“Tratamos de ocultar los sentimientos a traves del silencio, pero olvidamos que nuestro ojos hablan por sí solos”
Lucien
—¿Por qué tu no contestas mis mensajes?
Me quedo en silencio un momento mientras dejo que ella entre a mi departamento. Sus ojos curiosos revisan su alrededor escaneando todo y para mi sorpresa no parece disgustada con nada. Supongo que se lo esperaba. Un departamento simple... algo desordenado. Y otras cosas que no puede ver.
—La ultima vez que te vi estabas muy molesta conmigo.
Siento los ansiedad hacer temblar mis manos a las guardo en los bolsillos delanteros de mi pantalón.
—Bueno... si, pero, jamás dije nada de que no volviéramos a hablar ni ignorarnos.
—Ángel... tú y yo no funcionamos
Ella deja de pasear por alrededor y se me quedo viendo congelada unos segundos.
—¿Cómo que no funcionamos? ¿Qué quieres decir?
Muerdo mi labio evitando los ojos azulados de la chica.
—No soy buena persona y menos para ti.
—Eso ya lo se.
—Y no es buena idea que siga cerca de ti.
—¿Por qué ahora piensas eso? No pensaste en eso cuando te acercaste a hablarme ¿no?
La tomo del brazo lo mas gentil que puedo intentando que mis impulsos de mi ira que crece con cada una de sus preguntas no me afecten. La guio de nuevo a la puerta, pero se suelta de mi agarre antes de llegar.
—No, no me alejes ahora ¿Por qué estas actuando así Lucien?
—Solo vete Davina.
Sus ojos me estudian como si buscaran una respuesta diferente, una que no puedo darle.
—¡No!
Ella me toma de los brazos evitando que la aleje y con una de estas toma mi mentón logrando que su toque atraiga toda mi atención a su rostro.
—Dime, no necesitas guardar todo en un silencio secreto chico rudo, ¿Por qué ahora si quieres alejarte de mí?
Su cercanía, su aroma, el tacto de su dedos en mi piel esos ojos hermosos. Me es fácil quedar hipnotizando viéndola así de cerca.
—Porque ... — si sus ojos siguen viéndome de esa manera juro que la besare, pero recuerdo la otra mirada que me dio el otro día —Porque me miraste con miedo ángel, y aun que en lo personal me gusta causar ese efecto en todos, que me miraras así supe que no quiero que tus ojos me vuelvan a ver así.
Sus manos se relajan no se si de alivio o de sorpresa al escuchar lo que acabo de decir. Ella no dice otra palabra por un tiempo, suficiente para que yo me sienta peor y la ira que se había esfumado vuelva.
—Ahora sal de aquí
Intento empujarla de la espalda baja para que salga, pero no me permite moverla un centímetro.
—Davina-
—¿Enserio me vas alejar solo por que te tuve un poco de miedo? Entiendo que estes enojado por que ayer mi reacción fue gritarte, pero-
—Dejaste en claro que no querías verme.
—No, solo quería alejarme un momento eso no tiene nada de malo.
Suspiro en frustración, solo quiero que se vaya. Quiero poder tratar de olvidarme de ella si es que es posible.
—Vete, o vas a ver lo peor de mi si sigues insistiendo.
—Odio que me alejes
—Ya no me importa, por favor sal de mi apartamento.
—Lucien.
La empujo con un poco mas fuerza logrando sacarla de la puerta. Tal vez así me odie de verdad y pongamos distancia entre los dos.
—Adiós Davina.
Un micro segundo de estar apunto de cerrar la puerta frente a ella, pero.
—¡Te escribí una canción idiota!
Ella cerro los ojos al decirlo al mismo tiempo que esperaba el sonido del portazo, pero al no escucharlo abre los ojos y me mira.
—¿Qué dijiste ángel?
Ahora en sus ojos duda mucho en mirarme, oculta sus manos detrás de ella y con la mirada en el suelo lo vuelve a decir.
—Yo... empecé a escribir una melodía... una inspirada en ti — vuelve a darme un rápida mirada y al ver que no respondo vuelve a bajarla la mirada —No esta terminada, apenas llevo unos días descifrándola así que no me pidas que te la muestre aún.
Interrumpí su monologo atrapándola en mis manos y atrayéndola a mis brazos tomando su rostro y mis labios buscan los suyos. La necesidad de tocarla y besar su labios me gano. Mi corazón palpita tan fuerte que lo puedo sentir en mi garganta. Tan solo imaginarla en su piano tocando una canción con la que estaba pensando en mi altero todo mi ser.
La bese, y lo mejor de todo es que ella comenzó a corresponder a mi beso. Todo en mi se lleno de una electricidad que no había experimentado antes y no sé cómo explicarlo más que se siente jodidamente bien. Acaricio su cabello profundizando el beso.
Si así se siente el cielo no me iré jamás.