El amor y sus formas

Capítulo 14

Rompí mi palabra de hablar con Oliver y lo evité durante toda la mañana siguiente. He estado formulando un discurso detallado en mi mente pero es más fácil decírmelo a mi misma observando mi reflejo en el espejo que al chico en cuestión.

— ¿Vas a decirme qué está pasando entre Oliver y tú? —escucho a Vivi detrás de mí. Me encuentro armando mi valija, me digo que debería tenerlo todo listo desde ya.

— No sé de qué hablas. —respondo aun dándole la espalda. Temo que si volteo pueda ver mi rostro y captarlo todo en un segundo.

Lo cual hace aun sin intentarlo.

— Puede que sea una anciana pero tengo ojos, —reprocha caminando hacia un lado de la habitación y toma asiento en el pequeño sofá junto a la ventana— y un cerebro que analiza todo.

No va a irse a menos que suelte todo. Lo deja muy en claro cuando apoya su bastón contra la pared y cruza sus piernas observándome con atención. Suspiro con cansancio y tomo asiento en la cama asegurándome que la puerta está cerrada antes de comenzar— Se mudó a Nueva York al empezar la preparatoria y nos hicimos cercanos.

— ¿Qué tanto?

— Salimos. —respondo con simpleza.

— ¿Sólo eso? —pregunta con ingenuidad.

Juego con mis dedos— Bien. —Exclamo— Fue mi primer amor, el primero de todo. —confieso y ella asiente.

— Eso es lo que quería escuchar.

Me levanto del colchón y camino hacia otra parte del cuarto con los brazos cruzados— ¿Por qué indagas tanto? —cuestiono—No es que eso influya los eventos del presente.

— Entonces estás ciega. —Replica con firmeza— Conozco a Oliver desde hace poco más de cinco años, luego conoció a Alessandra y bueno, sabes el resto.

— ¿A qué va todo esto? —digo con ganas de reír de los nervios.

— No he visto a Oliver comportarse así desde que apareciste.

Niego — ¿Comportarse cómo?

— Como si no estuviera siguiendo a una caballería real. —Responde con gracia—El muchacho siempre fue muy estructurado y ahora lo veo haciendo cosas que antes no.

— Es porque soy una mala influencia, —comento— el mismo lo dijo.

— En realidad, eres lo que le faltaba. —Sonríe— Un poco de color a todo ese blanco y negro. —añade moviendo una mano.

— Sigo sin entender a lo que quieres llegar.

— Amo a mi hija. —Murmura— Se casó con ese hombre ambicioso pero de buen corazón y cuando tuvieron a Alessandra, bueno, la malcriaron como a ninguna. —mueve su cabeza— Quiero a mi nieta pero a veces puede ser un grano en el culo.

Río.

— Oliver es un encanto de hombre, —su expresión se ablanda un poco— le tengo mucho aprecio, a veces pienso que es el único que se preocupa por mí verdaderamente sin tener la intención de que lo añada a mi testamento. Lo cual ya hice, —susurra— no se lo digas.

— No digas esas cosas, —reprocho— aun tenemos que ir a Disney juntas.

Vivi suelta una risita— No quería decirlo en voz alta entonces, pero lo hago abiertamente ahora. —Vuelve a ponerse seria— Tengo la sospecha de que todo esto es más algo de conveniencia que otra cosa.

— ¿Piensas que sólo lo están usando? —eso sería horrendo.

Vivi niega apenas pero no responde a mi pregunta— No están enamorados, eso es seguro. —Afirma— O al menos no están seguros de estarlo. Sé como se ve el amor. Miradas furtivas y traviesas, tensión en el ambiente, sonrisas incontrolables. —Dice observando hacia el espacio frente a ella antes de fijar sus ojos en mí— Todo lo que Oliver y tú tienen.

— No creo que…

— ¿Aun lo quieres? —pregunta interrumpiéndome.

Hago un sonido con mi garganta— Ese tema no está a discusión.

— Me lo suponía. —Comenta con seguridad— No hay nada peor que ver al amor de tu vida cometiendo un gran error que lo lleve a alejarse de ti.

La mujer piensa sus siguientes palabras con cuidado.

— Mira, amo a Alessandra con locura, es mi única nieta y deseo para ella lo mejor. Pero Ali se merece su final feliz y no va a conseguirlo con un hombre cuyo corazón ya ha sido tomado hace mucho tiempo.

Gruño y abro los brazos.

— ¿Qué quieres que haga? —Inquiero con molestia— ¿Qué grite yo me opongo durante la ceremonia? —añado recordando las palabras de Julia.

— ¿Lo harías? —Sonríe— Eso sería increíble. —Hace un silencio corto— Ava, sólo no quiero que pierdas la oportunidad…

— ¿Oportunidad de qué? —Esta vez soy yo quien corta su discurso— No hay ninguna oportunidad. —sentencio.

Camino lejos nuevamente dándole la espalda con mis manos en mis caderas y suelto un suspiro contenido.

— Fue un amor fugaz, de esos que uno tiene antes de los veinte. —Explico mirándola de reojo— Un futuro juntos nunca fue parte del plan, sabíamos que no iba a funcionar, por eso lo terminamos.

— Parte de ser adolescente es también estar asustado.




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