tenía los estudios ni la experiencia para ese trabajo... por favor cásese conmigo — le propuso él luego de pensar un momento.

— No podría... ni por el bienestar de mi familia me convertiría en una prostituta, en eso me convertiría si aceptará su propuesta, porque no habría amor al tener sexo. Es lo mismo que me ofrecía el General Blue ¿Por qué debo aceptarlo a usted?

— Yo no le pido eso, jamás la obligaría a estar conmigo si no me ama, sería un matrimonio solo en papel, estoy muy mayor, y no tengo a nadie para dejarle mis negocios... piense en su familia... y en mí, llegó a casa, y solo los sirvientes me esperan, no hay calor de hogar, solo es una construcción triste, gris. Usted se haría cargo de mi casa, allá su hija y su madre estarán bien... — la miró fijamente — y yo también, porque sé que no pasará necesidades, no podría vivir tranquilo sí sé que no están comiendo. Piense en la niña, quiero mucho a su hija, mi ahijada... así puedo purgar algo de mis crímenes.



#13908 en Novela romántica

En el texto hay: amor, dolor

Editado: 19.05.2023

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